“Viva el cáncer”, fue la frase que usó la oligarquía en otra etapa histórica de la República Argentina, para agraviar y violentar a Eva Duarte de Perón. 

El periodista “Baby” Etchecopar se refirió a quien fue dos veces electa presidenta y actual vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, “como el cáncer de la República Argentina”.

El Consejo Provincial del Partido Justicialista expresa su más enérgico repudio y denuncia estas injustificables prácticas misóginas y violentas, que ponen en evidencia la intolerancia y un pasado antidemocrático que no podemos ni debemos dejar de denunciar.     

Como partido político, entendemos a la violencia de género como un problema político y no moral.
Nuestras prácticas deben ser consecuentes con nuestro discurso, en orden a comunicar a los jóvenes para que gestionen sus relaciones con nuevas palabras y nuevos gestos en un plano de tolerancia e igualdad.

Debemos comprometernos, convencer y promover el pensamiento crítico para que los diferentes géneros se apropien de los logros y las conquistas en materia de igualdad de derechos, una meta que debemos seguir construyendo.

Cristina ha promovido en el campo político enormes avances en orden a lograr la igualdad de género, que superaron los más ambiciosos sueños. Se trata, entonces, de una provocación y de un acto de revancha por todas las conquistas de las mujeres en su lucha.

Sin embargo, nada justifica la violencia verbal, su escandalosa y aberrante forma de dirigirse a la vicepresidenta, su falta de empatía, su absoluto desconocimiento y resistencia al cambio en la naturaleza del vínculo entre pares. No hay disculpas que reparen semejante forma de violencia, nadie debe admitir discursos ni aceptar argumentos como lo de este comunicador. La sociedad argentina ha cambiado la inercia y el sentido de estas prácticas.

Estas actitudes nos interpelan. Debemos generar nuevas soluciones que garanticen el derecho que tiene la mujer a ser respetada. Es necesario pensar estrategias para neutralizar conductas agraviantes de forma articulada a nivel institucional.
Denunciamos que actitudes como estas, nos avergüenza como sociedad y debería también avergonzar a la corporación de los medios de comunicación.

Asimismo, es muy importante señalar dónde habita y cómo actúa el patriarcado en el relato de los comunicadores, en las palabras que usan para demostrar el punto en el que la violencia de género tiene su origen.

Es urgente la denuncia y el desmantelamiento de las estructuras mediáticas y corporativas que instala y justifica el mandato patriarcal.

Dra. Lucía Corpacci
Presidenta del Partido Justicialista