Andalgalá y su Impronta Minera

Escuela y Minería

A esta altura de los acontecimientos, que la minería es madre de industrias no es ya novedad para nadie, considerando que el mundo no puede funcionar sin los insumos provistos por la actividad minera -conocimientos...
miércoles, 26 de junio de 2013 00:00
miércoles, 26 de junio de 2013 00:00

A  esta altura de los acontecimientos, que la minería es madre de industrias no es  ya novedad para nadie, considerando que el mundo no puede funcionar sin los insumos provistos por la actividad minera -conocimientos que deberían difundirse en la educación informal, pero sobre todo en la educación formal- es decir en la escuela, como la institución unificadora de criterios e ideologías y el lugar en donde debe aplicarse con todo su fuerza y contundencia, el rigor científico que este tema meritúa.
Paradójicamente, en las  escuelas de toda la provincia de Catamarca parece haber anidado el bichito de la desverdad o de la antiverdad que es lo mismo que decir de la verdad desvirtuada, puesto que los mismos educandos partícipes del proceso educativo, son quienes brindan los testimonios más variados con respecto a lo que ahí se enseña con respecto a la minería, o mejor, lo que  en ese ámbito se inculca en las inmaduras mentes que absorben el conocimiento contrario, como una verdad de perogrullo.
Ocurre que cuando esos mismos niños salen al mundo, a la vida, se enteran de que todo aquello que ciertos docentes fundamentalistas les enseñaron, está absolutamente reñido con la realidad que los circunda.
¿Cómo puede ser posible el  funcionamiento de las cosas si la tierra no nos brindara sus productos? ¿cómo construir una netbook, un celular, un televisor? ¿Cómo techar las  casas sin las chapas? ¿Se puede cocinar en cacerolas de plástico? ¿Existen las motos o cualquier vehículo para trasladarnos, que se hayan construido de cartón prensado…?

 La verdad es incontrastable.
En ese sentido, propios y extraños aseguran que en la escuela de Catamarca se enseña al revés, haciendo cierta apología al error que después puede resultar sumamente dañoso para la inmadura corteza cerebral que la recibió y que hoy,  ya acabada, redescubre en la interminable aventura de percibir y conocer el mundo.
La minería, mal que les pese a muchos, es insustituible ya en la cotidianeidad de la humanidad.
Se cuestiona sin fundamentos, se rechaza sin conocimiento técnico específico, se difunde la mentira , y en esa vorágine de cosas, se desvirtúa el sagrado objetivo del ministerio docente, que no es otro que brindar educación integral y formar para la vida. Naturalmente, cuando el pensamiento del docente está motivado, no por la vocación, sino por intereses secundarios, económicos o políticos…Pobres niños que  recibirán una formación basada en el falso concepto, con todo lo que ello significa.
Estaría bueno que las autoridades de Educación supervisaran lo que se está enseñando en las escuelas con respecto a la minería porque, de acuerdo a las expresiones de los niños más pequeños y de los no tanto, el conocimiento básico tiene como eje que la minería es perjudicial y letal.
Estaría bueno que  los educadores  se interesen más en lo que nos cuenta la historia y a partir de allí, articulen acciones con las autoridades con el solo fin de que se enseñe la verdad basada  en ricos testimonios ancestrales y para que, en definitiva, la minería siga siendo…madre de industrias.
Así se conoce, así se vivencia y así se escribe.
 

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