Un grupo de personas inició ayer un recorrido, que se extenderá por treinta días, con ollas populares en plazas de barrios del Valle Central. La iniciativa, impulsada por María Rivero y Rodolfo Díaz, consiste en cocinar en espacios públicos donde viven familias de escasos recursos y entregar la comida a las personas que se acerquen al lugar.

La comida, realizada con ingredientes adquiridos por los autores de la iniciativa y lo que reciben de colaboración, comenzó ayer en los barrios Villa Eumelia y Montecristo, en el sur de la Capital, y se asistió a una importante cantidad de personas. La primera comida que se entregó a las familias fue fideo con salsa. Algunos almorzaron en la plaza y otros llevaron a sus viviendas.
Dos de las integrantes del grupo dejaron de recibir provisiones de Desarrollo Social y debieron cerrar el comedor.
Los organizadores de la olla popular ambulante aseguran que no pertenecen a partidos políticos, que la solidaridad es el único impulso de la iniciativa.

En relación con la propuesta, que llevarán a diferentes barrios, María Rivero comentó: “Tenemos esta idea de salir por todos los barrios más carenciados con las ollas populares, porque en todos lados necesitan comer, hay hambre. Hacemos todo a bolsillo, hoy estamos aquí, mañana vamos a estar al barrio La Esperanza, pasado mañana en La Ribera. Vamos a hacer treinta días seguidos comida para la gente”.

En tanto, Rodolfo Díaz explicó la idea de la olla popular: “Lo que nos lleva a hacer esto es la necesidad y la ausencia del Estado, que no está donde la gente necesita comida, cuando hablamos de una ley alimentaria. No se revisaron los merenderos después de las elecciones, no hay nada para los merenderos, han salido más merenderos y comedores que hoy están devastados. Hay una necesidad de llenar la panza del pobre más allá de los traspasos de mando de los gobiernos. Esto surge de personas comunes, un merendero cerrado, alguien que está dispuesto a ayudar. La gente necesita y si se pueden contagiar, mucho mejor. Estamos en un momento en que se necesita ayudar al otro que no tiene”.

En cuanto a los ingredientes para preparar la comida, María comentó: “Todo lo que tenemos para cocinar es de nuestro bolsillo, juntamos lo que tenemos y armamos para venir a hacer la comida. Traemos los tablones, los platos, vasos, cubiertos para que la gente también pueda comer aquí. Hoy vinimos con tomates, fideos, carne picada que compramos de nuestro bolsillo. Lo único que pedimos es que vengan y coman o traigan en qué llevar a su casa. Hoy vamos a hacer fideos con tuco para 200 personas, hasta un poco más. La gente pasa y pregunta y nos dice que ya viene a comer”.

La mujer llevó adelante por varios años el comedor “Gauchito Gil” en la zona norte de la ciudad y asegura que luego de dejar de recibir la ayuda del gobierno sostuvo la ración de alimento hasta donde la economía familiar se lo permitió.
Una mujer que se acercó al lugar comentó que no tenía conocimiento de la iniciativa. “Me sorprende. Justo retiré a los chicos de la escuela y me dijeron que viniera, es un alivio porque sinceramente hoy, igual que ayer, no tenía qué darles de comer. Ayer tomamos mate cocido con pan”.

En relación con el origen de la idea de preparar comida por los barrios, Díaz explicó: “Después de las elecciones se cortó toda la ayuda del gobierno. Por eso creemos que es momento de que actuemos nosotros, hay que salir a ayudarnos. Yo he salido a protestar muchas veces y ahora decidí salir a ayudar por mis medios”.

Por su parte, María manifestó: “Los que se quieran sumar, sin banderas políticos, por supuesto que lo pueden hacer. No tenemos nada en contra de ningún partido político. No tenemos ninguna inclinación partidaria, somos un merendero cerrado y un mecánico dispuestos a ayudar”.