Una Navidad especial en el Hospital Malbrán

domingo, 27 de diciembre de 2020 01:14
domingo, 27 de diciembre de 2020 01:14

Es la noche del 24 de diciembre. Son las 20:00. Las calles de la ciudad Capital comienzan a despoblarse y las familias ultiman los detalles para la cena. Mientras tanto, a esa hora, 10 familiares de pacientes con COVID-19 ingresan al Hospital “Carlos G. Malbrán”, para pasar la Navidad con quienes todavía cursan la enfermedad, cumpliendo un estricto protocolo.


Esta vez es diferente. Porque si bien comparten la misma mesa, los pacientes apenas pueden ver el rostro de sus parientes. Es que los familiares llevan un camisolín, un barbijo y una máscara facial. Los familiares no comen ese lomo con papas rellenas con queso que comen los pacientes. Pero sí colaboran para que estos últimos puedan comer los bocados. En las mesas también hay pan dulces y gaseosas sin azúcar. Lo que sí comparten es la mesa. Y tiempo. Por esta vez, solo pasan juntos unos 50 minutos, que es lo permitido por la celebración de la Navidad.


No todos los pacientes decidieron recibir a sus familiares en el Malbrán. Otros prefirieron no exponerlos a la posibilidad del contagio. Por eso, en esa noche del 24, los saludan por celular a través de las videollamadas. Los psicólogos y trabajadores sociales asisten a los que tienen dificultades para comunicarse con sus familias por esta vía. Y los que no cuentan con un celular, pueden utilizar el corporativo que tienen en el hospital. Cuando ese celular es requerido, es envuelto por un papel film y, una vez que dejó de usarlo algún paciente, se quita el envoltorio y es desinfectado. 


En otro sector del hospital está el personal de salud. Ellos no pueden sentarse todos a la misma vez, por un motivo: deben seguir atendiendo a los pacientes. Entonces, comienzan a turnarse y van cenando cuando se presenta la posibilidad. Y también conversan. Pero esas charlas giran en torno a un tema: la pandemia. Hablan de lo que están viviendo desde hace meses. Reciben mensajes de apoyo de ex pacientes que atendieron en el Malbrán. De que están acostumbrados a pasar algunas fiestas así, sin sus familias, pero este año hay lugar para la nostalgia. Para otros es la primera vez que no están sentados en la misma mesa con sus seres más cercanos. La comida es a la canasta y el servicio de Nutrición pone el postre.


A las 20:50, los visitantes emprenden la retirada y agradecen al personal del hospital por haberles permitido compartir casi una hora con sus familiares. Y termina esa Navidad especial en el Malbrán.


Desde el otro lado del teléfono, el jefe en Enfermería del hospital, Erick Reales, cuenta: “Estuve de guardia ese día. Hemos empezado temprano, recibiendo presentes por parte de los pacientes recuperados, recibiendo felicitaciones. Nos mandaban mensajitos, nos llamaban. Eso es alentador para seguir poniéndole el pecho a todo esto. Se ve que estamos haciendo las cosas bien”.


Reales rememora que “fue algo lindo. Hay gente que se emociona por eso. Son fechas especiales. Mucha emoción por todo lo que estamos viviendo. Es un año raro, por ende las fiestas son raras, especiales. En mi caso, hace nueve meses que no veo a mis padres. Ellos son de Tinogasta y no los veo. Y para mí es… te decía que estaba acostumbrado, pero ahora me pintó la nostalgia. Hemos elegido esto y acá estamos, para seguir poniendo el pecho en esta situación tan compleja”. 

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