Cada vez son más los profesionales de la medicina que explican a sus pacientes que, de una u otra forma, las emociones que los invaden día a día se vinculan directamente con su estado de salud. El estrés crónico, por ejemplo, se relaciona directamente con numerosos padecimientos físicos. La ira, el miedo y la tristeza también. 

Del lado opuesto, las emociones positivas tienen efectos altamente favorables en el estado general de las personas. Es por esto que, a la hora de diagnosticar, los médicos comenzaron a hacerle a sus pacientes preguntas relacionadas al tema en las primeras consultas. 

¿Qué son las emociones?

Son estados afectivos que indican procesos internos personales, motivaciones, deseos, necesidades e incluso objetivos. La experiencia de una emoción generalmente involucra un conjunto de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo, que utilizamos para valorar una situación concreta y, por tanto, influyen en el modo en el que se percibe dicha situación.

Durante mucho tiempo las emociones han estado consideradas poco importantes y siempre se le ha dado más relevancia a la parte más racional del ser humano. Pero la evidencia científica ha demostrado su injerencia en la salud. 

Existen seis categorías básicas de emociones:

MIEDO. Anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad.

SORPRESA. Sobresalto, asombro, desconcierto. Es muy transitoria. Puede dar una aproximación cognitiva para saber qué pasa.

ASCO O AVERSIÓN. Disgusto, asco, solemos alejarnos del objeto que nos produce aversión.

IRA. Rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad.

ALEGRÍA. Diversión, euforia, gratificación, contentos, da una sensación de bienestar, de seguridad.

TRISTEZA. Pena, soledad, pesimismo.

Cada uno de estos tipos de emociones tiene una función.

MIEDO: Tendemos hacia la protección.

SORPRESA: Ayuda a orientarnos frente a la nueva situación.

ASCO O AVERSIÓN: Nos produce rechazo hacia aquello que tenemos delante.

IRA: Nos induce hacia la destrucción.

ALEGRÍA: Nos induce hacia la reproducción (deseamos reproducir aquel suceso que nos hace sentir bien).

TRISTEZA: Nos motiva hacia una nueva reintegración personal.

El Dr. Daniel López Rosetti, cardiólogo, asegura que los humanos somos “seres emocionales que razonan. El corazón decide y la razón justifica”. Con esta premisa quiere remarcar la importancia que tiene la cuestión emocional en la vida. 

Las emociones negativas trabajan en el sistema nervioso y de esta manera se proyectan en las distintas áreas del cuerpo. “Cuando veo a tal persona me broto”, es el enojo colándose por el sistema nervioso y enviándole información a células que están por debajo de la piel, llamadas mastocitos que empiezan a largar histamines y provocan las ronchas. 

“Te infartás menos si estás contento”, es otra de las afirmaciones del Dr. López Rosetti.

¿Cómo controlar las emociones para que no repercutan en la salud?

Para Rosetti la frontera es filosófica. Dependiendo de cómo se tome la vida cada persona, las emociones influirán en mayor o menor medida en el cuerpo. Todo depende de la capacidad “de vaciar el tacho”, dice el Dr. Las personas que tienen tendencia a llenar sus cabezas de problemas o a agrandarlos demasiado, sufren mucho más que las que los toman como algo transitorio que tiene solución. 

Fuente: entrevista al Dr. Daniel López Rosetti en “Mañanas Públicas”