Luchó por la seguridad vial en Catamarca y el país
Murió Juan Servera, un ciudadano comprometido
Catamarca perdió ayer a un verdadero luchador por la seguridad Vial, don Juan Servera Ayala, quien dio nombre al Circuito de Conducción Vehicular de la Capital.
Servera había nacido 91 años atrás en Mallorca, Baleares, pero desde muy niño su familia se instaló en Argentina.
Alumno de una escuela agrícola salesiana primero, con el título de maestro luego fue al seminario y se hizo sacerdote. Ya egresado, sus superiores lo mandaron a Japón, donde contribuyó al consuelo y la alimentación de niños huérfanos de la guerra. “Tuve que estudiar japonés y logré hablarlo, aunque no leerlo”.
En 1962 regresó a la Argentina, donde sus experiencias anteriores lo obligaron a preguntarse “cómo un país tan rico tuviera tantos habitantes en la pobreza y en la miseria”. Luego regresó al Japón por unos años, pero pronto pidió a sus superiores que lo regresaran a nuestro país para trabajar aquí.
Como no lo apoyaron por cuestiones económicas, en 1974 dejó el sacerdocio y con un grupo de vecinos formó la fundación Don Bosco, para continuar su proyecto. Impresionado por la enorme cantidad de accidentes de tránsito con resultados fatales, unió su vocación educativa a la necesidad imperiosa de promover la educación vial.
Desde 1980 Servera vivió en Catamarca, donde conoció a su esposa Estela. Como profesor de idiomas en el Colegio Nacional, siguió promoviendo la educación vial.
Servera recordó que en Japón había escuelas de conducción y que todas incluían una pista de manejo. Puso el centro de su actividad en conseguir que las autoridades, no sólo las de Catamarca, sino las de varias provincias más, dediquen recursos para mejorar el control de la emisión de licencias, la educación y concienciación de los conductores.
Logró que el proyecto se concretara en San Fernando del Valle de Catamarca, donde el espacio lleva su nombre.