La ONG Cazadores de Tormentas de Catamarca emitió un informe al cumplir 20 años de registros meteorológicos revelando un leve incremento de los promedios de lluvia en la provincia.
Al respecto, indican que comenzaron a registrar datos desde el 1 de enero de 1999 en la zona oeste de la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, principalmente datos de lluvia. Unos años después incluyeron temperatura y luego los demás elementos del tiempo, que se miden con estación meteorológica. 
Luego de procesar la base de datos que recabaron a lo largo de los años determinaron que el año más lluvioso fue 1999. Luego, los acumulados anuales fueron decreciendo hasta llegar a un límite inferior de tres años de sequía. Estos son 2010, 2011 y 2012, años en los que se acumularon menos de 300 mm. Después de este período seco, las precipitaciones comenzaron a repuntar de nuevo a partir del 2013 con algunos altibajos, pero la tendencia por el momento es que continúen subiendo los acumulados anuales. 
Asimismo señalan que “el promedio anual de precipitaciones por el momento es de 462,5 mm en la zona oeste de la ciudad. Claro que esta media seguirá modificándose a lo largo de los años y sabemos que se necesitan como mínimo 30 años de registros para comenzar a crear un perfil climático de un lugar”. 
Además apuntan que “el 2018 finalizó con un diciembre en el que se acumuló un total de 94,4 mm, el diciembre más lluvioso fue el de 2002, con un total de 167,5 mm. En cuanto al año, el total de 2018 fue de 471,9 mm, ocupando el noveno lugar en cuanto a los años más lluviosos registrados desde 1999”. 
También aseguran que “desde CTC venimos instalando otras estaciones meteorológicas en los departamentos Ambato y Andalgalá. Comenzaron a hacer sus registros desde 2018 y son completamente accesibles al público, todas las estaciones actualizan sus datos cada 1 minuto”.
Por último, los miembros de Cazadores de Tormentas expresan que “uno de los anhelos más grandes y esperados de este 2019 es seguir contribuyendo a la meteorología de la provincia mediante la instalación de estaciones, que son vitales para recabar información y para el monitoreo de fenómenos meteorológicos que afectan a la sociedad”.