En busca del bienestar de los alumnos

La escuela como promotora de salud

domingo, 19 de mayo de 2019 00:05
domingo, 19 de mayo de 2019 00:05

Informe: Adriana Romero

La educación es un terreno fértil para generar hábitos saludables en los niños y jóvenes. Por ello, bajo el concepcto de salud integral, nació el programa Escuelas Saludables, puesto en marcha hace poco más de dos años en el espectro educativo catamarqueño.

La Lic. Mónica Chávez es la coordinadora de este plan provincial. Desde su especialidad en psicopedagogía, y con 28 años como técnica del Departamento de Educación para la Salud del ministerio de Salud, está abocada a la promoción de la salud en la escuela. 

El proyecto “empezó con un encuentro entre técnicos buscando la forma de llegar e instalar el tema de salud en la escuela, ya que históricamente es un anhelo poder modificar hábitos y lograr cambios de indicadores, porque consideramos que la escuela es una ventana epidemiológica que nos dice cuánta salud hay, o no, en la población escolar. Esto nos permitió organizarnos y plasmarlo en un programa con el apoyo de las autoridades para que sea efectivo”, cuenta acerca de los inicios, que ubica “a fines de 2016, pero en 2017 se institucionalizó y se hizo el convenio por dos años, o sea que duraba hasta ahora, pero hicimos una actualización por dos años más”.

“Fue organizado y diagramado en la provincia, con antecedentes de otros programas nacionales, indicadores o estrategias de la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud sobre la promoción de salud”, especifica, apuntando que “fue pensado desde las áreas de Infancia y Adolescencia del equipo de Salud Mental, debido a las demandas que tiene la dirección en cuanto a trabajar con los jóvenes o los docentes. Se programó para que sea un acuerdo intersectorial e intrasectorial”.

Esta tarea fue respaldada a través de “un convenio firmado por los ministros de Salud y de Educación, que ponía responsabilidades y técnicos para trabajar estos determinantes de la salud, que son educación sexual integral, prevención de consumo problemático y alimentación saludable”, detalla.

El programa certifica las acciones de salud en torno a estas temáticas y apoya su incorporación en la agenda escolar. La primera categoría es una escuela amigable, paso previo para ser declarada saludable.

Sobre esta categorización, la especialista define que una institución escolar es “amigable cuando desarrolló una o dos actividades sobre alimentación o prevención de consumo, por ejemplo una charla, una maratón, una campaña de vacunación o una efeméride puntual. En ese sentido, casi todas las escuelas de Catamarca tienen esta categoría. Empezamos con el Nivel Primario, el año pasado seguimos con el Secundario, y ahora estamos con el Nivel Inicial”.

Chávez resalta la ventaja de trabajar con este último segmento educativo mencionado, comentando que “nuestra proyección es certificar los primeros jardines de infantes amigables, el 30 de mayo, en la semana de los jardines. Muchos ya están trabajando con el material, las maestras jardineras son muy creativas, incorporan estrategias didácticas, lúdicas. Los hábitos se mantienen saludables en el jardín y se empiezan a modificar en el resto de la vida. Por eso aprovechamos esa etapa para trabajar. Tenemos para certificar, próximamente en Andalgalá, unas 20 escuelas que ya están como amigables”.

Más adelante puntualiza que una escuela “es saludable cuando incorporó los tres ejes y a la comunidad educativa, a los docentes, los chicos y los padres, de hecho hay algunas que hicieron talleres de padres donde trabajaron la educación sexual, o menús saludables, con un plan para que los chicos pudieran comer una variedad de alimentos, incorporando la fruta y la verdura, que es lo que más estamos teniendo dificultad y mayor rechazo, eso dicen las estadísticas; igualmente con el tema de la promoción de las huertas escolares”.

 Las estrategias y modos de llegar a la escuela se llevan adelante “desde una mirada integral de la salud, pero también desde un paradigma de la prevención y promoción de la salud, de tal manera que no acudimos a la enfermedad sino que estamos trabajando desde lo preventivo, para no llegar a situaciones de riesgo”.

