Cara a cara

“¿Por qué el artista cobra y los artesanos tenemos que pagar?”

domingo, 23 de agosto de 2020 06:00
domingo, 23 de agosto de 2020 06:00

HOY: JORGE GÓMEZ (ARTESANO)

“Cuando se juzgue un hombre, preguntad cuál es su oficio…” dice la canción creada por Daniel Altamirano, en la que destaca de manera especial al artesano. En este año sin Fiesta Nacional del Poncho, fuimos en busca de un artesano (con algo de tonada cordobesa y catamarqueño por adopción desde hace casi 40 años) que en más de una vez levantó su voz de rebeldía por algún reclamo y que va para los 30 años de exponer en el Poncho. Figura entre los innovadores de la actividad artesanal, donde su alta creatividad transforma en algo útil algún elemento que puede parecer un desperdicio: troncos, trozos de palmeras, huesos, parte de los cardones y todo lo que pueda servir para darle vuelo a su imaginación. Es uno de los habitantes talentosos de las 920 Viviendas, donde su taller genera arte a través de obras que merecen el reconocimiento en cada exposición. Comenzó destacándose en el dibujo, pero finalmente la artesanía lo incorporó a sus filas. El Cara a cara de este domingo tiene como protagonista a un hacedor y reconocido habitante de plazas y festivales: Eduardo Jorge Gómez, el mismo que reabrió una vieja polémica: ¿por qué pagan los artesanos en el Poncho?

  -El ministro de Cultura y Turismo, Luis Maubecín, tuvo expresiones sobre la actividad artesanal en la Provincia: “Queremos promover la artesanía y llevarla al rango de industria cultural” y “Queremos hacer crecer a nuestros artesanos”. ¿Cuál es su opinión?

  -Desde el punto de vista personal –y sé que muchos van a compartir mi postura- hay que defender fundamentalmente nuestro trabajo manual y no caer en su desvalorización. Industrializar la artesanía es acercarles herramientas  para que se conviertan en emprendedores. Según Desarrollo Social, yo también tengo carácter de “emprendedor”, pero en realidad soy artesano. Habría que evitar mezclar las cosas. En todas las grandes exposiciones, están los llamados “salones institucionales”, donde están representados los municipios con las personas que tienen derecho a trabajar, pero insisto: cada cosa en su lugar. En más de una ocasión, en esos eventos, cumplí la tarea de fiscalizador, responsabilidad que me dieron porque conocía sobre muchos rubros artesanales. Un ejemplo: la señora Mirtha Presas era idónea en muchos rubros y tenía autoridad para calificar la calidad y el origen de los trabajos.

  -¿Sobre de “hacer crecer al artesano”?
  -Primero, debemos tener un lugar fijo de exposición. En la Manzana de Turismo hay un espacio e incluso pude exponer mis productos, pero deben definir su funcionamiento. Es más: se llevaron cosas mías a Buenos Aires y no puedo creer que no se haya vendido nada. Necesitamos algo distinto, donde el artesano esté junto a sus trabajos y pueda tener contacto directo con la gente, es decir un lugar fijo para la venta. ¿Por qué digo esto? Porque quien vive de esto no tiene otra forma de comercializar las cosas. Aquí hay tres casas de artículos regionales y en las tres  venden productos de otras provincias; lo que menos venden son cosas de Catamarca. Me consta que vienen vehículos de Córdoba o Rosario cargados de productos. Lo mismo pasa con La Gruta: ahí no van a ver ni una imagen de la Virgen del Valle tallada en madera. Pero uno sigue y sigue en la lucha, aún a sabiendas de cómo es la “ley del gallinero: se sabe lo que hacen los de arriba…”.

  -¿Qué significa para un artesano un año sin Poncho, como el 2020?

  -¡Mucho, diría muchísimo! Porque es la fiesta esperada por todos y de manera especial por los artesanos. Es algo que forma parte de nuestro presupuesto. En el Poncho es cuando se hace la diferencia económica que permite respirar más aliviado por un buen tiempo. Además, nos permite comprar los elementos necesarios para seguir trabajando. A los que quieren venir por primera vez a exponer en el Poncho, siempre les aconsejo: hay que prepararse muy bien. Hubo un año pésimo para la venta de artesanías en el Poncho y todos se quejaban, mientras que mi opinión era diferente, declaré que a mí me había ido bien. Porque es así: son muchísimos oficios en el marco del rubro de la artesanía, cada oficio tiene su historia y no todo es vendible; hay cosas que son para el turista y cosas que no, es cuestión de buscarle la forma. En una de las ediciones del Poncho estuvimos todos metidos en una sola carpa y tuve la oportunidad de conocer a grandes tejedoras haciendo el aguante, esperando vender un tejido que no siempre es fácil vender.

