Ayer se conoció que el Hotel Pucará –que se encuentra en la Capital– adeuda dos meses de haberes a siete empleados.
Según la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos (Uthgra), “la patronal adjudica el atraso salarial a la deuda que la Obra Social de los Empleados Públicos (OSEP) mantiene con el establecimiento”.

Desde la entidad sindical indicaron que “la patronal del Hotel Pucará les trasmitió a sus empleados que no puede pagarles los sueldos por los servicios que brindó a los afiliados de OSEP pero que la obra social provincial aún no pagó”, sin brindar más detalles al respecto.

De acuerdo a la información a la que accedió El Esquiú.com, los trabajadores percibieron el salario de noviembre en enero de este año. Cobraron el aguinaldo, pero no los sueldos de diciembre y enero.

Un empleado del Hotel Pucará señaló a este medio que “estaban abonando, en parte, el sueldo de diciembre. A los primeros días de diciembre, estaban debiendo el sueldo de noviembre y diciembre. El aguinaldo les habían pagado. A mediados de enero, les pagaron (el salario) de noviembre. Y diciembre se va pagando con la recaudación”.

Además, indicó que cuando ingrese el monto que OSEP adeuda al hotel, “se abonará todo (lo que se debe)”.

En relación con el retraso de la obra social, destacó que “como cierran presupuesto, demoraron todo ellos. Siempre pasa en enero. Imagino que se va a empezar a activar todo, cobrar esa deuda y ponerse al día”.

Consultado sobre el tamaño de la deuda, mencionó que “alcanza para pagar los sueldos. Eso es lo más importante, porque en lo que es recaudación no hay mucho”.

 “Sabía que había malestar en el personal por ese tema. El malestar venía desde noviembre, porque se demoraron un poco”, agregó.

Aparentemente, el gerente del hotel pidió a las autoridades de OSEP que apresuren el pago porque el establecimiento tiene varios compromisos económicos para afrontar. 
Cabe mencionar que desde la obra social habría voluntad de pagar la deuda. 

Uthgra, por su parte, remarcó “la nobleza de estos trabajadores, que en su mayoría han superado los 30 años de servicio, incluso hay uno de ellos de 35 años de antigüedad, quienes manifiestan su respeto por la patronal, y hasta se abstienen de llevar a cabo una medida de fuerza, porque temen ser despedidos”.