Coronavirus: cuáles son y cómo funcionan los diferentes tests

lunes, 6 de julio de 2020 09:07
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Hisopados, PCR, test de anticuerpos y pruebas de antígeno. Los términos se repiten a diario en los medios de comunicación y en las conversaciones cotidianas. Están en boca tanto de quienes forman parte del sistema de salud como de quien los escuchó por primera vez en el marco de la actual pandemia por coronavirus. Pero ¿en qué se diferencian estos procedimientos?

La gente quiere saber si está o estuvo infectada con el virus ante la desescalada hacia la vida “normal” que nos acontece estos días. En concreto, hoy en día existen principalmente tres pruebas para saberlo: la PCR, la más fiable, que detecta y cuantifica el virus; así como la que detecta anticuerpos y la prueba de antígeno.

“Hay dos tipos básicos de pruebas para COVID-19. Por un lado, las pruebas virales o de diagnóstico que detectan si una persona está actualmente está infectada con el coronavirus que causa COVID-19. Y por el otro, las prueba de anticuerpos: una prueba de anticuerpos puede mostrar si alguien estuvo previamente expuesto o infectado con el virus que causa COVID-19, y si su cuerpo ha creado anticuerpos en un intento de defenderse. Esta prueba ayuda a los científicos a recopilar datos sobre cómo el sistema inmunitario combate el COVID-19 en pacientes recuperados”, asegura Lisa Maragakis, directora principal de prevención de infecciones del Hospital Johns Hopkins.

A menudo los especialistas coinciden en la importancia de dar con un sistema que permita tomar el pulso al SARS-CoV-2 para evitar nuevas oleadas de la pandemia. Y uno de los primeros pasos para lograrlo es identificar la presencia del virus –PCR– y de la respuesta inmunológica –test rápido– en la población tanto con síntomas como asintomática. Simplificando, la reacción de la PCR amplifica en cadena un fragmento del genoma viral, de manera que, por medio de fluorescencia podamos identificarlo y cuantificarlo. Los test serológicos o rápidos identifican la presencia de anticuerpos en la sangre.

¿Quién debe hacerse una prueba de coronavirus y cuál específicamente? La respuesta varía en función de muchos factores, incluidos los síntomas de una persona, el historial de exposición y los factores de riesgo subyacentes para la enfermedad grave. Aquí, todo lo que hay que saber sobre los tres principales tests.

Tests de PCR

Las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa, conocidas como PCR, son las pruebas más comunes y precisas para determinar si alguien está infectado actualmente con el nuevo coronavirus. La “Reacción en Cadena de la Polimerasa”, es una prueba de diagnóstico que permite detectar un fragmento del material genético de un patógeno. En la pandemia de coronavirus, como en tantas otras crisis de salud pública relacionadas con enfermedades infecciosas, se está utilizando para determinar si una persona está infectada o no con coronavirus. 

“Existen dos tipos de test: uno que detecta la presencia del virus y otro la de anticuerpos. La presencia del virus se puede ver directamente observando el genoma del virus (SARS-CoV-2) y se realiza a través de la metodología PCR. La muestra se obtiene a través de un hisopado nasofaríngeo que detecta la presencia o ausencia del virus. Su utilidad es confirmar el diagnóstico de enfermedad COVID-19. Esto es lo que se usa en la práctica. Entre cuatro y ocho horas tenemos un resultado. Es lo que inició el Instituto Malbrán y ahora hacen otros laboratorios”, expresó en diálogo con Infobae la médica infectóloga Isabel Cassetti, directora de Helios Salud (MN 55583).

¿Cómo funciona? El hisopo con la muestra se almacena en un tubo o vial estéril y luego se envía a un laboratorio que tiene acceso a un kit de prueba. Allí, técnicos de laboratorio capacitados extraen cualquier información genética de la muestra. El material genético purificado se mezcla con materiales, incluidos algunos derivados del propio coronavirus, que se conocen como reactivos.

La solución completa se coloca en una máquina de prueba del tamaño de una tostadora. Si la muestra de un paciente contiene coronavirus, el material genético del virus se amplificará y la máquina arrojará un resultado positivo. Y si la muestra no tiene coronavirus, habrá un resultado negativo. Generalmente, todo el proceso se puede medir en días, aunque el tiempo para obtener un resultado es más corto si los hospitales o clínicas tienen kits de prueba internos.

