Juan Pablo Savonetti pasó por Catamarca

Travesía desde Ushuaia a Alaska para promover la lengua de señas

Hijo de padres sordos, en su viaje lleva el mensaje de que se conozca la importancia de aprenderlo.
jueves, 3 de octubre de 2019 06:00
jueves, 3 de octubre de 2019 06:00

Juan Pablo Savonetti decidió unir sus dos pasiones, correr y viajar, para impulsar una campaña que tiene el propósito de promover la importancia de aprender lengua de señas. El 1 de enero inició la travesía en Ushuaia con el objetivo de llegar a Alsaka, en el recorrido, que incluye catorce provincias, se reúne con asociaciones, organizaciones y entidades que  abordan las necesidades de personas sordas.


El origen de la iniciativa surge de ser hijo de un padre sordo y una madre hipoacúsica. Destaca lo importante que es para las personas sordas que el resto de la sociedad maneje la lengua de señas y que no interpretarlas les representa una barrera para realizar cualquier tipo de actividad. 


En diálogo con El Esquiú.com, el ultramaratonista comentó: “Es una travesía. El último pueblo al que llegue fue Guandacol, La Rioja. Llegué a Catamarca cuando por la ruta 40 arribé a Londres, Belén. Me alejé en micro para poder promover la movida que tengo sobre la importancia de la lengua de señas. Lo que hago es contactarme con asociaciones, entidades y ver cuáles son las falencias o carencias que hay a nivel social o qué se puede llegar a hacer y dejar eso en el ente que corresponda para mejorar la situación de la persona sorda”.


En relación con lo que lo motivó a iniciar la travesía, que comenzó el 1 de enero de este año en Ushuaia y finalizará en enero del 2022 en Alaska, Juan Pablo explicó: “Soy ultra runner y cuando decidí unir mis pasiones, que son correr y viajar, quise hacer esta travesía. Decidí llevar adelante esta causa porque es algo que me toca en lo personal: mis padres son sordos. Mi madre, con un audífono, escucha, pero sin él no. Crecí en un ambiente donde comunicar con las manos mediante lengua de señas era algo cotidiano, súper normal. Por eso es que quiero aportar mi granito de arena a esta causa”.


En la misma línea, señaló: “Nací y me crié en un entorno bilingüe. Se dice que es una lengua porque es un idioma más, hay que aprenderlo, tiene una estructura gramatical muy compleja y cada país tiene su lengua de señas, no cambian todas, pero sí algunas y hay que aprender. Si te vas a Chile, Perú o Colombia, son diferentes a la de nuestro país”.


Durante los encuentros que mantiene con diferentes entidades, Juan Pablo recoge diferentes sensaciones y experiencias, desde la necesidad de que en centros de salud los médicos interpreten la lengua de señas, la necesidad de leyes que impulsen aprender y enseñarla en ámbitos educativos y de formación profesional.


Sobre la planificación del recorrido, Juan Pablo cuenta: “Suelo correr entre 45 y 60 kilómetros por día, durante cinco o seis días consecutivos, y luego descanso dos o tres. En esos días me organizo con la logística, charlas, y después sigo mi camino. En el camino voy recaudando fondos, el 40 por ciento va a ser destinado a la Federación Mundial de Sordos, que se ocupa de luchar por los derechos humanos de las personas sordas en el mundo. Es aportado por particulares, empresas o quien quiera hacerlo, lo puede hacer en mi pagina de Instagram. En relación con el 60 por ciento restante me sirve para una cena, almuerzo, algún alojamiento”.


Además de iniciativas para mejorar la calidad de vida de las personas sordas, Juan Pablo lleva el mensaje de que “cuando uno se propone algo, no tiene limitaciones para hacerlo, no hay excusas para no llegar”.

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