Trabajar en la pandemia desde adentro

Rodolfo, un médico catamarqueño que combate al coronavirus en España

lunes, 23 de marzo de 2020 01:06
lunes, 23 de marzo de 2020 01:06

El catamarqueño Rodolfo Cecenarro es uno de los médicos que, a diario, combate al coronavirus en España, uno de los países afectados de Europa.


Cecenarro se desempeña en el área de atención primaria de un centro de salud en Badalona, una ciudad de la provincia de Barcelona.


En una entrevista con El Esquiú.com, Cecenarro comentó que le tocó trabajar con casos de coronavirus y describió cómo se vive el avance de la pandemia.


También se refirió a la situación de Argentina: valoró al personal que trabaja en el área de salud y consideró que, eventualmente, pueden faltar respiradores y camas en terapia intensiva.

- ¿Cómo estás viviendo esta experiencia?
- “Me tocó trabajar con casos. El tema de los criterios de diagnósticos fue variando y de hecho, va variando día a día. Nosotros sabemos que el virus da unos síntomas particulares, que son muy parecidos a una gripe. Cerca de un 90% de los casos da fiebre y tos. Pero a veces da tos sola, o fiebre sola. A veces empieza como una diarrea y después fiebre. A veces no da ningún síntoma. Entonces, ante estos síntomas, nosotros deberíamos sospechar los casos. Cuando se inició la epidemia en China, prácticamente no hubo una gran alerta. Acá, particularmente en lo que es Barcelona y la comunidad autónoma de Cataluña, cuando llegó a Italia, nos dijeron que sospecháramos de estos casos cuando tuviéramos una persona con estos síntomas, que además hubiese viajado al norte de Italia o China. Este criterio no consideraba que entre Barcelona e Italia hay muchísimos vuelos diarios, por ende, había muchos casos que iban a ser autóctonos. Es decir, de gente que sin haber viajado a Italia, había tenido contacto con gente de Italia, (y) por ende, iba a presentar síntomas. Creo que ese fue el gran error: no cerrar a tiempo los vuelos. Entonces, venía alguien y decía que había estado con alguien que venía de Milán. Y tenía todos los síntomas. Pero si esa persona no había dado positivo en un test para Covid-19, por criterio del Instituto Catalán de Salud, no podíamos pedirle el test y simplemente lo podíamos aislar en su domicilio. Posteriormente, cuando se decretó el estado de alarma, decidieron que toda persona con tos o fiebre fuera sospechosa de coronavirus, pero no hay suficientes test –de momento– para hacerles a todos. Entonces, los que presentan estos casos leves, son enviados a sus casas como sospecha o atendidos en el domicilio de forma telefónica como sospecha. Se les da un tratamiento sintomático, los signos de alarma, se los sigue por teléfono para ver cómo están, pero no se les hace el test, salvo que sea grave. El test se le hace a la gente que está ingresada en los hospitales, con neumonías graves, que cumplen una serie de criterios clínicos, radiológicos y de análisis de sangre, al personal sanitario que presenta síntomas, a la gente que está en residencias geriátricas que presentan síntomas y a casos especiales que nosotros supusiéramos que tienen alto riesgo de presentarlo. Al común de la gente, con casos leves, no se les hace. Entonces, hay una subestimación de los casos reales que hay. Hay muchos más casos, nada más que no se ha hecho el test. Pero la medida de contención de que la gente se quede en su casa, evitaría, si la cumplen, que sigan aumentando el número de contagio de aquí a unas dos semanas, más o menos, se empiece a notar en la curva epidemiológica ese descenso en el número de contagios. Particularmente, he trabajado con muchísima gente que he sospechado que tiene el cuadro. De hecho, me han confirmado que algunos ya han dado positivo. Algunos los he mandado al hospital y han sido ingresados con alta sospecha. Nosotros estamos tomando las medidas necesarias para protegernos, como usar barbijos que son un poco mejores que los comunes, que se llaman FP3 acá, guantes, lavado de manos, batas descartables, etc. Por ahí sí hay un poco de faltante porque no se estaba preparado, sobre todo en atención primaria, pero en los hospitales entiendo que hay bastante material. Ahora, en Madrid han contratado 4000 médicos más, han tomado muchos hoteles y los han convertido en hospitales para casos leves, han abierto 9000 camas más. Están abriendo, en la Feria de Madrid, unas 5000 camas más para los casos más graves. Se supone que aquí, en Barcelona, si bien todavía no hay tantos casos, llegarían a hacer lo mismo de seguir aumentando los casos y probablemente redistribuyan a los médicos de primaria a la parte hospitalaria. 

