La concientización de las familias sobre los problemas a los que están expuestos los niños en situación de calle es la parte más complicada del proceso de reinserción y contención que los organismos responsables deben afrontar. La necesidad de un ingreso económico, por más bajo que sea, y la costumbre de que los chicos de la casa realicen actividades en la calle son los principales obstáculos con los que los equipos interdisciplinarios se encuentran al momento de realizar las acciones tendientes a sacar a los chicos y los grupos familiares de la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran.
Los registros del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia informan que hay alrededor de 50 chicos trabajando en las calles de la ciudad, y reconocen que “hay más”; en su mayoría los menores pertenecen a familias que poseen entre 6 y 9 hijos, de los cuales la mayoría desarrolla tareas. Los organismos que forman parte del ministerio y se dedican al tratamiento de la problemática, dependiendo la situación, los hechos y las causas por la que los chicos permanecen diariamente por varias horas en la calle, realizan un entrecruzamiento de datos e individualizan a los menores, registrándolos en el sistema.
Desde la cartera social se implementan programas de contención y asistencia, que actualmente han incluido a un total de 24 familias, las cuales perciben un ingreso económico no remunerativo de 1.500 mensuales por 6 meses en una primera etapa, con posibilidad de renovación por otros 6 meses más.
En relación a la problemática, Oscar Pfeiffer, ministro de Desarrollo Social de la provincia, manifestó que “tenemos entre 48 y 50 niños registrados, pero hay un poco más. Lo que estamos haciendo es trabajar con las familias vulnerables, que son las que tienen chicos en la calle. En total hemos empezado con 11 grupos familiares. Se está trabajando con un equipo interdisciplinario y este mes agregamos 14 más; el equipo de trabajo realiza el seguimiento posterior para que se cumplan los requerimientos que se les solicita dentro del programa”.
En el mismo sentido, el funcionario explicó que “las 24 familias con las que nosotros estamos trabajando, la mayoría tiene entre 6 y 9 chicos. Son las más vulnerables de todas, son las que realmente el equipo interdisciplinario consideró que son las que más necesitan contención y asistencia, todas tienen muchos hijos”.
Por su parte, Beatriz Díaz, directora provincial de Desarrollo Humano y Familia, señaló que “estamos trabajando fuerte con esta problemática que nos preocupa a todos, el Estado está acompañando a las familias, no tan solo con el subsidio sino que también lo que estamos haciendo es trabajar para que se reinserte en la escuela o en los oficios que están aprendiendo, esto dependiendo la edad; en esa línea, lo que hacemos a su vez es realizar un seguimiento de la alimentación, las conductas y temas relacionados al desarrollo de la vida”.
El monitoreo que realizan desde el ministerio se desarrolla para verificar el cumplimiento de las obligaciones familiares para con el niño. En el caso de que no se cumpla, se procede a quitar la ayuda.

Modalidades

En la ciudad Capital, las modalidades de trabajo más comunes que desarrollan los niños son la venta de pequeños objetos, como agujas, hilos, lapiceras, entre objetos, también abren puertas en las paradas de taxis en el caso de los más chicos; mientras que los de más edad lavan autos y limpian vidrios. La mendicidad es también una de las actividades que desarrollan los menores de edad en bares y lugares donde se produce la concentración de gente permanentemente.
Con respecto a ello, la titular de Desarrollo Humano y Familia manifestó que “lo que buscamos es sacarlos de la calle y que puedan realizar actividades acordes con la edad que cada uno de los chicos tiene. Estamos realizando todos los esfuerzos para abordar este flagelo”.