La Casa de María

lunes, 10 de junio de 2019 01:10
lunes, 10 de junio de 2019 01:10

Por el Pbro. Gustavo Molas

En sucesivas  entregas brindaremos los aspectos y elementos que constituyen al templo que alberga la portentosa imagen de Nuestra Señora del Valle, que desde hace 400 años arribó a nuestra bendita tierra de Catamarca, “…predestinada desde toda la eternidad a ser un lugar de gracia para habitantes y peregrinos” (Mons. Adolfo Tortolo).
Los títulos que honran al templo son: Santuario de Nuestra Señora del Valle, Catedral y Basílica.

La constante afluencia de peregrinos que de manera espontánea llegan a la Virgen hace de éste uno de los principales Santuarios Marianos del país, siendo nuestra Señora, la Patrona Nacional del Turismo Religioso y Turismo de Fe.
Son los fieles los que otorgan el título.

En 1910 el flamante primer obispo de Catamarca, Monseñor Bernabé Piedrabuena, elevado al orden episcopal por el Papa San Pío X, eligió el Santuario como Sede y Cátedra de su Ministerio, llevándolo al rango de Catedral.
Es la persona del obispo lo que hace a la Catedral.
En el año 1941, para celebrar el 50° aniversario de la Coronación Pontificia de la Sagrada Imagen, el papa Pío XII, a pedido de Monseñor Carlos Hanlon, el obispo de entonces, distinguió con el título de Basílica Menor al Santuario Catedral.
Sólo el Papa concede esta gracia.

La Basílica

Basílica es el término empleado para designar al edificio donde residía el “Basileus”, el emperador, tanto más suntuoso como fuera su poder.

El emperador Constantino, dando la “carta de ciudadanía” al cristianismo, en agradecimiento a sus conquistas –impulsadas por una visión de la Santa Cruz que le auguraba “con este signo vencerás”-, dio un edicto de tolerancia hace ya 1700 años, con el que cesó la despiadada persecución de los emperadores romanos a la Iglesia de Cristo, estableciendo una especie de libertad religiosa.
Se empezaron a construir las basílicas adaptadas al culto cristiano del Rey de los reyes de la tierra, nuestro Señor Jesucristo, su Madre y sus Santos. El mismo emperador Constantino construyó junto al circo de Nerón en la colina Vaticana, cementerio multirreligioso, la basílica al príncipe de los apóstoles, San Pedro, pasando por encima de las leyes y protegiendo y cubriendo la tumba del apóstol con una estructura de mármol llamada “testimonio de Constantino”.

Esta basílica duró hasta el siglo XII, sobre la que se encuentra la actual basílica vaticana.

Roma y el resto del orbe se llenó de templos del mismo esplendor quedando como “archi basílicas” las consagradas a San Pedro en el Vaticano, San Pablo Extra Muros, San Juan (tanto el apóstol como Juan Bautista) en el Laterano y Santa María la Mayor en el monte Esquilino, en memoria del concilio que proclamó en 451 la maternidad divina de María bajo el  papado de Silvestre II.

La Basílica de Nuestra Señora del Valle

En Catamarca, para celebrar los 50 años de la Coronación Pontificia de Nuestra Señora del Valle, Mons. Carlos Hanlon solicitó a su santidad Pío XII que elevara a la calidad de basílica menor el templo dedicado a la Patrona de Catamarca, lo que fue concedido por telegrama.

    El 8 de diciembre de 1940, el obispo diocesano envió al papa el siguiente pedido:

“Padre Santísimo: El infrascripto Obispo de Catamarca humildemente postrado a los pies de Vuestra Santidad expone que el 12 de abril de 1941, se celebrará en esta diócesis con el mayor esplendor posible, el quincuagésimo aniversario de la Coronación de la Bienaventurada Virgen María, llamada del Valle. Por esta causa y para fomentar más y más la devoción bajo esta advocación, suplica encarecidamente a Vuestra Santidad que se digne honrar con el título de Basílica Menor al Santuario de la Beatísima Virgen del Valle…”.
 

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