En febrero pasado, el implante coclear de Micaela, de 26 años, dejó de funcionar y le impidió continuar con su vida cotidiana. El control médico de su fonoaudiólogo de cabecera le indica una reimplantación, para lo que debe conseguir el dispositivo ya que el aparato que tiene desde los 5 años no le permitirá seguir escuchando. 

Al plantear los padres la situación en la Obra Social de los Empleados Públicos (OSEP), verbalmente le respondieron, según explicó la madre de la joven, Susana, que el costo del aparato es elevado y debería cambiar de médico para que le indiquen uno más accesible. 

La joven se recibió de técnica en hemoterapia y cursa la licenciatura en la universidad de Mendoza de manera online, lo que desde la salida de funcionamiento del dispositivo que le permite escuchar, no puede hacer. 

Al haber recibido el implante a los pocos años de vida, Micaela puede hablar y comunicarse mediante la palabra, por lo que no desarrolló el hábito de la lectura de labios y por estos meses le complica la comunicación con su familia. 

La familia iniciará acciones legales, mediante un recurso de amparo en los próximos días para que se otorgue el requerimiento.  
En diálogo con El Esquiú.com, Susana comentó sobre la situación de su hija: “En febrero pasado de repente le dejó de funcionar, cuando llegamos a Buenos Aires nos dimos con que era la parte interna y el médico nos dijo que debía ir urgente a un reimplante. Se le debe hacer la cirugía, sacarle el implante de la parte interna de su oído y ponerle otro en el mismo lugar.  Está sin escuchar, es como que de golpe dejó de escuchar, se le agrava peor con la pandemia ya que ni con una lectura labial  puede por los barbijos. Está cursando la carrera de hemoterapia por internet en la universidad de Mendoza, hay materias que son con videos y le está costando mucho”. 

En relación con la respuesta de la obra social, señaló: “Cuando pudimos hablar con alguien de OSEP, nos dijeron que el aparato que le indicó su médico es muy costoso  y ahora nos dicen que con ese médico no pueden trabajar, eso que siempre ese doctor le informaba cuando fallaba algo. Ahora ya no quieren que se siga tratando con él. Ella quiere que la opere su médico que la trata hace 20 años. El aparato es de Estados Unidos, una de las marcas que se vende, todos son importados y en dólares, el costo es 32 mil dólares, se paga en esa moneda”.

La madre de la joven señaló que el paso del tiempo debilita el nervio auditivo, “es urgente la situación de mi hija, lo dijo el doctor en febrero, ya pasaron varios meses por la pandemia por lo que nos asesoramos y vamos a presentar un recurso de amparo para que se haga todo en el menor tiempo posible y se respeten los derechos de mi hija”.