En el asentamiento ubicado frente al barrio Magisterio en el norte de la ciudad

Vecinos denuncian que usurpadores “venden” terrenos del Estado

Los “ocupas” cobran entre mil y tres mil pesos por cada espacio. También reclaman por conexiones clandestinas de agua y luz.
sábado, 22 de junio de 2013 00:00
sábado, 22 de junio de 2013 00:00

Los vecinos del barrio Magisterio realizan nuevamente su reclamo por la falta de control de los usurpadores que desde hace meses ocupan las tierras que se encuentran frente a sus viviendas, denuncian que un grupo de familias a las que se les adjudicó terrenos en el sector sur de la ciudad desocuparon alrededor de veinte espacios, los cuales fueron ocupados por nuevas personas, lo que impide la disolución de la toma de los terrenos. También manifiestan que las mismas personas vendieron los lotes a 3 mil pesos; el aumento de los hechos de inseguridad en el sector, los incidentes por el uso clandestino de los servicios, incidentes cotidianos y la ingesta de sustancias prohibidas perturban la vida del barrio.
Esta situación genera gran malestar en los residentes, ya que además de la ocupación del espacio verde del barrio, desde que se asentaron los “ocupas” se produjeron varios incidentes de violencia por las conexiones clandestinas que los usurpadores realizaron, sin consentimiento de los propietarios de las viviendas, de los servicios de agua potable y energía eléctrica.
Desde hace varios meses los vecinos del Magisterio sobrellevan la ocupación de un grupo de manzanas ubicadas detrás del barrio Unión y Progreso, a poco menos de 200 metros de la avenida Choya y cerca también del asentamiento La Esperanza. Este predio fue primero usurpado y luego despejado el año pasado, y vuelto a ocupar ilegalmente en el inicio de este año. Allí, alrededor de 150 familias levantaron precarias casillas donde permanecen desde hace algunos meses.

“Sin ninguna respuesta”

A principio del mes en curso los vecinos realizaron una nota pidiendo a las autoridades de gobierno que se ejecuten las acciones legales correspondientes para desalojar a las personas del lugar, en la misiva también reclamaban seguridad y decisiones para enfrentar la problemática de las usurpaciones. Con respecto a ello, los voceros de los vecinos expresaron que “hasta el momento no hemos tenido ninguna respuesta de nadie, es lamentable porque teníamos la esperanza de que por una vez los funcionarios escuchen a los vecinos que cumplimos con las obligaciones y no siempre estén tratando de solucionar los problemas solamente a los usurpadores. Desde principio de mes estamos sin ninguna respuesta del pedido que hemos planteado”.

“No tenemos tranquilidad”

En diálogo con este diario, los vecinos expusieron la totalidad de situaciones que los llevaron a realizar nuevamente la solicitud de acciones por parte del gobierno; en primer lugar reclaman que “no existe control en la zona, ya que hace unas semanas un grupo de familias se fue, lo que no deja de ser un alivio; pero no pasaron tres días y ya vino otra gente que compró el terreno, aunque resulte insólito, y lo ocuparon; o sea que esto es algo que nunca se va a terminar y por supuesto que nos preocupa”.
Otros de los aspectos que más afligen a los residentes son los reiterados incidentes que ocurrieron entre los vecinos y los ocupas de las tierras, al respecto uno de los propietarios explicó que “todo se generó porque ellos para tener agua rompieron un caño y una manguera que nos proveía del servicio a nosotros; el reclamo que realizó la señora por esa situación hizo que ellos reaccionaran de manera violenta contra ella”. La situación se reiteró cuando una de las vecinas denunció ante la EC SAPEM por el robo de electricidad de los usurpadores, “en esa oportunidad vinieron de la empresa y los descolgaron, eso hizo que vinieran a insultar a la dueña de casa sólo por haber hecho lo que correspondía ya que la perjudicaba”, señaló uno de los reclamantes.
Los vecinos coinciden en que la llegada de los usurpadores a la zona les “perturbó la vida, no tenemos tranquilidad en nuestras propias casas y eso es realmente lamentable”, sentenciaron los voceros de los residentes del barrio del sector norte de la ciudad.
Los ocupas de frente del barrio Magisterio han avanzado con la toma de los terrenos, en el lugar más de 150 familias han instalado en su mayoría precarias casillas de nylon, mientras que algunos ya han levantado construcciones de material, hay columnas y cimientos en algunos lotes, lo que evidencia que el paso del tiempo otorga lugar para que las familias emplacen viviendas con vistas a permanecer por más tiempo en el lugar.
En diálogo con El Esquiú.com los vecinos del sector, manifestaron que hay organismos del Estado que proveen de material, entre ellos arena, ripio y varillas de hierro a los usurpadores, “vienen los camiones de la municipalidad y de Vialidad y les traen material a esta gente, eso lo único que hace es que ellos sigan con la posición de quedarse en los terrenos, ya que les dan la posibilidad de que mejoren su estadía”, comentaron los vecinos.
La totalidad de las casillas del asentamiento ya cuenta con agua potable y energía eléctrica, que obtuvieron mediante conexiones clandestinas, las cuales generaron inconvenientes con los propietarios de las viviendas cercanas por el daño que ocasionan al usuario que se encuentra legalmente habilitado para consumir el servicio.
Los residentes afectados coinciden en que las personas permanecen el lugar por “falta de control de los organismos responsables”, ya que sostienen que los usurpadores “manifiestan que la municipalidad y el gobierno de la provincia tienen la obligación de darles las tierras; es muy llamativa la posición que toman ante la necesidad de un lugar donde vivir. Nosotros también tuvimos esa necesidad pero no actuamos de esa manera, sino que trabajamos para conseguir el lugar donde hemos levantado nuestra casa propia; con ese pensamiento y seguridad todos ocuparíamos terrenos del Estado porque tenemos la seguridad de que nos van a dar sí o sí”, expresaron visiblemente molestos los vecinos del norte de la ciudad ante la situación que toleran desde hace varios meses.

“La ilegalidad en todas sus formas”

El crecimiento y la permanencia del asentamiento deja entrever diversas aristas que evidencian cierta desidia por parte de las autoridades. Los vecinos del barrio aseguran que “los mismos usurpadores venden los terrenos, desde mil a tres mil pesos llegan a cobrar por parcela, eso deja en evidencia la soltura con la que se mueven y los intereses que persiguen. Porque si una persona tiene la necesidad de un lugar donde vivir no se va a poner a vender los terrenos que ni siquiera le pertenecen; esto ya es demasiado y nadie hace nada al respecto. Aquí se da la ilegalidad en todas sus formas”.
Las “ventas” de las tierras, se realizan a medida que algunos de los grupos familiares deciden abandonar el lugar, esta situación genera que permanentemente los terrenos se encuentren ocupados y el asentamiento perdure en el tiempo. Según comentaron los reclamantes, “ellos venden y la gente que llega a ocupar un lugar, ya sea por ignorancia o por la necesidad de un espacio donde asentarse les paga lo que ellos piden, según lo que sabemos hay gente que pagó hasta 3 mil pesos por un lugar”; de esta manera los vecinos aseguran que “cometen un hecho que es totalmente ilegal y ahí encuentran la manera de seguir realizando maniobras incorrectas”.

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