Hugo “Jabalí” González
La rica trayectoria de un correcto deportista
Fue un pibe de barrio, como tantos otros que, en la década del 50, abrazó al fútbol con la fuerza de la pasión y, junto a sus amigos, transitó los potreros cercanos al cementerio municipal, verdadera cuna del Independiente capitalino, el segundo club con mayor historia de Catamarca.
Hablamos de Hugo Antonio González, nacido el 9 de noviembre de 1943, y con una trayectoria que muy pocos pueden exhibir. Fue jugador de primera división por muchísimos años, ofició de árbitro, dirigió técnicamente a casi todos los equipos de la Capital y varios de Las Chacras y, para coronar sui carrera, fue presidente de la institución que lo vio nacer como futbolista. Esto sin contar que, durante una temporada, fue tentado a dirigir fuera de las fronteras catamarqueñas y, de esa manera, participó del fútbol boliviano.
El único que pudo haber recorrido un camino parecido al de “Jabalí” –así lo reconocen en el mundillo futbolero- es Ramón Rosa “El Mocho” Luna”, aunque no dirigió fuera de Catamarca.
Como para creer que el fútbol es sólo parte de su incomparable hechizo y siempre se abrirá al recuerdo infantil por aquellos partidos de barrio que quedan grabados en la memoria o, como dice Jorge Valdano en su libro (“Los 11 poderes del líder”) “se muy bien que el deporte no tiene fuerza suficiente para cambiar el mundo, pero tengo la certeza puede al ser humano y muy especialmente a aquellos estímulos que lo activan para superar sus desafíos”.
Debut a los 16 años
Como lo dijimos al comienzo, González hizo sus primeras armas en Independiente. Debutó a los 16 años, a fines de los 50, junto a una camada que integraban, entre otros, Oscar “Ocotudo” Agüero (jugó por varios años en Córdoba), Miguel “Chulo” Grima, “Bebé” Núñez, “Chano” Coronel, Julio “El flaco” Agüero (hermano de Oscar), “Gato” Maldonado y Mario “Machio” Brizuela.
Aquellos muchachos, la mayoría de los cuales vivían en cercanías del barrio cementerio o de lo que es hoy el barrio municipal, le sucedieron a los maestros del ayer como Alberto “Chueco” Tapia, “Mono” Luján, “Mocho” y “Canario” Luna, Humberto “Palangana” Oliva, “Loro” González, “Nery-Nery” Oliva, “Mono” Albarracín y el más grande de todos, Guillermo “Pucho” Reynoso, quien brillara en San Martín de Tucumán, San Lorenzo de Almagro (en Boedo ejerció la capitanía, por encima de José Francisco Sanfilippo) y la selección argentina.
Como técnico, González consiguió numerosos títulos y tuvo a su cargo equipos como San Lorenzo, Independiente, Vélez, Villa Cubas, Tesorieri, Juventud Unida, Defensores de Esquiú, Ferro de Chumbicha, San Martín de El Bañado, etc. En Bolivia le tocó conducir a El Ciclón, de la ciudad de Tarija, al que llevó a la final en el año 1998.
En relación a su paso como director técnico, tiene sus recuerdos y reflexiones. Nos dice, por ejemplo, “en la Liga Catamarqueña se implementaron los cursos para técnicos e instructores. Participé de ellos con alegría y entusiasmo. Me sirvieron para profundizar mis conocimientos y tuve el orgullo de recibir los consejos de maestros como “Cacho” Aldabe en el ’73; José Zorzenón en el ’83 y Ricardo Pizarotti, ayudante de César Menotti, en el ’74. También trabajé con José Damico y de todos ellos guardo los mejores recuerdos”.
Director de Deportes
Es tan rica la trayectoria de González que hasta se dio el lujo de ser funcionario de la provincia en el área de deportes. Por su militancia peronista, en 1991, ejerció como director por pedido del exgobernador Ramón Saadi. Es unánime el reconocimiento a su tarea, como que llegó a crear las bases y poner en marcha el proyecto de la ley del deporte, además de llevar a cabo políticas públicas relacionados con la actividad.
Como síntesis de la nota, con la humildad que lo caracteriza, nuestro entrevistado de hoy nos dijo lo siguiente: “soy un agradecido del fútbol en particular y del deporte en general. A veces me preguntó cómo llegué a concretar tantos sueños de ser reconocido por simpatizantes, jugadores, técnicos y dirigentes. Todo fue muy lindo y pude hacerlo por el apoyo incondicional de mi familia (está casado con María Rosa Mazá, con quien tuvo cuatro hijos: Claudio Rubén, Marcela Karina, Hugo Daniel y María Natalia). Sin ella nada hubiera sido posible. Dejo mis respetos y gratitud para todos por haber recibido tantas satisfacciones”.
Hugo “Jabalí” González ya está en la historia del futbol local. Deja un ejemplo de conducción y liderazgo y, particularmente, me llevo la impresión de haber estado frente a un luchador de la vida y el deporte. Aparte, me parece que aun no cerró las puertas a nuevos desafíos. A los 75 años, todavía es posible que alguien le diga “venga maestro, está por comenzar un nuevo partido”. ¡Todavía se puede jabalí!
Angel Orlando Arréguez
DNI 7.795.735