Una decena de deportistas mendocinos ha sido detenida a un costado de la ruta que une La Rioja con Catamarca. Entre ellos, está el prestigioso guía de montaña Ulises Corvalán. 

El grupo se fue a subir el cerro Pissis el 11 de marzo, en un lugar si señal de teléfonos. El lugar está ubicado en la región del altiplano puneño argentino, entre de La Rioja y Catamarca, precisamente.

Luego de esa fecha, el 18 de marzo, el presidente Alberto Fernández decretó la cuarentena con restricción de tránsito y, de regreso a Mendoza, quedaron, literalmente, atrapados en la libertad de la ruta que une las provincias de La Rioja y Catamarca.

Los mendocinos en problemas son: Ulises Corvalán, Julián Castro, Martín Lucero, Romina Pagliafora, Gabriela Cavallaro, María Alejandra Ulehla, Jimena De Allende, Paola Villalba, Pablo Fortunato y Roberto Mora. Los cinco primeros de la lista son guías de montaña. 

"Nos han hecho ya muchos controles médicos que constatan que estamos bien de salud. Lo único que pedimos es que nos dejen transitar por las rutas, no necesitamos ni bajarnos al baño, no estaremos en contacto con nadie ni para cargar combustible, ya que estamos abastecidos con bidones extras, llevamos comida y agua", afirman.

No obstante el razonable planteo y la cuarentena obligatoria que los encontró sin señal, las autoridades de esas provincias no atinan a tomar la decisión de dejarlos seguir, incluso, acompañándolos hasta los límites provinciales y de esa manera hacerlos ingresar a Mendoza, donde se prestarían para los análisis médicos que se consideren convenientes, habida cuenta de la pandemia por la propagación del coronavirus Covid-19.  

"Ya hemos llegado a contactos políticos y nadie da solución. Ayúdennos para que podamos volver a nuestras casas", ruegan los andinistas. 

Al respecto, la guía Romina Pagliafore completa: "Lo peor es que nos prohiben seguir y, a la vez, nos dejan varados en la banquina, haciendo abandono de persona. Ya llevamos dos días sin ninguna solución". 

Ojalá pronto quienes tienen poder de decisión tomen cartas en el asunto y esta delicada situación encuentre su correspondiente solución. Al respecto, sería más que apropiado que el Gobierno de Mendoza intercediera, antes de que el abandono pase a mayores.