Una joya arquitectónica bajo tierra

domingo, 6 de enero de 2019 06:00
domingo, 6 de enero de 2019 06:00

A tres cuadras de la plaza principal de San Fernando del Valle de Catamarca, sobre calle San Martín al 900, se yergue majestuoso el antiguo Seminario Nuestra Señora del Valle, uno de los edificios emblemáticos del siglo XIX, sueño del Vicario José Facundo Segura y creación del eminente arquitecto italiano Luis Caravati. Según el historiador Gerardo Pérez Fuentes, dentro de la arquitectura escolar, “es la más grande e imponente obra erigida en Catamarca” dos siglos atrás. Único en su tipo en Argentina, “recuerda a ciertos monasterios europeos con sus series de torres y estructura de concepción simétrica. Nadie puede dudar de la impronta italianizante que le imprimió Caravati”, expresa el investigador en su libro dedicado al maestro constructor de origen europeo.
Esta obra monumental guarda en sus entrañas una joya de valor arquitectónico, histórico y cultural, que maravilla en pleno siglo XXI. Estamos hablando de la cripta, situada en el subsuelo del centenario edificio, hoy Centro Educativo y Cultural Diocesano Virgen del Valle. Se trata de un espacio patrimonial, que busca ser remozado para ofrecerse a los catamarqueños y a los visitantes, como propuesta turística, educativa y cultural, testimonio fiel de nuestra identidad. 
Días pasados compartimos un recorrido por este lugar impactante, con la guía del Padre Oscar Tapia y el arquitecto Claudio  Carrizo, referentes de este centro del saber, custodio de un tesoro, que integrará el Circuito Caravati, como Museo Arqueológico.
El sol golpea en el mediodía de verano. Estamos ubicados al costado de la torre Este del antiguo Seminario, que da a la calle 9 de Julio, lugar que será intervenido para su puesta en valor. El Padre Oscar Tapia, responsable del Centro Educativo y Cultural Diocesano Virgen del Valle, explica los pasos que se darán para encarar el proyecto: “Se quitará la pared sobre calle San Martín, se prolongará la verja y se habilitará una entrada paralela a la capilla, rozando el edificio para dar el toque con lo antiguo, estamos hablando de un edificio del siglo XIX. Fue inaugurado el 15 de abril de 1891, tres días después de la Coronación de Nuestra Madre del Valle”.
Resalta que “el trabajo que han hecho los arquitectos después de muchos estudios son muy interesantes y muy buenos. Han diseñado el ingreso, una pared temática, un pasillo grande y en lo que era el vestuario del salón de actos se hará el centro de recepción. Se va a incorporar un ascensor a la escalera histórica, que permitirá descender a la cripta”.
El sacerdote cuenta que “tenemos convenios con la Escuela de Arqueología de la Universidad Nacional para convertir este lugar en un Museo Arqueológico. La idea es recuperar el Museo Antonio Larrouy, que existió en el Seminario, en homenaje a ese gran historiador que tuvo no sólo la provincia sino la Argentina, considerado uno de los padres de la historiografía argentina, que vino como seminarista y estudió acá, era francés. Ellos habían armado un museo, nosotros conservamos las piezas, muchas se  perdieron, y pensamos que cuando se recupere como Museo Arqueológico Antropológico tenemos que trabajar con la universidad. y llegado el momento habrá que repatriar piezas que pertenecen al patrimonio de Catamarca y del Seminario. Todo esto en función de la comunidad catamarqueña, en primer lugar, pero también del turismo”.
 “Después de mucho trabajo y de muchos años, están todos los diseños, todo aprobado y presupuestado. A precio de abril de 2018 eran 30 millones que el Estado nacional tiene que invertir en este edificio. Desde un principio no se invirtió por los problemas económicos, pero la obra pública se sigue haciendo en el país, y como esto es patrimonio de  la provincia, de la cultura, del que quiera visitar Catamarca, deseamos que se pueda realizar pronto”, expresa.
Apunta que hay “conversaciones avanzadas con el arquitecto Luis Maubecín para realizar el Circuito Caravati, que permitirá apreciar la arquitectura del siglo XIX y posterior, y esto es una de las piezas fundamentales. Por eso debemos trabajar con orden y proyección, para que lo aprovechemos, en primer lugar, los catamarqueños, y también los turistas”.
El Padre Tapia enfatiza que es necesario “recuperar estos espacios arquitectónicos, que han dejado una huella en toda una época. Son altamente educativos porque si uno piensa que en el siglo XIX, con los recursos que había en Catamarca, estos genios como Caravati, Vicario Segura, y mucha gente que se encolumnaba detrás de estos líderes, hicieron por Catamarca, y estamos en el siglo XXI y esto está en pie, es impresionante. Y se hicieron en épocas de crisis económica”.
“A los catamarqueños nos marca un rumbo, porque es parte de de nuestra fe, historia e identidad cultural. Esto va más allá de los límites de lo eclesial, o lo eclesial entendido en este diálogo con la cultura que nos une a todos”. 

