Cara a cara

Los que hablan el idioma de la fotografía

domingo, 20 de septiembre de 2020 06:00
domingo, 20 de septiembre de 2020 06:00

HOY: ALBERTO “BETO” MORALES

“Yo vengo de todas partes y de todas partes soy”, dice el poeta y se corresponde totalmente con la  figura de nuestro entrevistado para este fin de semana. Mañana, 21 de septiembre, se celebra el Día del Estudiante, se le da la bienvenida a la primavera y también es el Día del Fotógrafo. En Catamarca, son muchos los trabajadores  que honran la profesión de reportero gráfico y resulta propicia la ocasión para saludarles y felicitarlos porque hacen realidad aquello de que “una imagen vale más que mil palabras”. Capaces de captar un hecho que luego es historia a través de un certero disparo, los fotógrafos forman parte de ese ejército indispensable de los medios gráficos de comunicación. El elegido para el Cara a cara de este domingo pudo haber sido boxeador, también futbolista. Fue canillita cuando comenzó a tutearse con la calle y a ganarse la vida. Hoy es un reconocido profesional de la fotografía y un amigo de los amigos. Alguien que, con más de 30 años de trayectoria, deja escapar un profundo sentimiento de gratitud para todos aquellos que alguna vez le tendieron una mano con sentido laboral. “Los quiero a todos” dice cuando le preguntamos por sus colegas. Actualmente forma parte de la Comisión Municipal de Boxeo, una de las pasiones de su existencia. Se llama Luis Alberto Morales. El “Beto” nuestro de cada calle. Y de cada fotografía.

  -¿Cuándo y dónde comenzó tu carrera como fotógrafo?

  -Me inicié profesionalmente en la fotografía en el año 1987. Fue cuando Víctor Uriarte me brindó la posibilidad de trabajar en la oficina de prensa de la gobernación, más precisamente en el laboratorio fotográfico. Un tipazo Víctor, al que le agradezco mucho el gesto que tuvo. Fue durante la gestión de Don Vicente Saadi. Allí tuve como compañeros a Félix Ríos, que era el jefe; Ramón “Roly” Heredia, Ernesto Villafáñez, Enrique Contreras, Julio Contreras y Mario Villone. De todos aprendí algo y les estoy muy agradecido.

  -¿Después viene la etapa de los diarios?

  -En el año `90 se produce un hecho que todo el mundo conoce (el crimen de María Soledad Morales) y me incorporo a El Ancasti, llevado por Enrique “Quique” Safe, por quien guardo un gran agradecimiento. Luego conocí a Eduardo Molas cuando se hizo cargo de la dirección. Eduardo es uno de los grandes periodistas que tuve la ocasión de conocer, además de ser una excelente persona. En El Ancasti los colegas eran César Aguirre, Edgardo Platinetti y Enrique Contreras; con ellos formamos un equipazo. Posteriormente, en enero del año 2000, ingreso a La Unión, donde me junto con maravillosas personas y debo decir que fueron tres años inolvidables. Allí me reencuentro con “Roly” Heredia y  Ernesto Villafañez y también estaban Ángel Vega y Gustavo Ércoles que, junto a Rodolfo Contreras, son dos “capos” de la fotografía. Julio, Enrique y Rodolfo Contreras son hermanos: excelentes fotógrafos y muy buenos changos. De todos fui aprendiendo cada día más. Era muy lindo eso de trabajar a full y aprender.

  -¿Alguna cobertura que recuerdes de manera especial?

  -(Sin dudar) Sí. La de Walter Olmos en sus actuaciones en el Luna Park y en la Vieja Usina, en Córdoba. La década del 2000 había comenzado con un Walter que convocaba a multitudes. Al Luna Park viajé con el periodista Gabriel Tomassi y las presentaciones del cuartetero eran impresionantes. Fue un hecho inolvidable. Walter Olmos me trae muchos recuerdos. Yo lo conocí desde muy chico y nos hicimos amigos en la calle. Porque era un chico de la calle, como él mismo lo reconoció siempre. Le encantaban las fotografías y yo le hice un montón. Cuando era chiquito, vivía en la calle 1º de Mayo, después estuvo un tiempo en la vieja estación del ferrocarril y en la época de (Eduardo) Brizuela del Moral le adjudicaron a la familia una vivienda en Altos de Choya.

  -¿Conocías también a su inseparable amigo de la niñez?

  -Claro, a “Condorito”, su “ladero”. Siempre andaban juntos. Todo el mundo conocía a esos dos amiguitos que recorrían todos los días las calles céntricas. Por eso digo permanentemente que, en especial Walter, era de todos, porque todos lo querían.

  -Una de tus luchas fue que le hicieran una estatua para perpetuar su memoria

  -Porque considero que es justo para recordar siempre a los ídolos populares. Hablé con un concejal, después con un diputado, pero no pasó nada. Luego apareció una estatua el año pasado en el Parque de los Niños, que lo pone a Walter mirando hacia el sur, cuando el frente de la obra tenía que estar mirando hacia el norte, hacia la avenida Venezuela, que es por donde pasa toda la gente. Luego supe que la construcción había sido dañada por desconocidos. La verdad, no fue lo que muchos esperábamos en homenaje a Walter.

