En el año 2017, el Poder Legislativo sancionó la Ley Nº 5525 que instituyó el día 7 de septiembre como "Día de Milagro". La misma ley declara dicha fecha feriado provincial atribuyendo de “milagro” a la supuesta protección de la Virgen del Valle ya que a pesar de la intensidad del terremoto acaecido el mismo día del año 2004, con epicentro en la sierra de Ambato, y que afectara a todo el Valle Central, no causó graves daños humanos y materiales. 

Además, establece que deben añadirse dichos acontecimientos a la currícula escolar de los diferentes niveles de enseñanza. El Obispo Luis Urbanc, celebró este artículo y puntualizó que, “algo importantísimo es que esta ley establece la incorporación de información sobre este día en la currícula de las escuelas, para que los niños conozcan que la Santísima Virgen María ha intervenido a favor del pueblo catamarqueño aquel día. Esto es muy bueno, porque así vamos a hacer memoria de las intervenciones de Dios en nuestra historia y que esto se perpetúe en el tiempo”.

Derogación

En 2018, un año después de haber sido estrenado el feriado, la diputada provincial Cecilia Guerrero presentó un proyecto de ley que buscaba derogar dicha ley y sustituirla por el “Día provincial de prevención de desastres sísmicos".

La legisladora propone instituir la fecha como el “Día provincial de prevención de desastres sísmicos" designando a la dirección de Defensa Civil como autoridad de aplicación de la ley, "propiciando el diseño e implementación de actividades de concientización, formación y preparación de la población en general, y de la comunidad educativa en particular, para que puedan actuar con precaución, prudencia, responsabilidad y solidaridad, ante el eventual acaecimiento de eventos sísmicos futuros".

También propicia la derogación del feriado provincial, por entender que sería mucho más efectivo que la conmemoración se encuentre vinculada con actividades que ayuden a la población a estar preparada ante la producción de movimientos sísmicos. 

Entre los argumentos, Guerrero sostenía que "no es una ley civil la que puede determinar la configuración de un milagro...Es una cuestión de fe que no puede serle impuesta a quienes no creen, o tienen creencias distintas, que también son catamarqueños y habitan nuestro suelo", y que, "estando ante un Estado laico, cuya Constitución respeta la libertad de cultos y de no creencias religiosas, no puede imponer a sus ciudadanos, la conmemoración de un hecho de la naturaleza y sus efectos, atribuyéndoselos en su no destrucción masiva, a una protección milagrosa vinculada con el culto católico, aunque éste aparezca como mayoritario".