Pinceladas de historia

El Padre Tapia comenta que “en 1875 se termina la Catedral. Catamarca no era diócesis todavía, entonces el Vicario José Facundo Segura, que era un visionario, dice que la Virgen tiene un santuario reconocido en toda la región, esto con el tiempo, por la afluencia de gente, va a ser una diócesis y para eso necesita sacerdotes, entonces piensa en el Seminario. Entonces compra este terreno, a tres cuadras de la Catedral, en 1879 comienza a construirse el edificio. El 1 de enero de 1882 pone la piedra fundamental en un acto solemne y dice que el edificio llevará el nombre de la Virgen del Valle. En 1885 se inaugura la Capilla. El 12 de abril de 1891 se corona la Virgen en una ceremonia impresionante, y el 15 de abril se inaugura el Seminario. El Vicario Segura decía que este edificio es el monumento vivo a la Coronación y, providencialmente, el 29 de abril del mismo año, él muere. Termina la obra, que se inaugura como un colegio con los Padres Lourdistas, traídos de Francia para regentear este lugar”.
“Desde 1891, aproximadamente, hasta 1912 se termina todo como está ahora, agregando en la zona hacia el norte otro módulo de habitaciones porque ya se lo pensaba como Seminario Regional. Se inauguró como colegio con 12 alumnos, luego en ese mismo año llegaron a ser 22, y en 1897 ya comenzó a funcionar como Seminario”.
“Los especialistas Ramón Gutiérrez y Graciela Viñuales dicen que el arquitecto Caravati con su estilo italianizante lo pensó al modo de los monasterios europeos porque es un edificio de cuatro torres y no hay otros de este tipo en Argentina, hay algunos parecidos en Brasil. En el futuro, cuando tengamos esto puesto en valor y abierto a las visitas de las escuelas y el turismo, uno de los atractivos puede ser acceder por la escalera de una de las torres para apreciar en la planta alta los techos originales; tener circuitos internos para disfrutar de esta maravilla que tenemos los catamarqueños”.
 “En el año 1930, aproximadamente, vinieron las hermanas de la Virgen Niña, tenían su apostolado propio y también cuidaban a los seminaristas, con tareas de lavandería, cocina, además fue un Seminario Regional, entonces esto tiene la entrada por el Colegio Virgen Niña. No se entraba acá durante mucho tiempo, era el depósito y la bodega del edificio, le decíamos sótano. A partir de la década del ‘90 queríamos ponerlo en valor, después vinieron las vicisitudes propias y al recuperarse el edificio después del terremoto de 2004, con recursos de Provincia y Nación, comenzamos a retomar esos proyectos que tienen años”.
 “El terremoto de 2004 resintió todo el edificio, al punto de tener que deshabitarlo  porque había riesgo con los techos. Se hizo una intervención notable a partir del estudio de especialistas en Tucumán, con la colaboración de Obras Públicas de la provincia y de la Nación. Ahora esperamos esta etapa para ponerlo en valor”.

