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El Pucará del Aconquija, un patrimonio mundial de la humanidad en Catamarca

jueves, 6 de mayo de 2021 01:46
jueves, 6 de mayo de 2021 01:46

Saliendo de Catamarca Capital rumbo al norte y luego de pasar por La Puerta, Los Varela, El Bolsón, Las Chacritas llegaremos tras recorrer unos 150 kilómetros aproximadamente hasta Aconquija, allí, luego de caminar un empinado camino de montaña llegaremos hasta el Pucará de Aconquija, un lugar lleno de historia, que habla de nuestra identidad como pueblo y de una cultura que vivió entre montañas, para ello hablamos con Luis Fernando Morales Morales. LIc. en Arqueología, Docente de la  Universidad Nacional de Catamarca, participe en varios Proyectos de Investigación básica, y en estas últimas décadas, está participando en el uso social del patrimonio arqueológico a través de su Puesta en Valor y a la actividad turística, trabajando además, en la recuperación y puesta en Valor del Shincal de Quimivil y el Proyecto de Rincón Chico, representante de la Secretaria de Turismo a la comisión Nacional de Qhapaq Ñam o camino Inca, declarado Patrimonio de la Humanidad, quien nos decía.

El Pucará de Aconquija es un sitio arqueológico que se localiza en el distrito Aconquija, porción sureste del departamento Andalgalá, provincia de Catamarca. Su emplazamiento se extiende de forma amplia en una angosta cima amesetada que forma parte del extremo meridional de la sierra de Ambato, dentro de las estribaciones montañosas de las sierras de Narváez y las Carretas. Al pie de este sitio se sitúa una pequeña población llamada El Pucará y un río homónimo de bajo caudal de régimen permanente.

El sitio arqueológico se despliega a unos 250 metros por arriba del poblado y se accede a él a través de las sendas utilizadas principalmente por los pobladores locales y turistas ocasionales. El ascenso es ciertamente dificultoso y requiere de mucho tiempo debido a lo abrupto de las pendientes del cerro. Desde lo paisajístico, este lugar ofrece una inmejorable visión de la extensa depresión tectónica conocida como el Campo del Pucará, ubicada a corta distancia en dirección al norte.

Esta depresión conforma una espaciosa llanura de una extensión cercana a los 23 kilómetros de largo y 10 kilómetros de ancho, y se encuentra rodeada por cadenas montañosas de gran altura: por el norte, la sierra de Aconquija (5400 m.s.n.m.); por el sur, la cadena del Manchao (4050 m.s.n.m.); y por el oeste, las sierras de Narváez. Esta ubicación fue  elegida incorporando diferentes pisos ecológicos y recursos que formarían parte del  paisaje del Tawantinsuyo.

El sitio arqueológico Pucará del Aconquija es uno de los sitios más grandes y monumentales  del noroeste argentino, en él se puede apreciar la planificación del espacio y la tipología incaica, donde el patrón principal es la cancha o estructura enfrentada entre sí separadas por un espacio abierto o patio donde posiblemente se realizaban labores comunales.

Este gran sitio, declarado Monumento Histórico Nacional y Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 2014 (porque forma parte del Qhapaq Ñam o el sistema vial Incaico), está emplazado estratégicamente en un área rodeada de una gran muralla(s) que superan los 4km rodeándolo al sitio y dándole una magnificación e imponencia estructural y arquitectónica dentro del paisaje natural. Según dicen los especialistas que es una de las más imponentes fortalezas construidas en todo el Tawantinsuyo. Hay que recordar que los Incas llegan al noroeste argentino en el 1470-80 D.C (después de Cristo) con el Inca Topa Inca Yupanqui, extendiendo su territorio hasta la provincia de Mendoza, formando dos grandes provincias una de Chicoana y la otra de Quire Quire, donde estaría nuestra provincia, evidenciando una serie de sitios incas en los departamentos de la puna y oeste provincial. La técnica constructiva utilizada es la de piedras canteadas o lajas buscando las mejores formas, con dobles muros con relleno de barro batido. La inversión de mano de obra debió ser muy significante y debe haber sido las poblaciones locales o como la historia los conoce como “diaguitas” que hayan prestado su fuerza de trabajo para la esplendida construcción bajo los idearios o arquitectos Incas. En la actualidad nos podemos encontrar con paredes de hasta 2 metros de altura, inclusive se pueden percibir algunos hastiales donde descansarían las techumbres. Lo que nos habla del buen estado de conservación del sitio. Que con una buena planificación y puesta en valor, sería un recurso diferencial para posicionar el destino turístico Catamarca con una fuerte impronta cultural combinada con gastronomía y artesanías.

El sábado 21 de junio de 2014, la Unesco declaró como Patrimonio Cultural de la Humanidad al Qhapaq Ñan o Camino Andino que une a los países de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.

La decisión fue tomada en la trigésima octava Reunión del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco en la ciudad de Doha, Qatar, donde sus miembros evaluaron el expediente de postulación del Qhapaq Ñan que fue presentado en forma conjunta por los seis países sudamericanos, en el año 2013 y tras una década de trabajo de profesionales.

"Representa un valiosísimo patrimonio común de casi 60.000 kilómetros de extensión”, reconoció la Unesco.

El Qhapaq Ñan, la red vial que conectaba originariamente los centros productivos, administrativos y ceremoniales, cubre una extensa área geográfica, que va desde el centro oeste de Argentina y Chile hasta el sur occidente de Colombia, atravesando la Cordillera de los Andes.

Dentro de Argentina, siete provincias estuvieron unidas por esta red de caminos que, si bien se consolidó durante el Imperio Inca en el siglo XV, tiene más de 2.000 años de antigüedad. Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja, Tucumán, San Juan y Mendoza son las provincias atravesadas por el antiguo Qhapaq Ñan.

Por Catamarca fue declarado Patrimonio de la Humanidad el Pucará de Aconquija y un tramo de 800 metros de camino asociado que une los restos de gran fortaleza de piedra con el sitio del Bajo, ambos en territorio andalgalense.

Con anterioridad, el Pucará de Aconquija había sido declarado Monumento Histórico Nacional y Parque Arqueológico Provincial ya que representa una obra arquitectónica monumental que permite dar cuenta de la envergadura de la infraestructura requerida por los incas a la hora de expandir sus dominios, y de la compleja interacción mantenida con las sociedades con las que interactuaron.

Su construcción debió requerir del aporte de mano de obra, ideas, tecnologías y materiales locales, y su función defensiva o disuasiva pone de relieve aspectos que hacen al modo en que los incas integraron, dominaron y cohesionaron a las sociedades locales en una zona de frontera.

El Pucará de Aconquija perdura hasta hoy con sorprendente grado de integridad y autenticidad. Y fueron justamente esas dos condiciones las que le permitieron formar parte de la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.

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