Los riesgos de consumir ansiolíticos y sus efectos secundarios

domingo, 30 de abril de 2023 10:25
domingo, 30 de abril de 2023 10:25

Los medicamentos ansiolíticos pueden parecer una buena forma de solventar algunos momentos de ansiedad transitoria, pero lo cierto es que tienen sus peligros.
Para una gran cantidad de organismos médicos y de psicólogos, el hecho de tomar ansiolíticos con demasiada facilidad y rapidez es un auténtico problema que debería evitarse. En muchos casos, los problemas que se padecen no son patológicos y no requieren medicación para tratarse.

Esto es especialmente importante si tenemos en cuenta que los efectos secundarios de los ansiolíticos no son menores. Y es que, aunque cada ansiolítico tiene unos efectos secundarios particulares, lo cierto es que todas las benzodiacepinas (el tipo de fármaco que son los ansiolíticos) tienen unos efectos sobre el organismo a considerar.

Estos efectos son los siguientes:

  • Causan adicción física: Los ansiolíticos pueden generar dependencia, lo que significa que, si se dejan, generan un síndrome de abstinencia, con los síntomas que todo síndrome de abstinencia tiene (cefaleas, mareos, etc.). Esto puede hacer que quienes toman ansiolíticos no quieran dejarlos, para evitar el síndrome de abstinencia.
  • Crean adicción psicológica: A lo anterior hay que sumar el hecho de que, al tomar ansiolíticos, vemos nuestra ansiedad reducirse. Muchas personas prefieren tomarse una pastilla que utilizar métodos naturales o poner en orden su vida para reducir su ansiedad. Por tanto, también se da una adicción psicológica.
  • Crean tolerancia: Las benzodiacepinas también crean tolerancia. Es decir que, a medida que las consumimos a lo largo del tiempo, vamos necesitando una dosis mayor para obtener el mismo efecto. Esto deriva en un problema no menor: el margen de seguridad de las benzodiacepinas (la distancia entre la dosis activa y la dosis tóxica) es muy reducido.
  • Pueden debilitarte: Para terminar, las benzodiacepinas pueden causar somnolencia, dificultad para concentrarse, reducir el estado de alerta o debilitar los músculos, entre otros efectos secundarios nada deseables. De hecho, por eso se prohíbe conducir bajo los efectos de los ansiolíticos. En definitiva, ponen a quien las consume en una situación en la que no estás al 100%.

Por lo tanto, las benzodiacepinas actúan sobre el cuerpo negativamente. Estos efectos tienen su origen en el hecho de que las benzodiacepinas aumentan la acción de un neurotransmisor llamado GABA, que se encargan de decirle a las neuronas que se relajen.

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