Falleció Daniel Lavatelli padre

domingo, 24 de enero de 2021 14:10
domingo, 24 de enero de 2021 14:10

Pasadas las 14 horas del domingo, se conoció la noticia del fallecimiento de Daniel Lavatelli, padre del actual diputado provincial por el Frente de Todos, Daniel Lavatelli hijo.

Lavatelli (padre) falleció anoche sábado alrededor de las 20 horas. 

Abajo, una entrevista del Esquiú del año 2012 en la que relata fragmentos de su vida y su militancia. 

Daniel Lavatelli (padre) estuvo detenido seis años durante la última dictadura militar. Fue apresado cuando estudiaba en Córdoba y militaba en organizaciones juveniles, políticas y sindicales. En diálogo con El Esquiú.com, cuenta su historia y da su opinión de la política actual.

-¿Cómo se acerca a la política?
-
Nosotros nos acercamos a la política desde los centros de estudiantes, de movimientos católicos como Palestra o la Juventud Obrera Católica, en los ámbitos universitarios estaba la Juventud Universitaria. Había distintas vertientes donde poder acercarse. De alguna manera, el mismo ambiente de rebeldía política que se vivía en las calles penetraba en los colegios politizándolos. Ante las injusticias de los golpes de Estado, la falta de libertad y la represión, es que se producían las resistencias.

-¿De qué año estamos hablando?
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Del ‘71 y del ‘69, cuando arranca el Cordobazo, lo que marcó de alguna manera la resistencia nacional cada vez más violenta contra las dictaduras.

-¿Cómo eran las luchas de los jóvenes?
-Nosotros teníamos una unidad con el movimiento obrero. En donde el movimiento obrero planteaba sus luchas, nosotros estábamos con ellos. Esto es algo natural, las consignas que tenía el movimiento obrero eran las que planteaba la juventud.

-¿Dónde estaba Ud. cuando se produjo el Golpe de Estado del ‘76?
-
Yo en el ‘76 estaba estudiando en la provincia de Córdoba. En esa época, prácticamente todas las provincias estaban con problemas gravísimos después de haber tenido una inflación y una devaluación muy fuerte, con atrasos de sueldos y otros problemas estructurales. Esto es producto de los manejos económicos del momento. En ese gobierno estaba Isabel Perón, que lamentablemente hizo mucho daño, porque puso a un liberal como (Celestino) Rodrigo, que torció el rumbo del barco para otro lado.

-¿Cómo lo detienen a usted?
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Yo estaba en el partido Revolucionario de los Trabajadores, donde era delegado de la Facultad de Ingeniería de Córdoba.
Además estaba trabajando en el sindicato de los gastronómicos. De alguna manera, todos los que teníamos que ver con sindicalismo y con estudiantes en Córdoba, éramos seguidos por cielo y tierra. Era muy difícil que no me pasara nada, porque no se salvaba nadie. Es más, los militares buscaban en las calles con recortes de diarios del año 1969 a los que habían participado del Cordobazo. Era muy amplia la búsqueda, porque directamente había que cortar cualquier actividad de resistencia. Por eso se produjo el genocidio y los 30.000 desaparecidos no son un verso. Son tantos porque se metió mano a la gente que había militando alguna vez, pero ya en el ‘71 no tenía nada que ver, pero lo mismo pagó por las deudas del ‘69. En la cárcel yo estuve con gente que tenía 70 años de edad.

-En ese contexto ¿usted no pensó en dejar todo antes de que lo detengan?
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Nosotros sabíamos que se venía el golpe tarde o temprano, porque era una mecánica normal dentro de nuestra historia.
Después del Rodrigazo, las huelgas eran más violentas, más difíciles de reprimir y todo se había vuelto más turbio. A eso hay que sumarle la acción de las guerrillas que provocaban mayor efervescencia hacia la toma de decisión de un golpe.
En ese contexto, uno se puede disparar, pero el aparato represivo que pone en práctica un golpe de Estado abarca todo el país y países limítrofes, por lo que uno no estaba seguro en ningún lado.

