La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Agro-industria a través de la Dirección de Agro-industria organizó una serie de jornadas de capacitación para pequeños y medianos elaboradores de vino común del interior provincial. Las jornadas se desarrollaron ayer y hoy en la ciudad de Tinogasta, en Hualfín (Belén) y en Siján (Pomán), donde asistieron numerosos interesados convocados por los respectivos municipios y las Agronomías de Zona.

En la apertura, el secretario Eduardo Toledo agradeció la presencia de los técnicos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) y destacó que “el acceso al conocimiento de las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) en la elaboración de vinos es el primer componente para agregar valor a un producto, y el segundo es el asociativismo. Todos son pequeños productores, queremos que se asocien para que puedan adquirir todo lo necesario para esta producción”.

Esta capacitación se enmarca en el Plan Agroindustrial Provincial, cuyo programa de apoyo a la cadena de valor de la uva comenzó meses atrás con otras acciones que favorecen al pequeño productor vitícola. En este sentido, Toledo recordó que “Lucía Corpacci, incluso desde antes de ser gobernadora, viene trabajando con los productores y conociendo de cerca su problemática”. Por eso, en la Vendimia pasada el gobierno intervino en el mercado de la uva para asegurar que el productor reciba un precio justo, y de contado. “Compramos la uva y elaboramos el mosto que vamos a vender. Esa iniciativa fue exitosa, así que este año la vamos a repetir”, anunció el funcionario.

La capacitación técnica estuvo a cargo de los enólogos mendocinos Raquel Gargantini y Hugo Ortíz, del departamento de Análisis Sensorial del INV. Los profesionales hicieron hincapié en las etapas de la elaboración del vino común y en las características que debe reunir tanto la materia prima como todos los aspectos del proceso para elaborar vinos aptos para el consumo humano para este segmento de la industria. A tal fin, los enólogos entregaron a los productores una guía con instrucciones que los orientan en las BPM. “Ése es el objetivo que buscamos: que se invierta en tecnología, que se mejore la finca para que elaboren mejores productos y hagan negocio con lo suyo. Por eso, capacitarse es lo primero”, subrayó Toledo.

Las capacitaciones técnicas apuntan a lograr que los pequeños elaboradores alcancen niveles satisfactorios de calidad en sus productos y procesos, de modo que puedan superar las exigencias mínimas del Instituto Nacional de Vitivinicultura, requisito indispensable para acceder a los beneficios de pertenecer a la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR), a la que suscribe Catamarca.
 

Asistencia estatal

Como se conoce, los elaboradores de vinos caseros representan un importante sector de la economía tradicional de nuestra provincia y del país. Sin embargo, las características informales que configuran su actividad lo tornan un sector vulnerable que es preciso fortalecer debido a su escaso nivel de organización, las dificultades para acceder a los cambios tecnológicos y a los mercados, con volúmenes individuales.

La realidad en Catamarca no es ajena a la del resto del país. En Siján, los elaboradores se caracterizan por la producción de aguardiente, grapa y vinos dulces, los de Hualfín elaboran sus productos con el torrontés y el malbec, y los productores de Tinogasta, Fiambalá y Santa María constituyen el grueso de este conjunto.

Reconociendo este diagnóstico, la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Agroindustria encomendó a la Dirección Provincial de Agroindustria que canalice todo el apoyo necesario para la inscripción en el INV de todos los elaboradores de vinos comunes de la provincia, así como la gestión de asesoramiento técnico y legal para incorporarlos a la economía formal. Esta dependencia provincial está a cargo de la ingeniera Rocío Leiva y atiende en el Pabellón 30 del CAPE, teléfono 0383-4459000 interno 3005, en horario administrativo.