Primero fue el papel

Por Nicolás Reynoso.
lunes, 3 de agosto de 2020 02:59
lunes, 3 de agosto de 2020 02:59

Sentado en una mesa de bar, en un medio de transporte, en vacaciones o simplemente en una habitación de la casa y tener el hábito de leer noticias en papel ha sido una costumbre centenaria, llevada a cabo en cualquier rincón de la geografía catamarqueña.

En los comienzos del periodismo provincial, los diarios no eran diarios sino periódicos, se publicaban a intervalos, y su vida institucional era corta.

Con la llegada de la primera imprenta en 1857 aparece El Ambato, hasta 1861. A partir de allí ocupa su lugar  La Libertad que cambiaría de nombre a La Voz del Pueblo, también se imprime Ecos de la Juventud (periódico estudiantil). En 1873 La Opinión era la encargada de mostrar la realidad en sus páginas, le siguió El Trasandino.

Otras propuestas para reflejar el quehacer político y social vendrían de la mano de El Andino, El Pueblo, El Creyente, Brisas Andinas.

Desde 1884 hasta 1888 la palabra escrita se reflejaba en La Unión Catamarqueña, Catamarca, El Deber, El Autonomista, El Calchaquí, El Progresista, La Montaña, Figarillo (estudiantil) y Los Andes.

En 1895 reaparece El Ambato por otros cinco años aproximadamente.

Un periódico que alcanzaría las dos décadas de vida fue La Ley, en oposición a su durabilidad circularon Tribuna libre y Chispa Republicana.

Comenzado el siglo XX, además de tranvías y carruajes circularon El Andino, El Anterior, La Provincia, El Debate,  Ecos de la Semana, La Redacción.

En 1912 nace El Día, con una trayectoria mayor a veinte años. En 1918 ve la luz El Imparcial.

El año 1923 fue prolífico en materia de prensa escrita El Ambato (por tercera vez), La Voz Radical, La Opinión y El Progreso, éste último llegaría a los veinticinco años de existencia. De vida efímera fueron El Surco, El Norte, Gaceta del Foro, La Orientación, El Radical, El Peronista, y El Valle Calchaquí.

Próximo a la década del 30, en 1928 El Porvenir llega y a poco muda su nombre a La Unión, aún vigente.

A principio de los 80, cobra vida El Sol de Catamarca, en 1988 El Ancasti, en 1989 Semanario Cambio, de muy breve vida.

El 3 de agosto de 2010 hizo su aparición El Esquiu.com

Una década, 10 años, 120 meses, 3650 días, descontando 5 días al año por feriados da como resultado 3600 jornadas laborales. A diferencia de otros emprendimientos, el periodístico no sabe de muchos descansos o pausas.

Nacer periodísticamente en papel cuando la tendencia es vivir digitalmente en internet suena a una equivocación o a un contrasentido, pretender retener 160 años de prensa gráfica pinta a locura. Tradición y costumbre de ver y sentir la hoja de papel sobre la mano, archivar recortes que mostrarán su valía de documento por el amarillo del tiempo transcurrido tiene sabor a nostalgia.

Me gustan esos raros peinados nuevos, cantaba Charly García. Así, la nueva lectura hoy es digital, el hábito cambió de envase, la costumbre se mantiene. Los nuevos formatos de información conviven con el clásico texto impreso, pero, como Caín y Abel solo uno sobrevivirá, el tiempo será verdugo.

La vieja prensa libra batalla en este mundo de cambios tecnológicos constantes, donde la palabra escrita dió lugar al audio y el video como componentes necesarios de una misma pieza informativa.

Internet se ve como la panacea del conocimiento, la fuente de todos los saberes. Es instantánea y de alcance global. Y eso es malo para la prensa tradicional.

El modelo empresario de un diario necesita de anunciantes y lectores que abonen por cada ejemplar impreso.

La mutación de papel a digital tiene un costo, el cierre de imprentas ya comenzó en los países más avanzados, la conversión y desaparición de oficios y profesiones ligadas a las empresas periodísticas es un hecho actual.

La lectura gratis de artículos periodísticos en la web tiene fecha de vencimiento. Detrás de un servicio de noticias digitales existe toda una estructura de equipamiento tecnológico y personal capacitado, sumada al equipo de periodistas, correctores, fotógrafos, diseñadores, administrativos que tienen un sueldo (escaso para ser precisos) y las empresas periodísticas necesitan generar ganancias.

Internet y sus variaciones digitales obligan a repensar el modo de trabajo, de negocios, de lecturas y de vida.

El Esquiú.com es un diario joven, un adolescente que aprende y crece en la nueva modernidad, su doble nacimiento, papel y digital, le permitieron llegar a su décimo aniversario por un camino duro, lleno de sinsabores y muchos cambios. El futuro no está escrito, vaya paradoja para un diario, y eso puede ser una ventaja.

                                                                                                                  

Nicolás Reynoso

Diario El Esquiú 

Diseñador gráfico

Fuente: Luis Navarro Santana, Suplemento Antaño - La Unión.

100%
Satisfacción
0%
Esperanza
0%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
0%
Indiferencia

Comentarios

Otras Noticias