El comedor “La Luciérnaga”, ubicado en el norte de la ciudad, desde hace dos días que no abre sus puertas para las más de 150 personas que brinda alimento por falta de insumos para cocinar.
La solidaridad de la gente permite desde hace siete años que el comedor brinde el almuerzo a los chicos y algunos grandes que llegan desde diferentes barrios por no contar en su vivienda con la ración de alimento necesario. 
El pasado lunes, Miriam Fresco, la impulsora del espacio que sirve de contención a muchas familias, no pudo reunir los insumos para preparar la comida, ayer tampoco ya que solo contaba con algunos paquetes de arroz y otro poco de verduras, insuficientes para la cantidad de gente que llega a alimentarse. Esto determinó que decida junto a las mujeres que la ayudan a cocinar, cerrar las puertas de “La Luciérnaga” hasta conseguir mercadería. 
Considera que la situación económica que afecta a la gente repercute directamente en la ayuda que realizan al comedor. 
Miriam comentó a este diario sobre la difícil situación que atraviesan. Al respecto, indicó que “no tengo nada, la verdad que la estamos pasando re mal, nuestro comedor se mantiene con la ayuda de la gente y la gente está pasando una situación mala y les cuesta mucho para darnos una mano. No tengo carne, lo único que tengo son 30 kilos de  arroz y 15 kilos de fideo, más unos botes de aceite, no tengo más que eso. A los chicos no les puedo hacer solamente fideos hervidos, les tengo que cocinar algo que los alimente y no les dé hambre”. 
En la misma línea, manifestó que “a veces salgo con una alcancía por los negocios o casa por casa pero no se recauda para poder contar con un cajón de pollo o diez kilos de carne que es lo que necesito. Son 150 por día para alimentar”. 
En relación con la colaboración de las personas, Miriam considera que “la gente de Catamarca tiene un corazón muy grande, es muy buena y siempre que puede ayuda, sin ellos el comedor no podría funcionar. La gente la está pasando mal y eso repercute en nosotros. Es muy triste que los chicos vengan o me pregunten y tener que decirles que no hay”. 
Diariamente, un grupo de mujeres se organiza para preparar el almuerzo a los chicos de distintos barrios que llegan a recibir alimento. Al tiempo que el resto sale a recorrer comercios y el Mercado de Abasto para solicitar  a los puesteros que colaboren con frutas y verduras para la comida, las mujeres destacan el apoyo de los vendedores del mercado, comerciantes y vecinos que siempre se acercan a dejar su ayuda. 
Consultada sobre la colaboración de organismos de gobierno, Miriam expresó que “desde el PIO me dijeron que no podían ayudarme porque el comedor funciona en mi casa, esas son puras excusas. Damos de comer a 150 chicos desde hace más de siete años y ellos me dicen eso. Es muy triste no poder abrir el comedor. Es por los chicos, para que ellos no sientan hambre”.

Contactos para ayudar con el comedor

Los interesados en colaborar con el comedor “La Luciérnaga” pueden hacerlo con el aporte de carne, pollo, puré de tomate, aceite, leche, azúcar, leche para recién nacidos, verduras, harina, entre otros. 
Para comunicarse pueden llamar al teléfono 3834-190989 o en Facebook en Comedor La Luciérnaga. 
El comedor está ubicado en el barrio 20 viviendas - Casa Nº 3, al final de calle Sarmiento norte.