La iniciativa de llevar ollas populares a diferentes barrios del Valle Central tuvo ayer su última jornada en el barrio Riberas del Valle. La intención de colaborar con familias de escasos recursos llega a su fin por la falta de insumos para elaborar la comida diariamente. 

El grupo estaba conformado por personas que anteriormente tenían merenderos en sus viviendas, que debieron cerrar por la falta de recursos para adquirir la mercadería necesaria para preparar las raciones de alimento. 

La cantidad de personas que se convocaban generalmente en las plazas de los barrios superó las expectativas de los organizadores y generó que utilicen más ingredientes que los que planificaron, entre 150 y 250 raciones por jornada. 
Analizando la situación, los integrantes de la propuesta solidaria se vieron obligados a terminar con la iniciativa sin poder lograr las treinta jornadas, ya que podrían hacerlas pero sin satisfacer a todas las personas que se acercaban a almorzar o retirar comida para llevar a sus hogares. 

Al respecto, María Rivero comentó: “Hoy hicimos el cierre de las ollas populares en el barrio La Ribera, si bien queríamos hacer los treinta días pero no llegamos con los alimentos no perecederos, carne, pollo y verduras. Esto se da porque nosotros teníamos la expectativa para 250 comensales y la realidad nos superó ya que en los barrios había hasta 350 personas y eso nos imposibilita poder seguir haciéndolo”. 

En relación con la realidad que encontraron en cada barrio al que fueron, María indicó: “Realmente vimos muchas cosas, muchas familias que nos agradecieron lo que hacíamos y la felicidad de ver a los chicos y sus mamás comer con tanta alegría nos dio mucha satisfacción. Escuchamos muchas realidades que nos generaban las ganas de seguir, mucha gente, chicos y grandes, pasando necesidades en nuestra ciudad y en la provincia. Necesitan comer como corresponde todos los días, eso duele mucho, no poder seguir ayudando deja una sensación que falta mucho por hacer. Lo vamos a seguir intentando”. 

En las diferentes convocatorias que realizaron, una importante cantidad de personas se acercó a recibir la ración de comida que constaba de fideos con pollo, pizzas, arroz con pollo, entre otros menús que elaboraron en los distintos puntos de la ciudad en los que se emplazaron. Familias completas o mujeres que se acercaban a llevar el alimento para sus hijos y compartirlo en la vivienda fueron una postal que se reiteraba y dejaba entrever la necesidad de recibir ayuda.

Los organizadores de las ollas populares barriales vieron la necesidad en el otro y organizaron con sus propios medios la manera de ayudar a que muchas familias tengan un plato de comida a su paso, aseguran que seguirán intentando  continuar colaborando con quienes más lo necesitan.