SOLICITADA

CÍRCULO MÉDICO DE CATAMARCA A LA OPINIÓN PÚBLICA

lunes, 24 de agosto de 2020 01:16
lunes, 24 de agosto de 2020 01:16

La pandemia por COVID-19 desnudó los desafíos que enfrentan los países en torno a los RECURSOS HUMANOS para la salud, exponiendo y agudizando las falencias que existen en los sistemas sanitarios y la subinversión crónica desde décadas en estas fondones clave, como afirmó la representante de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) en Argentina, Dra. Maureen Birmingham. El gran equipo de trabajadores de los servicios de salud lleva adelante una delicada y riesgosa tarea en esta lucha contra el virus. La secuencia es larga, donde cada uno cumple un vital desempeño: desde aquellos dedicados a la búsqueda activa y aislamiento de cada caso con rastreo de contactos, los microbiólogos trabajando las 24 horas para asegurar un diagnóstico oportuno, como todos los que participan en las etapas clínicas, desde leves hasta severas, por mencionar algunas funciones. Las líneas médicas de trabajo inician desde el primer y permanente contacto con paciente, desde aquellos asintomáticos hasta los que requieren internación en salas comunes o en terapias intensivas. En estos lugares se utilizan medidas terapéuticas sofisticadas y complejas que requieren equipamientos, además de una adecuada estructura, pero sin dudas el elemento más importante es el PERSONAL DE SALUD, especialmente médico/as internistas, especialidades a demanda, in-tensivistas y todas la profesiones de un enorme equipo, indispensables para la tarea. Lamentablemente trabajar en ellas implicó disminución de la oferta o escasa disponibilidad de esos recursos que dependen de varios factores: demanda con alta carga física y psicológica, el contacto permanente con el sufrimiento y la muerte, las pobres condiciones laborales en muchos casos y las bajas remuneraciones, no acorde a tremenda responsabilidad. 


En general se habla de la preocupación de disponibilidad de camas y equipamiento en las terapias intensivas, respiradores, etc, sin embargo se ha hablado muy poco del RECURSO HUMANO, como lo afirmó el Dr. Arnaldo Dubin, miembro de SATI (Soc. Arg. de Terapia Intensiva). Actualmente hay lugares con brotes importantes de la enfermedad, donde se cuenta con estructuras, pero no con personal capacitado para la demanda, sin soslayar la alta exposición a enfermar de estos profesionales, situación que agrava aún más el problema. La formación de un médico de cualquier especialidad demanda una Residencia de 4 o más años de duración, sumados a su título de grado y la actualización permanente. Son años de inversión personal en preparación y los resultados dependen exclusivamente de esas capacidades y su minucioso trabajo en equipo. En virtud de ello, cuando desde el Círculo Médico insistirnos por la actualización arancelaria de nuestros médicos, no surge por pretensiones caprichosas o fuera de una difícil realidad. Muy por el contrario, consideramos necesaria la protección integral de nuestro recurso, sin distinción de especialidades, por la alta exposición de todas ellas. Bregamos por la protección, no sólo de su bioseguridad, sino también por las justas remuneraciones para personas que arriesgan su propia integridad en esta situación y fuera de ella también. Nuestro compromiso con la sociedad y los pacientes es permanente, sólo pedimos equilibrio y principio de justicia por nuestro trabajo. 

COMISIÓN DIRECTIVA CÍRCULO MÉDICO DE CATAMARCA 
 

38%
Satisfacción
46%
Esperanza
0%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
15%
Indiferencia

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