De dónde venimos?

El pasado viernes 6 de enero, tuvimos la primera Luna Llena del 2023, que se dio en el signo de Cáncer, siendo la luna más sensible y emocional de todas y trajo ese mood de “querer sentirme en o como en casa”. Para que la Luna este llena en Cáncer, debe oponerse al Sol en Capricornio, que es un signo más de firmeza, tal vez hasta más duro y de seguir a pesar de todo, por eso este mood va de abandonar esa “armadura” y empezar a sentir e ir hacia adentro, dejar de hacer las cosas por cumplir y el deber, y hacerlas porque las siento. Sabemos que cada Luna llena representa un final, y puede ser el de abandonar lugares donde todo el tiempo me exijan estar produciendo y pasar a lugares que me permitan ser, el dejar de invertir mi tiempo solo al trabajo, lo externo y empezar a invertir en mi mism@, en conectarme con lo que me hace bien, con lo que necesito, conectarme con mi intuición y vulnerabilidad. Cáncer también es el signo del pasado y esta luna llena ilumina y me hace consciente de que el pasado no puede ser un lugar de permanencia, tengo que estar en paz con lo que paso y también con lo que no fue.

Sumado a todo este mood de “ir hacia adentro”,  Mercurio (planeta de la comunicación y pensamiento) continua su retrogradación y el sábado pasado se unió (conjunción) al Sol en Capricornio y pide  poner el mundo “en mute” para poder escuchar lo que tengo que decirme, abandonar el piloto automático y replantearme en qué quiero invertir mi tiempo y energía este año, re-veer si voy por metas que me puse hace años atrás y nada tienen que ver con quien soy hoy, si puedo permitirme estar a mi tiempo y no al tiempo de otr@s. Esta conjunción trae información, nos enteramos de algo o nos cae la ficha de que ciertas cosas ya no pueden seguir del mismo modo y piden cambio.

Por otra parte, Venus (planeta del deseo, relaciones y valor), ingresó a Acuario trayéndonos el deseo de libertad y de innovación.  

Donde estamos?                                                                                                                                                                             

Continuamos con la resaca de luna llena, nos damos cuenta que no es necesario tanta exigencia, tanto cumplir, que tal vez no es importante la meta, sino cada paso que doy, el de disfrutar el camino y el proceso.

La luna transita por el signo de Leo y nos dice que no hay tiempo para donde no hay corazón. Nos llena de creatividad y de darle tiempo y espacio a los hobbies, aquello que me devuelve al juego y a la risa.

Hacia donde vamos?

El jueves 12 de enero, Marte arranca directo en Géminis, después de su retrogradación desde fines de septiembre del 2022 y este mood se sintió como falta de energía, de decisiones, frustración en cuanto a proyectos y negocios, “me dijo que sí y después me dijo que no”.

Con Marte directo, algunas cosas que quedaron inconclusas o paradas, se retoman pero hay que hacerlo que diferente manera. Hay mas claridad en lo que si quiero o no quiero.

Unos días después, Mercurio también se despierta y me doy cuenta de que puedo emprender mi propio camino, tal vez no de la manera en que me dijeron que tenia que hacerlo.

Avanzamos hacia un mood más despejado después de tanta retrogradación del año pasado.