LA CASA DE MARÍA
Las Urnas de la Virgen (Primera Parte)
Para este propósito, velos, cuevas, nichos, urnas y hornacinas, son semejantes y tienen un común denominador: el Misterio. Que no es el tabú de lo que no se habla, sino una realidad que se va revelando.
Es cada vez mayor el deseo de conocer el origen y las circunstancias en lo referente a la Imagen de Nuestra Señora del Valle y por extensión aquellas cosas tradicionales como el “jarro”, la “cadena”, los templos, los mantos etc. Tal vez sea de interés lo referido al espacio en que se guarda la Imagen.: grutas, nichos, urnas, hornacinas, velos.
Ahora queremos ofrecer en dos partes al menos esos elementos que desde el comienzo, contienen a la Santa Imagen.
Hablando de VELOS y refiriéndose al rostro, el mayor de los misterios es Dios cuya mano “destella”, como expresa el salmo, velando su Poder y ver su Rostro significa morir. Moisés se cubre el rostro ante el misterio de la zarza ardiendo. Él ve a Dios y su rostro queda brillante y debe ser ocultado con un Velo. Elías se cubre el rostro mientras el Señor pasa. En el Cantar de los Cantares el esposo dice: “Tus mejillas detrás del velo son como mitades de granadas… déjame ver tu figura”. Una referencia a la costumbre de Medio Oriente donde “velan” sus mujeres en su belleza que sólo el esposo y sus familiares pueden ver.
El mundo cristiano “vela” a las monjas que se consagran y a veces, según la moda, a la novia el día de su casamiento. El misterio de la mujer que se manifiesta: Rebeca ante Isaac.
En el culto cristiano se cubre con un velo a los sagrarios como se velaba el “Santo de los Santos” por la presencia personal de Dios.
El misterio es sagrado que se va dando a conocer. Se respeta, no se esconde.
Las grutas, cuevas, nichos, suelen ser el lugar del encuentro con Dios. Elías y los hombres en el desierto.
La primera manifestación conocida de la Imagen de Nuestra Señora del Valle fue en la Gruta de Choya como en Masaviele en Lourdes, Francia. La referencia es de manifestación de distinta índole pero a niños como en Fátima.
Según el teólogo e historiador, el P. Larrouy, la Gruta, a su descubrimiento, fue más profunda que, posteriores peregrinos y los arreglos allí realizados la redujeron a su mínima expresión. En adelante, en distintos templos se la coloca en “nichos” realizados en la pared como es habitual con las imágenes sagradas; a veces, con cortinado, se las llama también hornacinas, algo así debió ser en la casa de Manuel de Salazar.
Las Urnas
A partir del momento en que la Sagrada Imagen fue llevada al templo (franciscanos) para el mayor esplendor de su culto, la Información Jurídica que el Cabildo ordenó, casi 100 años después, como una tradición posterior, da fe del uso de las urnas, que eran armarios ciegos que se abrían solemnemente, como tronos en las fiestas importantes o en situaciones excepcionales.
En dichos casos se hacía con una solemnidad, con encendido de velas y el regocijo que hoy tiene cuando se abre la urna en la “bajada de la Virgen”.
El altar mayor de la Catedral de Valencia puede mostrarnos la grandiosidad del retablo que contiene a la Imagen de la Patrona.
En el techo de nuestro Santuario se halla la pintura de la santiagueña que vino a agradecer a la Virgen y la urna estaba cerrada con candado. El P. Aquino estaba de cacería y ante el pedido de la devota, la Urna se abrió milagrosamente.
La misma urna que en las guerras calchaquíes, al abrirla, a veces la encontraban vacía, y en otras descubrían a la Virgen “llena de polvo y cadillo”, sin que ni el Sacristán ni el Cura intervinieran en la apertura.
A esta clase de urnas se refieren los testigos en la Información Jurídica de 1764.
Pbro. Mario Gustavo Molas