  -¿El artesano es el mejor artista que tiene el Poncho?
  -Sí. Si en un año no hay la tradicional exposición artesanal y solamente traen el espectáculo folclórico, el nivel de la fiesta va a bajar.

  -Todos los años surge una polémica de nunca acabar: ¿los genuinos  artesanos catamarqueños deben pagar los espacios para exponer en la fiesta que les pertenece por derecho propio?

  -Los artesanos siempre nos preguntamos: ¿Por qué al artista, al cantante, se le paga y por qué al artesano se le cobra? Hubo un Poncho que, debemos decirlo, fue la excepción. Fue a comienzos del año 2000, cuando se hizo en las instalaciones de donde era el regimiento local. ¡En 30 años y por única vez, hemos cobrado por exponer los artesanos! Fue cuando tuvo mucho protagonismo el CFI (Consejo Federal de Inversiones) y la verdad fue una atención de lujo para los artesanos: vales para las comidas con postre incluido todos los días. Semanalmente te pagaban un dinero por tu exposición y hasta recuerdo que Mirtha Presas (que luego fue directora de Artesanías por varios años) fue una artesana más en esa edición. En este aspecto, ese año tuvimos el mejor Poncho y nadie salió a comentar nada. Recuerdo que también nos daban gratuitamente todo tipo de folletería y bolsas de papel de distintas medidas, remeras, gorras, lapiceras, agendas. Está claro que comparto la idea de que los artesanos catamarqueños no deben pagar para exponer en la fiesta de julio.

  -¿No es posible armar una comisión de artesanos catamarqueños antes de cada Poncho y pedir formalmente la eximición del pago del espacio?

  -No. Porque son mayoría los obsecuentes que tenemos alrededor. Entonces, los que luchamos por un derecho chocamos con gente infiltrada, obsecuentes que tienen miedo de hacer un reclamo. Hay quienes no entienden que no nos pueden privar de exponer en el Poncho por el solo hecho de hacer un planteo.

  -¿Desde cuándo expone en la Fiesta Nacional del Poncho?

  -Un poco más de 25 años.

  -¿Cómo está llevando su artesanía en esta larga cuarentena?

  -Agradezco a Dios porque soy muy creyente, antes que nada. Digamos que nosotros, con tantos años en el oficio, la estamos llevando bien. Más allá de que mi vidriera siempre fueron las plazas, elegí finalmente esto de no andar viajando porque me di cuenta que la vida va quedando en el camino y decidí instalar mi taller y mi propio salón de exposición. Me encantaba viajar a otras exposiciones en distintas latitudes del país, pero en cada Poncho veía cómo muchos colegas tenían deteriorada la salud por tantos viajes; es gente que va y va con sus vehículos a cualquier parte del país. Hay quienes llegan hasta la última noche del Poncho y viajan esa misma noche para exponer en otra provincia. No descansan nunca. Lo cuento porque conozco muchos casos de colegas que van dejando la vida en esos viajes. Volviendo a la pregunta: el haber hecho un circuito de clientes, nos permite pasar esta cuarentena sin mayores sobresaltos. Es cierto que no es lo mismo estar en una exposición que estar en la casa, donde tengo el taller y en forma permanente tengo mercadería a disposición de la gente. No dejamos de trabajar nunca.

  -¿Qué es lo que más consume la gente a la hora de elegir una artesanía?

  -Me sorprendió algo en los últimos meses: me pidieron imágenes de la Virgen del Valle para profesionales médicos. Es en gran medida una demostración de fe en medio de esta pandemia y un gesto de proteger a los profesionales de la salud.

  -¿Cuáles son los elementos que más se usan en su artesanía?

  -Todo lo que veo lo quiero transformar en una artesanía. Voy por la calle y veo un tronco que me llama la atención, lo levanto. De los restos de palmeras hago máscaras. A los cardones trato de sacarles el mayor beneficio. De un hueso busco una idea, o de un tronco lo mismo. Por supuesto que, al margen de los elementos que nos brinda la naturaleza, hay que invertir en otros insumos, muchos de los cuales no se consiguen en Catamarca y se los consigue, por ejemplo, en Córdoba. Por supuesto, que uno de los principales desafíos es intentar reinventarse siempre, innovar en todo lo que se pueda.

  -¿Recibe alguna ayuda del Estado?