Viaje al interior de la cripta


Unos 25 escalones de madera conducen a la amplia bóveda que impacta, provocando la admiración de lo logrado en otras épocas, y cuya puesta en valor permitirá aprovechar esta maravilla. 
Antes de introducirnos en este viaje al interior del sitio mencionado, es necesario hacer algunas consideraciones que nos permitan entender el tiempo y el espacio.
La cripta es un espacio arquitectónico subterráneo donde se enterraba a los seres fallecidos. El término, del latín crypta y del griego kryptē, significa esconder. 
Las criptas, salvo en raras excepciones, reciben la luz del día por estrechas ventanas abiertas en el exterior del templo, o en los lados inferiores. Se entra por unas escaleras que parten desde ambos lados del santuario, o incluso desde el eje del coro. 
“En nuestra cripta, los ingresos se hallan lateralizados al este, de manera tal de permitir la comunicación con las otras dependencias religiosas que funcionaban en planta baja y a través de una escalera caracol de piedra, que parte desde la cripta en subsuelo, vincula el salón de actos en planta baja y el primer piso del Seminario”, destaca el arquitecto Claudio Valentín Carrizo, encargado del mantenimiento del Ceculd, orgulloso de cuidar el patrimonio de su tierra natal.
Para adentrarnos aún más en esta apasionante temática, el profesional afirma que “una cripta la conforma una bóveda, que es un elemento constructivo superficial, generalmente elaborado en mampostería y piedra, en el que sus piezas y componentes trabajan a compresión”.
“Las bóvedas poseen una forma geométrica generada por el movimiento de un arco generatriz a lo largo de un eje. Este elemento constructivo sirve para cubrir el espacio comprendido entre dos muros. Su problemática constructiva consiste en averiguar el grosor, o resistencia de los muros adyacentes, con el objeto de que puedan soportar el empuje lateral de las bóvedas que soportan. En muchos casos la superficie posee nervios en los que se dirigen y concentran las líneas de empuje. A pesar de su uso extendido en la construcción, su funcionamiento no fue comprendido y explicado por la ciencia hasta bien entrado el siglo XIX”, explica. Y agrega que “la forma geométrica de la bóveda se genera mediante traslación en el espacio de arcos iguales, trabados, para obtener un elemento constructivo ‘superficial’. Es decir que el arco es la generatriz de la bóveda. Las bóvedas son estructuras apropiadas para cubrir espacios arquitectónicos amplios mediante el empleo de piezas pequeñas. En muchos casos la bóveda posee una planta entre cuadrada o rectangular”.
La cripta del antiguo Seminario mide unos 400 m2, 40 m. de largo, 8 m. de altura.  
Para el especialista, “es algo solemne, majestuoso, acá no existe ningún tipo de columnas, vigas, encadenados de los que se utilizan hoy. A pesar del tiempo y de los sismos, permanece impecable. Pensar en Caravati lo dice todo. Tan tremenda obra de arquitectura es parte de nuestro acervo cultural, que debemos conocer y preservar, como una forma de honrar a quienes nos precedieron, en la formación religiosa y cultural de esta bendita tierra de la Virgen del Valle”.


 

Materiales


“Los materiales empleados tradicionalmente en su construcción son la piedra y el ladrillo. Son materiales que forman los elementos constructivos de una bóveda clásica, siendo muy adecuados a ‘trabajar’ en compresión. Estos materiales son adecuados igualmente para construir arcos unidos con un material aglomerante o mortero”, describe Carrizo.
“Acá se utilizó tierra, arena y se mezclaba con algunas arcillas que le dan mayor firmeza a ese tipo de mezcla”, señala nuestro entrevistado, agregando que “desde sus inicios se ha practicado en su construcción el empleo de estructuras auxiliares de carácter provisional cuya función era la de soporte de las piezas que forma la superficie de la bóveda. Estas estructuras, denominadas cimbras, encarecían la construcción de bóvedas. Eran generalmente de madera y requerían de la participación de carpinteros altamente especializados. A veces la cimbra era de gran tamaño, al menos, tan grande como lo era la bóveda, que la componían diversas partes: apoyos, puntos de arranque, dovelas, clave, salmeres, nervios, luneto”.

