Por la situación epidemiológica, se realizó sin presencialidad

Miles de fieles siguieron la transmisión de la solemne bajada de la Virgen del Valle

Sin el Obispo Luis Urbanc, la ceremonia fue presidida por el presbítero Gustavo Flores.
domingo, 11 de abril de 2021 01:38

Con la solemne bajada de la Virgen del Valle desde el Camarín hasta el Presbiterio dieron inicio las fiestas en su honor. Miles de fieles siguieron la transmisión, que en este tiempo marcado por la pandemia del Covid-19, el templo permaneció apenas con un puñado de sacerdotes y algunos colaboradores, autoridades provinciales encabezado por el gobernador Raúl Jalil y el intendente de la Capital Gustavo Saadi.


Desde los hogares catamarqueños y del país, los fieles y devotos dijeron presente que por la situación epidemiológica de la provincia se realizó sin la presencia de fieles.


La imagen de la Virgen del Valle llegó al Presbiterio en brazos de personal de salud, como una manera de honrar su trabajo durante este tiempo de pandemia. 


Cabe destacar, que este año se celebran los 130 años de la Coronación Pontificia de la Sagrada Imagen, concretada el 12 de abril de 1891. “Con María y Fray Mamerto Esquiú, construyamos una Patria más justa”, es el lema que guiará todas las fiestas en honor de Nuestra Madre, la Virgen del Valle”.


Sin la presencia del Obispo Luis Urbanc, por encontrarse en aislamiento por ser contacto estrecho de caso positivo de Covid en el Obispado, la ceremonia fue presidida por el rector del Santuario Presbítero Gustavo Flores.


Mediante la homilía enconmendada por el Obispo Luis Urbanc, el Presbítero Flores expresó: “Por segundo año consecutivo, Dios permite que nuestro septenario lo comencemos de manera virtual, lo cual a no pocos les resulta cada vez más extraño y, en cierta manera, molesto. No obstante, demos gracias a Dios que al menos así lo podemos hacer y le brindemos nuestro homenaje a la Virgen del Valle haciendo un esfuerzo mayor por cuidarnos y respetar las normas de convivencia en medio de la pandemia”. 
“Le pidamos a la Morenita que nos armemos de paciencia y prudencia a la hora de interactuar, de concurrir a nuestros trabajos, de celebrar acontecimientos familiares, de ir a hacer diligencias, de participar de celebraciones culturales, de asistir a lugares cerrados, de cuidar a enfermos, etc.”, señaló. 


Asimismo pidió: “Tenemos necesidad de ser muy responsables y solidarios a fin de poder controlar los efectos de la virulencia del virus. San José y su casta esposa, María Santísima, nos ayuden y acompañen a lo largo de estos días a impetrar del Buen Dios la gracia de la superación de la pandemia, a ser mejores hijos de Dios y a ser verdaderos hermanos los unos de los otros, construyendo una cultura en base a los valores del Evangelio, de modo que en todos los hogares catamarqueños reconozcamos y proclamemos a Cristo Resucitado, vivo y operante en la vida de cada bautizado y en la sociedad toda”.


“Hemos escuchado un hermoso texto del libro de los Hechos de los Apóstoles que nos iluminará a lo largo de todo el tiempo pascual. El acontecimiento que da pie a todos los relatos de este libro de la Biblia es la Resurrección de Jesucristo, el Hijo de Dios Padre, hecho hombre, quien entregó su vida en la Cruz para nuestra salvación”, indicó.


“Sí, hermanos, no hay otro camino que el de la Conversión para ser coherentes con la gracia recibida en el bautismo; así se nos perdonarán los pecados y recibiremos la necesaria e imprescindible asistencia del Espíritu Santo para poder ser salvos y que otros se pongan a salvo (cf. Hch 2,37-38)”, pronunció. 


Elevando una oración pidió: “Querida Madre del Valle, a ti recurrimos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos en este valle de lágrimas. Socórrenos, Madre Bendita, en estas horas amargas y oscuras de nuestras vidas. Que podamos creer como Tú en las Palabras y Promesas de Jesús, esperando proactivamente los cielos nuevos y la tierra nueva. Que tengamos la constancia en medio de las adversidades como la tuvo fray Mamerto Esquiú, tu eximio hijo del s. XIX”.


Pra concluir la homilía, el Presbítero Gustavo Flores expresó: “Ponemos en tu Corazón Inmaculado, como en el de tu casto esposo San José, todas nuestras preocupaciones, miedos, angustias, deseos, necesidades y clamores, para que los presenten ante su Divino Hijo, Jesús, de manera que podamos renovar nuestras vidas con la Gracia de Dios Padre, bajo la guía y asistencia del Espíritu Santo. Amén”.

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