21 de junio: Día de la Ancianidad

viernes, 21 de junio de 2013 00:00
viernes, 21 de junio de 2013 00:00

Querido hijo:

El día que me veas mayor y ya no sea yo, ten paciencia e intenta entenderme.

Cuando, comiendo me ensucie, cuando no pueda vestirte, ten paciencia. Reuerda las horas que pasé enseñándotelo.

Si, cuando hablo contigo, repito las mismas cosas mil y una vez, no me interrumpas y escúchame. Cuando eras pequeño, a la hnora de dormir, te tuve que explicar mil y una vez el mismo cuento hasta que te durmieras.

No me avergüences cuando no quiera ducharme, no me riñas. Recuerda cuando tenía que perseguirte y las mil excusas que in ventaba para que quisieras bañarte.

Cuando veas mi ignorancia sobre las nuevas tecnologías, te pido que me des el tiempo necesario y nome mires con tu sonrisa burlona. Te enseñé a hacer tantas cosas: comer bien, vestirte… y cómo afrontar la vida muchas veces son producto del esfuerzo y la perseverancia de los dos.

Cuando en algún momento pierda la memoria o el hilo de nuestra conversación, dame el tiempo necesario para recordar. Y si no puedo hacerlo no te pongas nervioso, seguramente lo más importante no era mi conversación y lo único que quería era estar contigo y que me escucharas.

Si alguna vez no quiero comer, no me obligues. Conozco bien cuando lo necesito y cuándo no.

Cuando mis piernas cansadas no me dejen caminar… dame tu mano amiga de la misma manera en que yo lo hice cuando diste tus primeros pasos

Y cuando algún día te diga que ya no quiero vivir, que quiero morir, no te enfades. Algún día entenderás que esto no tiene nada que ver con tu amor, ni con el mío.

Algún día descubrirás que a pesar de mis errores, siempre quise lo mejor para ti y que intenté preparar el camino que tú debías hacer.

No debes sentirte triste, enfadado o impotente por verme de esta manera. Debes estar a mi lado. Intenta comprenderme y ayúdame como yo lo hice cuando tú empezaste a vivir.

Ahora te toca a ti acompañarme en mi duro caminar. Ayúdame a acabar mi camino con amor y paciencia. Yo te pagaré con una sonrisa, y con el inmenso amor que siempre te he tenido.

Te quiero, hijo.

Tu padre, tu madre, tus abuelos.

Los principios de las Naciones Unidas para las personas de edad avanzada abarcan cinco temáticas principales: independencia, participación, cuidados, autorrealización y dignidad.
El Art.16 de la Convención Americana de los Derechos del hombre dice:
"Toda persona tiene derecho a la seguridad social que la proteja contra las consecuencias de la desocupación, de la vejez y de la incapacidad que, proveniente de cualquier otra causa ajena a la voluntad, la imposibilite física o mentalmente para obtener los medios de subsistencia”.
El maltrato a los adultos mayores es un grave problema social, más allá del nivel económico y educativo de quien lo ejerce o padece.
El maltrato es un problema de todos y de la sociedad en su conjunto por lo tanto todos debemos comprometernos en esta problemática.
Se denomina abuso al maltrato de una persona mayor basado en la confianza depositada en quien maltrata. El maltrato puede ser un acto único o puede ser una situación reiterada. A veces el maltrato es tan sutil que casi es imperceptible por el entorno, pero si es perceptible inclusive a través de patologías físicas o siquiátricas.
Los adultos mayores que son física o psiquiátricamente dependientes son los más vulnerables a ser maltratados. Esto sin distinción de sexo, raza, religión, ni estrato social y lo más doloroso es que el maltrato lo ejercen habitualmente, aquellas personas que los cuidan.
Tipos de Maltratos:
Negligencia, abuso físico, abuso psicológico, abuso sexual, abuso societario estructural y el abuso financiero.
¿En donde se produce?, en la vía pública, en Centros Asistenciales de la salud, geriátricos y en la propia casa. Generalmente el abusador es una persona en la que el adulto mayor ha depositado su confianza, un familiar, vecino, amigo o el responsable de la institución. El más doloroso para el adulto mayor es el familiar, sobre todo si se trata de un hijo. Lamentablemente el motivo de base es siempre el económico. Los cambios sociales, asociados a la ideología del envejecimiento sano y positivo, han derivado a que los adultos mayores puedan y deban reclamar vivir de una manera más integra y activa. Todos seremos viejos, por lo tanto, el problema y compromiso de todos es lograr que los adultos mayores, tengan una mejor calidad de vida, mayor prevención de accidentes y más atención en sus necesidades psicosocioemocionales

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