Consultado por este medio, el prestigioso infectólogo Eduardo López, uno de los principales asesores del Presidente en la lucha contra el coronavirus en Argentina, explicó: “La técnica para el diagnóstico agudo de enfermedad, ya sea con cuadro clínico florido o leve o incluso para pesquisar asintomáticos, es la técnica de tiempo real PCR, una técnica muy validada que se emplea a nivel mundial que utiliza un ciclador. En primer lugar, se extrae el ARN del virus y detecta porciones genómicas del virus de ARN”.

Y agregó: “Uno puede inferir según el número de ciclo la magnitud de la carga viral. Es decir, si es positiva cuando recién empieza a ciclar significa que hay alta carga viral. En cambio, cuando da positiva con ciclos por encima de treinta, se dice que hay poca carga viral. Por encima de los cuarenta ciclos es considerada negativa”.

Sobre los problemas que plantea esta metodología se destaca en primer lugar que la implementación inicial de la prueba de PCR de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos estuvo plagada de problemas que retrasaron la respuesta temprana de ese país. Si bein ese problema ya se ha solucionado, provocó un retraso en las pruebas desde el principio.

Ahora, el contratiempo primario es simplemente uno de oferta y demanda. La prueba de PCR requiere suministros especializados, instrumentos caros y la experiencia de técnicos de laboratorio capacitados. Debido a la repentina demanda masiva de estas pruebas y los problemas correspondientes en la cadena de suministro, ha habido escasez en casi todos los pasos del proceso, incluidos los hisopos y los reactivos.

Tests de anticuerpos

Las pruebas de anticuerpos, también conocidas como pruebas de serología, no detectan el virus en sí. En cambio, detectan si alguien tiene los anticuerpos en su sistema inmunitario para combatir el nuevo coronavirus.

Estos tests se realizan en una muestra de sangre, de un pinchazo en el dedo o tomado de una vena. Nuestro torrente sanguíneo tiene una biblioteca de anticuerpos contra diversas infecciones virales, bacterianas y fúngicas que hemos tenido durante nuestras vidas. El objetivo de esta prueba es encontrar el anticuerpo que se aplica específicamente al nuevo coronavirus que causa COVID-19.

Los tests de anticuerpos generalmente no se usan para el diagnóstico, sino para dar una idea de cuán ampliamente se ha propagado el virus en una población. Dado que las pruebas de PCR eran escasas en las primeras semanas del brote de coronavirus, una prueba de anticuerpos más amplia nos ayudaría a saber cuántas personas se recuperaron del coronavirus, posiblemente sin siquiera saber que estaban infectadas.

Además, la mayoría de los expertos creen que las personas que se han recuperado del virus tendrán algún tipo de protección contra la reinfección, por lo que las pruebas de anticuerpos podrían usarse para decidir quién es inmune al virus y quién puede regresar al trabajo sin temor a una infección.

“Su utilidad se basa en ver la evolución de la pandemia en distintos lugares, es decir tener un panorama de cuánta gente estuvo expuesta al virus y se curó. En la práctica diaria no tiene mucha utilidad. De hecho no tiene utilidad para el diagnóstico, sino para hacer estudios poblacionales y seguir la evolución de una pandemia”, indicó Cassetti.

Sin embargo, debido a que el virus aún es tan nuevo, no está claro qué tan fuerte podría ser esa inmunidad o cuánto podría durar. ”Esperamos que la mayoría de las personas infectadas con COVID-19 desarrollen una respuesta de anticuerpos que brinde cierto nivel de protección”, escribió la Organización Mundial de la Salud en una serie de tuits.

Y agregaron: “Lo que aún no sabemos es el nivel de protección o cuánto durará. Estamos trabajando con científicos de todo el mundo para comprender mejor la respuesta del cuerpo a la infección. Hasta ahora, ningún estudio ha respondido a estas importantes preguntas”.

El problema principal con las pruebas de anticuerpos es la cuestión de la precisión. Aún no está claro si estas pruebas son consistentemente correctas. En marzo, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) emitió una política para permitir que los desarrolladores de pruebas de anticuerpos salgan al mercado sin una revisión previa de la agencia si cumplen con ciertas condiciones. La FDA también ha autorizado ocho pruebas de anticuerpos bajo una autorización de uso de emergencia, lo que significa que no ha validado la precisión de las pruebas.

