Tiempos de pandemia

Godoy renunció y Carrizo lo reemplazará en la dirección del Hospital “Carlos G. Malbrán”

El director presentó su renuncia y fue aceptada por las autoridades del Gobierno.
martes, 7 de septiembre de 2021 02:20

Daniel Godoy renunció a su cargo como director del Hospital Monovalente “Carlos G. Malbrán”. Dejó su cargo de manera indeclinable y, por este motivo, las autoridades del Gobierno Provincial aceptaron su salida.


Fuentes del ministerio de Salud dieron a conocer a El Esquiú.com que Johana Carrizo reemplazará a Godoy en la dirección del Malbrán.


Godoy y Carrizo fueron los dos directores principales del hospital desde el 15 de mayo del 2020, día en que se puso en funcionamiento el nosocomio.


Carrizo, quien fue directora asistencial en un principio, ya venía cumpliendo la función de directora general debido a que Godoy se encontraba de licencia por motivos de salud.


Desde finales del 2020 y también en el año en curso, Godoy había manifestado que había cumplido un ciclo en el hospital. Sin embargo, su alejamiento no se concretaba.


Desde el Malbrán, Godoy brindó entrevistas a El Esquiú.com donde dio a conocer de qué manera trabajaban los profesionales que atendían a los pacientes con coronavirus.


En una oportunidad, Godoy había mencionado que también participó en la construcción del Malbrán, el único hospital específico para la atención de personas con Covid-19.


La labor de los empleados del hospital tenía un ritmo intenso y se prolongó desde mayo de 2020 hasta la mitad del 2021, aproximadamente, cuando Godoy pudo darles la licencia.


Durante la conducción de Godoy, en el cierre del 2020, las personas internadas con coronavirus pudieron recibir a sus seres queridos para compartir las cenas de Navidad y Año Nuevo.
Godoy manifestó que tenía la intención de humanizar el hospital.

Sus declaraciones a El 
Esquiú.com

“Hoy (por el 31 de diciembre de 2020) para mí es un final de ciclo. Creo que reconozco bien cuando el trabajo está hecho y puede seguir sin mí. Nadie es imprescindible. Creo que una de las virtudes que he adquirido en este último tiempo es reconocer que uno tiene un límite físico, emocional. Tienen un límite en algunas cuestiones. Hay que dar el paso al costado y darle lugar a la gente que viene de abajo, con mucho más empuje. Yo tranquilamente puedo dejar la dirección y hacer una especie de asesoramiento, sin la necesidad de estar en contacto permanente con los pacientes y seguir ejerciendo lo que a mí me gusta, la academia, la parte de docencia. Por decir algo. Como también decir que por ahí hay proyectos que a uno le interesan más que otros, o hay otra posibilidad, o en otro lado me necesitan más que acá. Ya voy a ver”. Hasta febrero sigo trabajando (en el Malbrán) como si nada. Después tengo algunos ofrecimientos de trabajo aquí y fuera del país. Voy a analizar la cuestión durante todo este tiempo. Hasta fines de febrero sigo con mi actividad como si nada hubiera pasado, en el hospital. Hasta febrero es el tiempo que voy a tomar para decidir mi futuro.


”Acá prácticamente no hay rango. Nadie es superior a nadie, todos estamos en el mismo nivel. A cada grupo de trabajo le he asignado un objetivo y una función. Y me preocupo todos los días porque ese objetivo sea cumplido de la mejor manera posible y que la gente que esté a cargo de cumplir ese objetivo, crezca. A cada cual le doy su lugar porque cada uno tiene su lugar. Son todos protagonistas. Para gran parte del personal, casi el 50%, es su primer trabajo. Muchos de ellos no tenían experiencia, pero no me interesaba la experiencia. Me interesaba la voluntad, las ganas, el compromiso, porque nadie nace aprendiendo, se aprende sobre el camino. Es extremadamente difícil conseguir un recurso humano de este tipo, de esta calidad humana y de esta capacidad para adaptarse a los cambios, de haber sobrellevado lo peor, de haber aprendido lo que aprendieron. Si se desmembra, sería una lástima. El Gobierno ha hecho mucho esfuerzo en esto, nos ha acompañado mucho.


”Ya no somos los mismos. Somos totalmente diferentes. Soy totalmente diferente. Me hace acordar mucho cuando fui a la India. Cuando vos vas a la India te dicen que cuando volvés, no volvés de la misma manera. Y en cierta forma es verdad. Acá pasó exactamente lo mismo. Pero, ¿sabés qué?, somos mucho mejores que antes. Emocionalmente estamos muy fuertes, hemos crecido mucho juntos. Hemos pasado muchísimas cosas juntos. Estamos más empáticos, más humanos, le hemos dado una vuelta de tuerca a la cosa en el sentido de aprender del otro, compartir el otro, todos los aspectos, los malos, los buenos. Eso no es fácil de lograr en un grupo humano.


”Acá (en el hospital) está permitida la música, un montón de cosas que en una terapia convencional no. Estoy muy con la idea de que la terapia intensiva de un hospital no debe ser una cárcel, debe ser un lugar de puertas abiertas”.

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