  -Tu otra lucha pública es la estatua para Hugo Soto, el único campeón mundial de boxeo que tiene Catamarca...

  -Aspiro a que tenga su escultura ahora, con un homenaje en vida. Considero que lo ideal sería construir su figura frente al Polideportivo Capital, escenario de grandes luchas protagonizadas por Hugo. Espero que algún día se concrete. El propio Hugo se mostró interesado y me dijo: “Ojalá se haga, para que yo lo pueda ver y disfrutar con mis hijos y mis nietos”, pero también me dijo: “Si me muero antes, que directamente no hagan la obra después; eso te encargo a vos amigo: pedí que no la hagan después de muerto”.

  -¿Hugo Soto es uno de tus grandes amigos?

  -¡Sí! Días pasados, en el Día del Boxeador, compartimos un locro en la casa de un ex boxeador, “Loquillo” Agüero. Antes, cuando se podía, nos juntábamos todos los sábados en la casa de (Armando Soto) Luis, porque somos una changada muy unida que quiere mucho el boxeo. Te puedo nombrar a Antonio Monetti, “Loquillo” Agüero, Miguel Arévalo, Hugo Soto, Hugo Romero, “El araña” Coria, “Yuyo” Arréguez, Jorge Ávila. Y todo esto se lo debo al hecho de haber trabajado en los medios de comunicación; por eso seré un eterno agradecido. Además, la fotografía es una profesión que te hace ganar amigos… ¡cómo no voy a estar agradecido!

  -Otro personaje que ilustra tu galería fotográfica es “Carozo” Acosta

  -¡Un grande “Carozo”! ¿Quién no lo recuerda corriendo a buscar las pelotas que caían fuera del rectángulo de la Liga Catamarqueña? Era una de las atracciones en todos los partidos. Una gran persona que aprecio mucho.

  -Antes de dedicarte a la fotografía, ¿habías trabajado en otra actividad?

  -Trabajaba en la calle. Vendía diarios, entre otras cosas. Estudiaba a la noche hasta llegar a perito mercantil y practicaba boxeo desde los 14 años hasta los 15. Hice dos peleas…y en las dos gané por nocaut.

  -¿En serio? ¿Recuerdas a quiénes derrotaste? A esto no lo sabíamos...

  -(Sonríe abiertamente). Una fue en el tinglado del Poncho y la otra en la vieja Unión Obrera de calle Sarmiento. A uno de los que les gané era de apellido Segura…después lo vi en la calle y no me saludó (suelta una carcajada). Tenía 60 kilos y me inicio en el boxeo por Luis Armando Soto, que era mi ídolo. En todo los festivales boxísticos que había y peleaba Luis, estaba presente, como lo hacía el querido y recordado (Osvaldo Antonio) “Comino” Molas, Leo Romero. Tenía como profesor a Roberto Mema, un tipazo.

  -¿Y qué pasó, por qué dejaste el boxeo?

  -Tuve un altercado en la vía pública y me retiré del pugilismo. Pero ahí nomás me dediqué al fútbol.

  -¡Otra novedad!

  -Sí, atajé en la cuarta división de San Martín de El Bañado y de allí me fui a “Ñuls” de Rosario. Después dejé toda la actividad deportiva. Me inscribí en la Universidad para profesor de enseñanza primaria, hice un año y luego me dediqué a la fotografía.

  -En fútbol, es conocido tu fanatismo por Villa Cubas...

  -¡A morir! Es más: soy de Villa Cubas únicamente. Del fútbol de Buenos Aires simpatizo con Boca, pero soy hincha de la selección argentina y de Villa Cubas.

  -En la actualidad, ¿qué estás haciendo?

  -Trabajo en la Universidad Nacional de Catamarca, más precisamente en el CEMEU (Centro de Medios de la UNCA.) Agradezco enormemente la oportunidad laboral que me dio el ingeniero Flavio Fama. Tener un trabajo seguro se lo debo al ingeniero Fama.

  -¿Un barrio con el cual te identificas?

  -No nací en ese sector, pero me identifico plenamente con Villa Cubas.

  -¿Cuál es el concepto que vos tienes de la amistad?

  -Aprendí que es algo que no se compra. Podés tener algún berrinche con un amigo, pero no puede ganar el rencor; la amistad tiene que estar por encima de todo. La amistad se sintetiza en  el hecho de hacer pasar un amigo a tu casa e invitarle una comida. Compartir esas cosas lindas de la vida.

  -¿Sos un tipo feliz?
  -(Con mucho énfasis) ¡Soy muy feliz, por mis hijos! Porque los quiero a todos y sé que están, algo que me genera mucha alegría, mucho placer. (Visiblemente emocionado) Quisiera que algo malo me pase a mí antes que a ellos.
 

77%
Satisfacción
16%
Esperanza
5%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
0%
Indiferencia

Comentarios

Otras Noticias