Desde 2012 existe un grupo de mujeres que se dedica a acompañar a quienes deciden realizarse un aborto con medicamentos, brindando información sobre el procedimiento seguro.

Según se pudo conocer en su página de facebook, la red de Socorristas está presente en más de 50 ciudades del país, y su trabajo se basa en "la información y el acompañamiento, para que quienes ya tomaron la decisión de abortar, lo hagan de la forma más segura posible y no caigan en métodos que ponen en riesgo su salud, tales como el uso de sondas, tallos de perejil o agujas de tejer", prácticas que pueden provocar perforación uterina, desgarros del cuello del útero, infecciones agudas, esterilidad y hasta la muerte por shock hipovolémico o shock séptico.
 
Si bien la red funciona desde 2012, en Catamarca cobró forma definitiva en noviembre de 2017, y el método que difunden es el mismo que propone el Ministerio de Salud de la Nación, en el protocolo para la interrupción legal del embarazo, mediante el uso de misoprostol. El mismo que recomienda la Organización Mundial de la Salud en la guía "Aborto sin riesgos", que considera que el aborto realizado con el correcto uso de medicamentos es uno de los métodos más seguros.

Las socorristas lo dejan en claro, "no hacemos abortos. Las acompañamos en decisiones y elecciones de vida y les acercamos información, nada de eso es ilegal. El derecho a recibir información es parte de los derechos humanos", aseguran esto basándose en la Declaración Universal de los Derechos Humanos donde, en su artículo 19, estipula que el derecho fundamental a la libertad de expresión incluye el derecho de "investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión". Así como en la legislación internacional sobre los derechos sexuales y reproductivos que incluye “el acceso a la información, orientación, métodos y prestaciones de servicios referidos a la salud sexual y procreación responsable”. 

Y sentencian"recibir información es un derecho humano y el Estado no lo está garantizando".

Cómo funcionan

La red actúa a través de una línea telefónica pública, allí reciben las consultas de las personas que quieren interrumpir su embarazo y comienza el acompañamiento.

"Al recibir una consulta a la línea se inicia el trabajo de acompañamiento, tanto colectivo como personal con la mujer que decidió interrumpir un embarazo. Hablamos sólo con la persona que está llevando adelante el embarazo. No hablamos con la pareja, ni con los padres, porque puede haber alguien presionándola para que aborte. Nos interesa que la decisión que tome sea autónoma", sostienen.

Y agregan, "este espacio habilita la posibilidad de que la mujer o persona gestante encuentre una oportunidad para ser escuchada, para que pueda plantear sus dudas, y disponga de contención y asesoramiento, elaborando así las angustias, miedos y ansiedades que puedan estar presentes, para que este proceso sea atravesado en las mejores condiciones físicas y emocionales posibles. En este sentido, entendemos que la interrupción del embarazo, con la debida información y acompañamiento, no tiene que ser un evento traumático para la persona que lo atraviesa".