  -En estos momentos no tengo ninguna asistencia, de ninguna naturaleza. Es cierto que tampoco ando pidiendo, pero no es cuestión de andar quejándose por la vida. Digo las cosas cuando hay que decirlas: tanto a la hora de criticar como a la hora de algún elogio. El otro día puse en Facebook algo que vengo repitiendo desde  hace muchos años y que forma parte de mi lucha: “Artesanía…no me llama. Turismo…no me atiende. Cultura…no me registra. Si preguntan por mí, estoy en Catamarca. Desde 1985 fomentando la cultura”.
  -También la rebeldía se manifiesta en otra frase suya: “Somos los parientes pobres del arte”. ¿Por qué?

  -Esto pasa a nivel mundial. Una vieja polémica sobre que “el artesano no era artista” o que “el artista no era artesano”, vuelve siempre: por los que consideran que el artista que pinta es una estrella, un artista de salón; mientras que nosotros, los artesanos, somos el decorado de la función de turno. ¿Y esto por qué? Porque cada vez que hay una movida política, se acuerdan y dicen: “llamen a ese grupito” para que exponga y apoye la movida. Cuento algo: guardo artículos sobre las instituciones que otorgan préstamos a nivel mundial para asistir a los artesanos. Nunca tuve la suerte de un beneficio de siquiera diez pesos para determinado proyecto laboral en el marco de la artesanía. Pasa que aquí hay un par de organizaciones de “vivos” que un día vienen mientras vos estás trabajando y te sacan todos por todos lados. Después, presentan una propuesta de tal o cual feria con 300 artesanos y eso les sirve para bajar créditos y asistencias.

  -¿En que está fundamentada su artesanía?

  -Básicamente se sustenta en la cultura catamarqueña. Siempre estoy en la búsqueda de conocer un poco más sobre la esencia que identifica al ser catamarqueño.

  -¿La artesanía de Catamarca es una de las mejores artesanías del país?

  -Diría que sí. Es muy rica por su amplia gama de motivos en los cuales puede el artesano trabajar. Veo en otras grandes ciudades y en otros países de qué manera usan los motivos catamarqueños, lo que indica sobre la riqueza de la cultura catamarqueña. Considero que hay que insistir sobre el valor que tiene nuestra artesanía, de todo lo valiosa que es y todo lo que representa. De un tiempo a esta parte veo con agrado que la cuestión del trabajo artesanal va adquiriendo mayor importancia y relevancia y eso es importante para los que dedicamos nuestras vidas en sostener el patrimonio cultural a través de la artesanía.
 

Personal

Nombres y apellidos: Eduardo Jorge Gómez.
  -Edad: 67 años.
  -Adriana Beatriz Espíndola.
  -Hijos: Nadia, Lorena, Franco, Evelyn e Ivanna. Más un nieto criado como hijo: Nahuel.
  -Nietos: Nueve.
  -Pensamiento: “Somos…artistas urbanos que fomentan la cultura. Somos…los que impregnan de artes los paseos. Somos…el decorado de la función de turno. Somos los parientes pobres del arte. Somos…siempre los mismos (discriminados).
  -Un logro: Diseño y realización del centro para la reina del Poncho, en 2003. Sello distintivo de elecciones de soberanas en  la Capital y en numerosas ediciones de la fiesta de las vacaciones de invierno. Recibió numerosas distinciones y reconocimientos por sus trabajados que trascendieron las fronteras de la provincia y el país, testimonios que son guardados cuidadosamente.
  -Simpatizante de: (Sin dudarlo) ¡River Plate!
 

66%
Satisfacción
0%
Esperanza
0%
Bronca
25%
Tristeza
8%
Incertidumbre
0%
Indiferencia

Comentarios

23/8/2020 | 09:56
#149006
EXCELENTE Y CUANTAS VERDADES ,LAS EXPRESIONES DEL ARTESANO.PARECIERE QUE A LOS GOBIERNOS NO LES INTERESA NUESTRA CULTURA,DESDE NUESTRA MANERA DE HABLAR, EL FOLCLORE ENTRE OTRAS, SIN ARTESANOS NO HAY FIESTAS ASI QUE ÚNANSE Y PONGAN CONDICIONES YA QUE COBRAR POR UN PEQUEÑO ESPACIO QUE ES PUBLICO ES UN INSULTO.
23/8/2020 | 08:19
#149005
Distinto sería, si cobraran entradas para ingresar al predio, pues solo asistirían quienes tienen interés en disfrutar de lo expuesto o de los números artísticos, como pasa en todo el mundo. De lo contrario ingresan hasta los pungas. Y por otro lado, habría un ingreso extra para poder pagarle a los artesanos. No se hace porque no se quiere. Porque creen que la gente los va a votar si todo es gratis. Y nada es gratis. La plata debe salir de algún lado o alguien se deja de cobrar...

Otras Noticias