Desde esta perspectiva, considera que se debe tender a lograr “una escuela que atiende, escucha, que es empática, comprensiva y puede dar respuesta a las necesidades de los jóvenes y los niños, promocionando la actividad física, los distintos hábitos saludables; en el caso del eje de alimentación, vemos qué debe tener un kiosco para ser saludable, la variedad de alimentos, la posibilidad de educar alimentariamente a los jóvenes, porque brindamos información y herramientas al docente, ya que todos podemos ser promotores de salud”.

En procura de ello, dice que “hay material que están trabajando en las escuelas sobre el uso del tiempo libre, el consumo, hoy sabemos que utilizar mucho la tecnología también ha pasado a ser una dificultad, más que una ayuda, sobre todo, en los jóvenes y niños pequeños. Esto exige repensar qué puede hacer la escuela frente a esto”. 
A propósito de ello, plantea la necesidad de “recuperar juegos tradicionales, que el chico pueda resolver conflictos, no a través de un teléfono sino cara a cara”.

La funcionaria explica que una vez certificadas como “saludables, buscamos que los equipos técnicos acompañen los procesos. Hicimos un convenio también con el ISAC, que nos ayuda con las prácticas de los estudiantes de teatro o de otras carreras, para que en sus prácticas puedan desarrollar temas que tienen que ver con los ejes temáticos”.

Respecto de las problemáticas más comunes observadas a partir de la labor con las instituciones escolares, Chávez señala que “en general, hay distintas miradas y preocupaciones, uno siempre empieza observando si el entorno es o no saludable. Al equipo de alimentación le preocupan los hábitos y la gran cantidad de chicos con sobrepeso, inactividad física y enfermedades que todavía no deberían estar en la niñez, como la hipertensión o la diabetes, y que ya lo estamos viendo. Ésa es una preocupación para trabajar con lo que significa el entorno y el hábito”. 

Otros de los aspectos puestos sobre la mesa por la profesional tienen que ver con “la comunicación, la convivencia, las situaciones de chicos vinculadas con el consumo problemático, para lo cual los docentes necesitan más asesoramiento, más herramientas para saber cómo actuar”. 

En este punto, afirma que “la idea es repensar para ayudar con estos factores de protección, hay escuelas donde los docentes y los padres han armado grupos para contener, por ejemplo para las presentaciones de buzos había  chicos que no podían tener la prenda y los padres se involucraron solidariamente, o festejar en la escuela los 15 años de chicas que no podían hacerlo. Cosas que hablan de un acompañamiento”.

También comparte que en este camino, “uno se encuentra con distintas matrices de aprendizaje de los docentes, que a veces es difícil modificar para ser promotor desde este lugar”, y considera que “los Institutos de Formación Docente también deberían tener herramientas; nos hemos reunido con rectores y directivos de los centros de estudios superiores para acercar la información, de tal manera que cuando un docente se reciba sepa que puede acceder a este material en la página, videos, pdf; a veces el docente es poco amigable con la tecnología, eso complica, pero hay formas para llegar”.

Con relación a las personas que trabajan, detalla que “somos un equipo técnico conformado por nuestra área y por otras de Salud Mental y Saneamiento Ambiental, que nos ayudan en los distintos ejes. Para salud mental contamos con una psicóloga y abarca todo lo que es prevención de consumo; en alimentación saludable, tenemos un equipo de bromatólogos, nutricionistas y ahora hicimos un acuerdo intersectorial con Saneamiento y otras áreas que llegan a la escuela para limpiar el tanque, controlar el agua, son ejes transversales, el programa de celiaquía que acontece en el eje de alimentación. Tratamos de llegar con el mismo lenguaje y que nos ayuden a ser promotores y traer la información de las escuelas”.

Volviendo a la alimentación de los chicos catamarqueños, comenta que “el equipo especializado -Prosame- detectó la ingesta de harinas, la poca incorporación de frutas y verduras y la inactividad física. Esto es lo que hay que dar vuelta y trabajar el entorno. Estamos armando un grupo de nutricionistas y bromatólogos para lograr una educación más organizada, y como no hay material de Nación, queremos generar uno propio, porque nuestros hábitos no son los mismos que en otras provincias. Esto nos exige ser más creativos a la hora de definir un menú con variedad por la cuestión económica, pero el directivo tiene que hacer de todo, y las huertas han venido a solucionar mucho esa dificultad. El hecho de tener las hortalizas ayudó mucho para incorporarlas en el plato todos los días”.

