La semana pasada, personal de la Dirección Provincial de Biodiversidad y Áreas Naturales Protegidas (DPByANP), dependiente de la Secretaría de Ambiente de la provincia de Catamarca volvió a recorrer la jurisdicción del municipio de Tinogasta, a raíz de los inconvenientes provocados por la abundancia de Loros Barranqueros (Cyanoliseus patagonus) que estarían causando numerosas problemáticas a los vecinos y residentes de la jurisdicción, como, por ejemplo, daños al cableado o tendido eléctrico, contaminación auditiva y visual; y, en algunos casos, daños a los productores de cultivos vitivinícolas y olivícolas.

Luego de realizar el trabajo de campo pertinente tanto en el ejido urbano como en los alrededores de la ciudad (Anillaco, Andacollo, Río Salado, El Puesto, Costa de Reyes, etc.), que consistieron en observar y documentar la ocupación de sitios durante las horas diurnas y nocturnas, los movimientos o desplazamientos, presencia y abundancia de depredadores y cuantificar la población en general; el personal de la secretaría mantuvo dos reuniones importantes con la secretaria de Producción del Municipio de Tinogasta Ing. Agr. Ana Arévalo, con el propósito de coordinar un trabajo de control conjunto de dichas aves, en la ocasión, el equipo de trabajo integrado por la Bióloga Vanina Almendra, el Ing. Miguel Pacheco y el Agente Maximiliano Cardozo ofrecieron diferentes alternativas de manejo para dar una posible solución a esta situación particular que afecta al municipio.

Tales alternativas, incluyen la utilización de un sistema láser autónomo y un repelente, que serán aplicados de acuerdo con las condiciones climáticas. En la primera alternativa los loros asociarían el acercamiento del haz del láser como un peligro físico, por lo que eligen desplazarse hacia otros lugares más alejados sin luces extrañas. La presencia del haz de forma permanente y en movimiento es capaz de mantener las áreas sin aves. Por otra parte, la aplicación de productos repelentes como segunda alternativa puede actuar bajo diversas formas: por contacto, por aromaticidad y por ingestión; y ninguna de estas opciones genera riesgo para la población que habita en las localidades ni daña a loros y/u otras aves silvestres. Estas medidas de mitigación tuvieron buenos resultados en otras regiones de Argentina, como en la localidad de Villarino, provincia de Buenos Aires, obteniéndose en consecuencia, un control exitoso de hasta un 95% de la población aviar foco del problema al generar cambios en el uso de hábitat logrando su desplazamiento a áreas naturales alejadas de los centros urbanos.