Historia del milagro que atribuyen a la intercesión del fraile catamarqueño

La niña a la que casi le cortan una pierna y que se curó por completo

El hecho ocurrió en Tucumán. Al nacer, la pequeña contrajo una infección que la puso al borde de la muerte.
sábado, 25 de abril de 2020 01:10
sábado, 25 de abril de 2020 01:10

El milagro de la niña que aprobó por unanimidad la Comisión de Teólogos del Vaticano fue un hecho que ocurrió en la vecina provincia de Tucumán. Al nacer, la pequeña contrajo una terrible infección, enfermedad conocida como osteomielitis, que la puso al borde de la muerte. 


Los médicos pensaban que si llegaba a sobrevivir lo haría con graves secuelas. Pero su mamá no lo creyó. Y oró con fuerzas, pidiendo la intercesión de Fray Mamerto Esquiú para que su hija se salvara. 


En apenas una semana, la niña no sólo se recuperó completamente, sino que quedó sin rastro de haber padecido alguna enfermedad.


El caso fue tan sorprendente que los padres de la niña acercaron el testimonio a la orden franciscana, a la que pertenecía Esquiú. Era la prueba que necesitaban los frailes para continuar con la causa de beatificación iniciada hace 72 años. En 2005 Esquiú había sido declarado Siervo de Dios y en 2006, Venerable. 


Al respecto, el vicepostulador de la causa Fray Marcelo Méndez detalló: “Padecía osteomielitis en el fémur izquierdo, luego la nena fue sometida a una limpieza de su fémur, cuatro veces, con limpiezas quirúrgicas extendidas hasta el tobillo, también le fueron extraídas pedacitos bióticos que evidenciaban el aspecto crónico de esta enfermedad. La familia de la niña fue informada de la gravedad y de las complicaciones y resultados que esta enfermedad había podido determinar”.


“Después se le hizo un examen radiológico que evidenció la presencia muy extendida en el hueso ya de una alteración causada por esta osteomielitis, razón por la cual el médico ortopédico propuso una intervención drástica, cortarle la pierna”, expresó.
En esa línea agregó: “Entonces, la mamá de la nena desesperada tomó la iniciativa de pasar sobre la pierna enfermita una estampita con la imagen y las reliquias que previamente había estado en contacto con el venerable siervo de Dios, pidiendo con fe que él intercediera por la curación de su hija y junto a esta oración de invocación de la mamá luego se unieron el resto de sus familiares”.


“Doce días después, un nuevo control radiográfico mostró sorprendentemente la desaparición de la enfermedad en el hueso el cual se pensaba que había que extraerlo quirúrgicamente. Y después siguió la desaparición de la sintomatología clínica y la mejoría de los exámenes de laboratorio”, indicó.


Por último dijo que “esto fue realmente un hecho prodigioso y que todavía estamos con la boca abierta de cómo el señor obra maravillas cuando encuentra fe en las personas”. 

Proceso y Causa de Canonización

Ya en vida el Padre Esquiú tenía fama de varón santo y virtuoso. Su muerte causó profundo dolor en todo el país y en gran parte de América Latina, Europa y Tierra Santa. Fueron numerosas las personas e instituciones que solicitaron el inicio de la Causa de Canonización del ilustre franciscano, la que finalmente se concretó durante la década de 1920. Luego de varios avances y retrocesos, finalizados los trámites diocesanos, su Causa de Canonización es recibida oficialmente en la Santa Sede en el año 1979.


Los Vicepostuladores, fray Luis Córdoba, fray Luis Cano, fray Mario Fuenzalida y fray Jorge Martínez trabajaron denodadamente para cumplir con todo lo solicitado desde Roma. El 6 de febrero de 2006 fue aprobada la “heroicidad de las virtudes del Siervo de Dios” y el Papa Benedicto XVI, el 16 de diciembre de 2006, lo declaró Venerable.


El actual Vicepostulador es Fray Marcelo Méndez, quien tiene la responsabilidad y el honor de trabajar en la causa que cohesiona y emociona a millones de personas. 


La beatificación solo puede darse en fieles que hayan fallecido con fama de santidad y que ésta sea constante y difundida en diversos lugares. Un proceso de beatificación puede realizarse por dos vías: por causa de virtudes heroicas, si el fiel vivió las virtudes cristianas en grado heroico, o de martirio.

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