Esto ha llevado a un exceso de pruebas poco confiables y a la incertidumbre entre los funcionarios de salud encargados de realizarlas. Los resultados inexactos también podrían tener consecuencias mortales. Un falso positivo en una prueba de anticuerpos podría hacer que alguien piense que es inmune al virus, lo que podría ser más peligroso que ningún resultado.

Pruebas de antígeno

Las pruebas de antígeno son una forma rápida y fácil de buscar un antígeno específico, un término para cualquier sustancia extraña, como un virus o una bacteria. Las pruebas de antígeno para la gripe o la faringitis estreptocócica, por ejemplo, se pueden realizar en el consultorio de un médico sin equipo costoso y dan resultados en minutos.

Todavía no existe una prueba de antígeno confiable para el nuevo coronavirus, pero es teóricamente posible y las compañías están trabajando para hacer una. En una prueba de antígeno de coronavirus, se coloca una muestra corporal, como un hisopo de garganta, en una tira especialmente tratada, que luego usa un color o marcador para indicar si el nuevo coronavirus está presente.

La prueba de antígeno funciona buscando una parte única del nuevo coronavirus, como una proteína específica en uno de sus picos “corona” del mismo nombre. Si esa proteína específica está presente en cantidades detectables, entonces la prueba arroja un resultado positivo.

Las pruebas de antígeno podrían proporcionar respuestas inmediatas sobre si alguien está infectado con coronavirus y, en teoría, podrían producirse en masa para uso doméstico. Sin embargo, es probable que estos no reemplacen las pruebas de PCR, que son las más confiables, pero serían un buen primer paso.

Para López, las técnicas de detección de antígeno proteico del virus en general “todavía no están bien estandarizadas, no pueden hacer el diagnóstico agudo y no tienen la sensibilidad ni la especificidad de la técnica de PCR (arriba del 98%)”. “Las técnicas de antígeno de proteína no se utilizan a nivel mundial por los cuestionamientos alrededor de su sensibilidad”, advirtió el experto.

La OMS dijo que estos “podrían usarse potencialmente como pruebas de clasificación para identificar rápidamente a los pacientes que tienen muchas probabilidades de tener COVID-19, reduciendo o eliminando la necesidad de costosas pruebas de confirmación molecular”.

Hasta ahora, las pruebas de antígeno para coronavirus no funcionan de manera consistente. Según pruebas de antígenos similares para enfermedades respiratorias como la gripe, su sensibilidad, la capacidad de identificar correctamente a los pacientes con COVID-19, varía entre el 34% y el 80%, según la OMS. “Con base en esta información, la mitad o más de los pacientes infectados con COVID-19 podrían pasar desapercibidos para tales pruebas, dependiendo del grupo de pacientes evaluados”, advirtieron desde la agencia.

El diseño de las pruebas puede ser un desafío, según Gigi Gronvall, investigador principal del Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud. ”A veces, los virus pueden tener pliegues especiales o modificaciones de proteínas en su superficie, lo que puede interferir con el proceso”, advierte Gronvall.

Además, mientras que las pruebas de PCR amplifican el material genético del virus para detectar incluso pequeñas cantidades, las pruebas de antígeno pueden necesitar una mayor cantidad de virus. ”Y luego, además de la parte de diseño, necesitas tener suficiente virus para dar positivo”, agregó. Debido a estos problemas científicos en curso, la prueba de antígeno es prometedora, pero se mantiene a varios pasos de distancia.

Lo mejor: combinar ambos tipos de pruebas

Sobre si las personas con anticuerpos –test rápido positivo– están protegidas frente a nuevas infecciones de SARS-CoV-2 hay que decir que aún no tenemos ninguna evidencia y que probablemente va a ser complicado tenerla. El único experimento que permitiría responder a esta pregunta sería exponer al virus a personas que tengan anticuerpos y determinar qué nivel de anticuerpos es protector. Esto, obviamente, no sería ético.

Por tanto, sólo sabremos si las personas con anticuerpos pueden volver a infectarse cuando esto suceda por razones naturales durante un nuevo brote, que esperemos no ocurra, aunque es posible, teniendo en cuenta el bajo porcentaje de individuos con altos niveles de anticuerpos contra SARS-CoV-2 en los análisis poblacionales realizados.

Mientras no llegue una nueva oleada de la pandemia, lo deseable en este momento es combinar ambos tipos de prueba, la PCR y los test rápidos, especialmente en regiones gravemente golpeadas por esta crisis sanitaria. Esto permitiría una desescalada más segura, precisa y eficaz. Y daría mucha paz a personas, familias y empresas.

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