La iniciativa se realizó con el apoyo de catamarqueños y catamarqueñas

Reyes Magos solidarios entregaron más de 300 juguetes en Capital y FME

martes, 7 de enero de 2020 00:42
martes, 7 de enero de 2020 00:42

En la jornada del domingo, la red solidaria “Llevando Sonrisas” realizó una nueva campaña en la provincia: por la fecha de Reyes Magos, entregaron juguetes en un comedor de Collagasta, en un merendero de la Capital y en la plaza Raúl Alfonsín, ubicada en la zona sur de la ciudad. En total, regalaron más de 300 juguetes a niños y niñas. Días atrás, El Esquiú.com dio a conocer que “Llevando Sonrisas” estaba en los preparativos de una cruzada solidaria con motivo del día de Reyes Magos. Esta iniciativa, que contó con la participación de catamarqueños y catamarqueñas que hicieron donaciones, se concretó ayer en horas de la tarde. A partir de las 19.30, los integrantes de “Llevando Sonrisas” salieron a recorrer las calles de la Capital y del departamento Fray Mamerto Esquiú (FME) para arribar a los destinos donde se encontraban los niños y niñas que esperaban por los Reyes Magos. En primera instancia, los Reyes Magos se presentaron en el comedor “Madre Teresa de Calcuta” de la localidad de Collagasta (FME), luego estuvieron en el merendero “Puerta del Cielo” (Capital) y finalizaron su andar a la medianoche en la plaza Raúl Alfonsín. En esta ocasión, repartieron juguetes, golosinas, budines y panes dulces navideños para los niños y niñas. Caracterizados de Reyes Magos, se fotografiaron con quienes lo pedían. Sebastián Ortiz, integrante de “Llevando Sonrisas”, dialogó con El Esquiú.com y brindó más detalles del desarrollo de la campaña. “Estuvo tremendo. Fue muy lindo, muy emotivo. Los chiquitos estaban muy ilusionados esperándonos. Hemos entregado más de 300 juguetes. A los comedores y merenderos hemos llevado gaseosas, budines, pan de navidad, de todo un poco”, comentó.


Ortiz también contó que los niños los esperaban “con toda la inocencia”. “Nos abrazaban todo el tiempo. Nos decían: ‘No podemos creer que estén acá con nosotros’. Por ahí uno no dimensiona lo que es para ellos. Cuando nos parábamos, todos los autos tocaban bocina y nos hacían que nos paremos a sacarnos fotos. Fue muy emocionante”.

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