Las calles de la capital han sufrido una transformación que no es del agrado de todos. La proliferación de ciclovías en gran parte de la ciudad no sólo complica la circulación vehicular, sino también reduce los espacios para poder estacionar.

Otra de las modificaciones notorias son las exageradas ampliaciones de las veredas en las esquinas como las de calles: Tucumán y Zurita, Ayacucho y Rojas, Rivadavia y Esquiú, Ayacucho y República, 25 de Mayo y Zurita, por mencionar algunas. Como así también, la ampliación de la Plaza 25 de Agosto, para la que se tomó parte de las calles aledañas reduciendo el doble carril a uno.

Cabe mencionar que las ciclovías casi no se utilizan. Las calles son poco transitadas y no se ven tantos ciclistas como en las rutas nacionales 33 y 38, y la provincial N°1.

De acuerdo al municipio, estas obras tienen como fin “revitalizar y permitir el desenvolvimiento de las diversas actividades que se llevan a cabo en las arterias, mejorando la seguridad vial”.