Consultada sobre la experiencia con los kioscos saludables en las escuelas, evalúa que “hubo cosas buenas y cosas no tan buenas, hay que ir educando con más profundidad al propietario y a la gente, porque no es sólo el kiosco mismo sino quien demanda. Lo ideal sería que pueda llegar un bromatólogo y una nutricionista, porque no sólo hay que pensar qué se vende sino cómo se presenta el alimento, las condiciones higiénico-sanitarias. En algunas escuelas ya tenían alguna variedad, pocas, y en otras han ido aprendiendo”. 

Para nuestra entrevistada, “el problema es la falta educación alimentaria. Hay una escuela de las 500 Viviendas, por ejemplo,  donde una señora con muchas ganas y creatividad armó su estante con toda la variedad de cereales y frutos secos, y les compra a proveedores que están inscriptos en Saneamiento, es decir que cumplen con el Código Alimentario. Y esto es lo que buscamos, mantener la salubridad en todo”. 

Esta tarea “es un desafío permanente y muy gratificante, hay muchos docentes con apertura, con ganas de hacer cosas para que sus alumnos estén mejor”, acentúa.  

En cuanto a la articulación, “lo primero que Educación pide es que se respete la lógica y la esencia educativa y que no se impida el dictado de clases. Y de ahí empezamos una experiencia de sensibilización con las primeras 30 escuelas primarias de Capital y de esas surgieron las 10 primeras escuelas saludables certificadas y premiadas. Con esto comenzó un efecto contagioso, algunas escuelas nos llamaron y nos dijeron que también venían haciendo cosas y querían la certificación, y así vamos avanzando”.

También remarca que desde el programa Escuelas Saludables se está preparando una capacitación avalada por el ministerio de Educación y con puntaje docente, porque “lo que hacemos es sensibilizar a un docente, a un directivo, para que sea el promotor de salud dentro de la escuela”, señala.

En este plano resalta que “el apoyo de los supervisores es fundamental, sobre todo en el interior, porque tienen el registro, la comunicación directa con las escuelas”.

Las instituciones educativas  que deseen comunicarse con el equipo del programa pueden hacerlo al 3834252165, o a través de la dirección de correo eslectrónico: escuelas_saludables_ms@hotmail.com.

 

Consultorio adolescente  y música en los recreos

Una de las propuestas que se manejan dentro del programa es el Consultorio Adolescente. 

Se trata de “un consultorio donde hay un equipo de Salud con alguien de Educación, que hace una consejería, un acompañamiento acerca de la salud integral del joven, referido al cuidado, la prevención del embarazo y de enfermedades transmisibles y no transmisibles. No sólo desde lo biológico y médico sino también desde lo psicológico”,  y describe que cuenta con un equipo interdisciplinario, una obstetra o una médica de familia, una psicóloga, una asistente social que tenga la posta o el mismo equipo técnico que tienen algunas escuelas. Es un programa nacional, que trabaja en las escuelas secundarias para bajar las tasas de embarazo adolescente”.

También hace alusión a la creatividad en busca del bienestar general de los alumnos, comentando que “nos pasó que en una escuela, los chicos querían tener música en los recreos, y ya se está haciendo, les dejamos una batería de música, o ellos mismos eligen, guiamos a los profesores también para que se puedan escuchar distintos géneros”.

“En algunos establecimientos educativos han tenido la posibilidad  de contar con las orquestas y los grupos de música, que les ha dado más variedad”, manifiesta la coordinadora del plan.

 

Las huertas escolares

La coordinadora de Escuelas Saludables pone énfasis en la importancia de las huertas escolares al considerar que “es un espacio no sólo para la alimentación sino también para las conductas, la solución de conflictos y el trabajo en equipo”.

El programa Huertas Escolares, dependiente del Pro Huerta INTA, “viene realizando la entrega de semillas a las escuelas que lo demanden o en otras donde algún equipo técnico ya estuvo asesorando. Lo que hacemos es articular con el programa para informar sobre las escuelas interesadas en trabajar”, apunta y menciona la experiencia de la escuela San Jorge, que “desde hace poquito está involucrando a los padres de tercer grado para preparar la tierra para empezar a sembrar, con la inquietud que llevamos nosotros, así vamos andando y mirando en qué podemos ayudar a fortalecer las escuelas”.

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