-¿Qué sensaciones tenés en medio del avance del coronavirus y cómo trabajan ustedes, el personal de salud?
-“En lo personal, tranquilo. Respecto a cómo trabajamos, fue cambiando. Al principio, la mayoría de la gente no tomaba ninguna medida. Pensaban que no iba a llegar acá, por alguna razón estaban convencidos de que no les iba a pasar. Y los que sabíamos que iba a pasar algo, tomamos medidas desde un principio, que es usar barbijos buenos, guantes, mantener distancia con la gente, etc. Cuando llegan al centro de atención primaria, un enfermero o un médico les pregunta por qué vienen, se evita que ingresen a las instalaciones, si es para algo administrativo, dejan su tarjeta sanitaria y se les imprime los que necesiten o incluso se les manda por e-mail para que no tengan contacto, o se los llama por teléfono y se les resuelve la consulta. Si necesitan atención de urgencia, se clasifican entre respiratorio o no respiratorio. Los que son respiratorios, si están tosiendo, se les coloca un barbijo y pasan adentro. Están sentados, todos separados por dos metros y cuando pasan a la sala del médico, están en una silla alejado del médico que está con bata, con unos lentes especiales, con el barbijo especial. Se lo revisa y se hace el diagnóstico de sospecha, diagnóstico de Covid-19 –que no tenemos el test para hacer, se los manda al hospital– o si es otra cosa, se trata”. 

-Teniendo en cuenta el nivel de exposición que tienen ustedes los profesionales de la salud, ¿al final del día se hacen algunos chequeos?
-“Ningún chequeo. Si tenés síntomas, tenés que llamar a un teléfono. Activan una unidad especial que va hasta tu domicilio y te hace el test en tu casa y quedás aislado, de momento. El test demora unos cuatro o cinco días en dar el resultado. Es bastante tiempo. Se podría hacer algún test más rápido, pero aquí en España no está disponible. Querían poner en práctica un test que demora 60 minutos, pero no lo estaban haciendo. Antes, cuando empezó todo esto, el criterio era que si un solo profesional daba positivo, todos los que estaban en contacto con él, tenían que hacer el aislamiento en su casa. Es decir, como nosotros tenemos parte del personal que ha dado positivo, deberíamos prácticamente estar todos aislados en nuestras casas. Pero como no hay médicos, no alcanzan, por eso han contratado más, solamente los que tienen síntomas tienen que hacerse el test y aislarse. El resto tiene que seguir trabajando. No sé si tengo ahora y estoy incubando el coronavirus. Nadie lo puede saber si no tengo síntomas. Me podría hacer el test y ser un portador asintomático, pero no se dispone de test, de momento, para hacerlo”.

-¿En qué fase se encuentra en España con el avance del coronavirus y cómo analizás la situación de Argentina a nivel general?
-“La fase es de una pandemia confirmada y una emergencia sanitaria. Se están tomando medidas que son extraordinarias, haciendo hospitales de emergencia, redistribuyendo al personal donde más hace falta, moviendo especialistas a que hagan la parte de medicina de urgencia y centrando todos los recursos humanos y económicos a atender la contingencia. Entiendo que en Argentina se está haciendo más o menos lo mismo, de una forma distinta. Lo que sí veo bien que hayan decretado la cuarentena, me parece que lo han hecho un poco tarde. Quizás se podría haber evitado si se hubieran cerrado, en primera instancia, los vuelos desde Europa o con conexión a Europa. No podés combatir contra un virus al creer que no va a llegar porque estás lejos. O decir que porque estaban en verano no les iba a pasar. No se sabe, es un virus nuevo, no sabés cómo se comporta. Lo que sí me preocupa a mí, es que Argentina no cuenta con los recursos económicos ni materiales para afrontar una crisis al nivel que está afrontando Italia o España. ¿Por qué? Acá, al estar todos en cuarentena, todo lo que es empresas privadas, prácticamente, ha echado a todos sus empleados. Todo eso alguien lo paga. Y lo paga el Estado. Tenés un país entero donde, salvo los que son sanitarios, policías o personal de emergencia, el resto no está trabajando. Las empresas privadas, que obviamente no están facturando, no pueden pagarles. Entonces, han echado a esa gente. Y todo ese gasto lo está asumiendo el Estado. Por otra parte, tenés todo lo que es material. En Argentina, lo que tenés es recurso humano, especialmente los médicos. Están acostumbrados a trabajar con muy pocas cosas. El problema es que te van a faltar, eventualmente, respiradores, camas en terapia intensiva y todo eso no se inventa de un día para el otro, tiene que estar fabricado”. 

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