Características térmicas y de confort

El arquitecto Claudio Carrizo destaca las características térmicas y de confort de este tipo de construcciones, indicando que “con su mayor cantidad de aventanamientos orientados al este, garantizaba una ventilación natural continua e iluminación, generando un ambiente agradable y salubre a los sentidos. La orientación no es caprichosa, los vientos predominantes son del noreste, precisamente se respeta esa ubicación de los tragaluces para que ventile con salida hacia el contrario. De esta manera forma una corriente natural que garantiza el asoleamiento y la buena ventilación. En cuanto a la temperatura reinante es estable, se mantiene entre los 15 a 17 grados”.
“En este tipo de construcción en subsuelo, la conjunción tierra (volumen natural) y mampuesto (ladrillo, piedra y argamasa) arrojan como resultado, una óptima inercia térmica de los materiales constitutivos de la bóveda. Se suma a este cuadro de situación el uso como piso de baldosas de la época asentadas sobre arena”, especifica.
De este aspecto referido a la temperatura del lugar, se entiende el uso que se le dio inicialmente, dejando en segundo plano las variadas historias que se tejen en torno a estos lugares. En el caso que nos ocupa, “esta cripta era en su momento, estamos hablando del siglo XIX, la despensa, la bodega del edificio, como era diseñado para ser un colegio y tenía que albergar a mucha gente, entonces era el lugar para acumular los víveres y conservarlos. El constructor es el arquitecto italiano Caravati, y en Europa es común la bodega en la casa para la conservación de los embutidos y demás productos”, señala el Padre Tapia sobre la función que cumplía. A esto, el arquitecto Carrizo consigna que “estos lugares se los utilizaba para almacenamiento de alimentos ya que la temperatura garantizaba una buena conservación”.
Tapia enfatiza que “sorprende la excelencia de la construcción tratándose de lo que hoy diríamos un depósito”, lo cual puede explicarse en que “todo es excelente, la casa tiene mil detalles, tenían otros criterios de construcción. Por eso dice el historiador Pérez Fuentes en la obra que escribe sobre Caravati que es el mejor edificio en arquitectura escolar en Catamarca del siglo XIX”.

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Comentarios

7/1/2019 | 12:17
#149006
NOS ACABAN DE ANUNCIAR UN NUEVO CURRO POLITIQUERO.
7/1/2019 | 12:15
#149005
LO INVALUABLE QUE EXISTÍA BAJO LA CUSTODIA DE IRRESPONSABLES, FUE EL CORAZÓN DEL PADRE ESQUIÚ Y ERA LO MENOS CUIDADO, ESTABA AL ALCANCE DE CUALQUIERA, EN UN LUGAR DE ACCESO LIBRRE Y CON EL TEMPLO DESIERTO, TODOS DURMIENDO. ¡OJALÁ HUBIERA ESTADO EN CÓRDOBA DONDE EN CADA MISA DE DOMINGO, EN SU CATEDRAL, SE LO RECUERDA! AQUÍ SOLO EL 10 DE ENERO EN UN ACTO CON COMILONA DE CIERRE. ESA VIEJA CONSTRUCCIÓN ES UN PELIGRO PARA LA ZONA, EN CUALQUIER MOMENTO, DADA LA CANTIDAD DE MOV.SISM. DIARIOS, CAUSARÁ UNA TRAGEDIA A PERSONAS.
7/1/2019 | 11:36
#149003
JAJAJJAJ 30 MILLONES QUE TIENE QUE PONER EL ESTADO...JAJAJAJJA....LA IGLESIA... CLINK! CAJA!
7/1/2019 | 01:01
#149002
Que fotos
7/1/2019 | 00:42
#149001
Excelente NOTA. DA GUSTO leer esto y lancalidad periodistica

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