-¿Cuánto tiempo estuvo detenido?
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A mí me agarran seis días antes de que sea el golpe. Eso me salvó porque entré dentro de los marcos constitucionales, por lo que sí o sí me tenían que reconocer y eso así fue. De igual forma, yo no entraba en las generales de la ley porque me torturan y me hacen lo que le hacían a cualquier preso político. Encima no me ponen como legal inmediatamente, sino después de un año. En ese tiempo, estuve desaparecido literalmente, porque nadie sabía dónde estaba.

-¿Qué pasaba por su cabeza mientras estaba detenido?
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Yo tenía una confianza absoluta en el pueblo argentino y en su lucha. Yo sabía que la resistencia del pueblo en las fábricas, en las calles estaba, por más que los militares estuvieran controlando todo. Los militares no podían tener por tiempo indefinido a personas detenidas a disposición del Poder Ejecutivo nacional.

-¿Cuándo fue liberado?
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Yo fui liberado en el ‘82, por el mes de octubre.

-¿Cómo se entera de su liberación?
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Cada día que pasaba era un paso más a la libertad, porque ya no se sostenía el gobierno de facto, desde el momento en que la CGT lanza el primer paro a los militares. Esa convocatoria era una prueba de que comenzaba el proceso de liberación. Además, la derrota de Malvinas fue un espaldarazo a la clase política.

-¿Su familia cómo transitó su periodo detenido?
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Mi familia logró tomar contacto con militares que no estaban de acuerdo con lo que hacía la cúpula militar y ellos le pasaron el dato de dónde estaba yo. A partir de ahí, insistieron hasta lograr tener algún contacto conmigo. Hubo mucha gente que nos ayudó, a pesar de los riesgos que corría.

-¿Cómo siguió su vida después de salir en libertad?
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Lo primero fue buscar trabajo. No había muchas oportunidades. Se me abrió la puerta para vender publicidad en el diario La Unión, después monté la agencia de publicidad y después la imprenta.

-¿Cómo siguió su vida política-sindical?
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Pensé que se podría haber dado un salto cualitativo de lo que era la política con lo que pasó. Pero me desilusioné rápidamente cuando empecé a ver que en realidad todo lo que se había padecido no había decantado en una madurez de la clase política. De alguna manera me desilusioné y decidí dedicarme a mi trabajo y a mi familia. Cuando pasan los años y empiezo a ver los problemas de la microempresa, decido unirme con otros microempresarios a ver qué podíamos hacer. En los años 90, las crisis económicas que sufríamos eran golpes que pagábamos más los de abajo que los de arriba.

-¿Por qué dice que se desilusionó con la clase política?
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Más de un partido político me vino a buscar para usarme como estandarte para decir que ese partido también luchó contra la dictadura. Por la memoria de la gente que luchó me parecía desagradable y por eso me alejé completamente de la política.

-¿Hoy no le interesa la política?
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Claro que me interesa, pero no participar dentro de una estructura, porque las estructuras siguen estando como herramientas de grupos de poder y eso es un retroceso enorme. Me interesa que haya una discusión interna importante, que se puedan elaborar líneas políticas e ideológicas.

-¿Cómo toma que desde la Nación se mantenga la memoria?
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Es razonable pensar que si uno cometió errores y no te acordás de tu pasado y de lo que hiciste, seas propenso a cometer los mismos errores. A los pueblos les pasa lo mismo. Si los pueblos no hacen memoria de sus desgracias están expuestos a volver a caer en ellas. Por lo que me parece, hay que machacar en la cabeza de la gente para que tenga presente y no vuelva a cometer los mismos errores.

-Para cerrar ¿Cómo ve hoy el país?
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Creo que hay una dinámica a nivel continental que parte desde que es derrotado el neoliberalismo y la venida de Néstor Kirchner de alguna manera potencia nuestras posiciones dentro del país hacia un rumbo donde se privilegia el mercado interno. Esto lo veo positivo y lo apoyo, a pesar de que no se reflejó del todo en la provincia, porque la clase política no supo cómo hacerlo.

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