Después de 40 años, el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres) elaboró y actualizó un nuevo mapa de peligrosidad sísmica que mostró cuáles son las ciudades con más riesgo de sufrir un sismo en Argentina.

Gracias a nuevos conocimientos producto de un mayor monitoreo de distintas zonas y en las fallas geológicas que hay en el país, el Inpres identificó cinco niveles de peligrosidad sísmica en función a distintas mediciones de sismógrafos y acelerógrafos instalados en todo el país.

En ese marco, nuestra provincia se encuentra dentro de riesgo moderado en el mapa de peligrosidad sísmica.

Al respecto, el director del Instituto Nacional de Prevención Sísmica, Rodolfo García, comentó que “en el caso de Catamarca, la peligrosidad es moderada”.

“Eso va de alguna manera disminuyendo a partir de ese núcleo que mencionaba como zona 4, después hay zona 3, zona 2 y así va decreciendo. Si bien Catamarca tiene una peligrosidad moderada, no obstante tiene también una historia sísmica, incluso en el 2004 hubo un movimiento que provocó algún tipo de daño, tuve la posibilidad de hacer un relevamiento en toda la zona”.

Sobre cómo se hace el monitoreo en el caso de Catamarca, García señaló que “hay aparatos: los equipos que tienen las estaciones sismológicas son actualmente estaciones de última generación que tienen la posibilidad de captar movimientos de terremotos que se producen, incluso muy lejanos”.

“Para poder hacer las determinaciones, se necesitan instrumentos no solamente en el lugar en que se produce el movimiento, sino también en los alrededores”, aseguró García.

Asimismo, detalló que “el último mapa data de hace cuatro décadas, es decir que de alguna manera se propuso ese mapa que ha venido evolucionando desde el año 64 hasta el año 2022”. “Ese mapa define zonas sísmicas, cinco zonas sísmicas que van desde la 0 a la 4 en orden creciente de peligrosidad sísmica, siendo la 4 la de mayor amenaza, que comprende la parte sur de la provincia de San Juan y la parte norte de Mendoza, abarcando obviamente el gran San Juan y el gran Mendoza”, indicó.

En esa línea, el especialista agregó: “Después va decreciendo hacia el este, es decir que hay una marcada peligrosidad sísmica con distintos niveles en el oeste argentino. Esa zona 0 en realidad es mal llamada zona 0, porque da la impresión de que no exista la posibilidad de que haya un sismo y no es así, no hay zonas asísmicas, no se puede garantizar que no ocurra un sismo en esa zona.

”Obviamente, los periodos de recurrencia son mucho menores, las magnitudes e intensidades son menores, pero no están exentos de que pudiera llegar a ocurrir un movimiento y tenemos otras zonas de mayor actividad sísmica”, afirmó.
Además, García dijo que “la Argentina es un país sísmico en distinto grado, con distintos niveles de amenaza sísmica, pero no hay lugar en que uno pueda garantizar que no vaya a ocurrir un movimiento sísmico”.

“El nuevo mapa nace porque se ha ido recabando información durante los últimos 40 años, se han realizado investigaciones básicas y aplicadas e incluso se han ido extendiendo las redes de monitoreo, es decir, sensores que se van ubicando estratégicamente a lo largo y a lo ancho del país”, subrayó.

También añadió: “Las zonas centro - oeste del país vienen muy bien monitoreadas por su historia sísmica, pero había otras que tenían ciertas falencias en el monitoreo.

”En estos últimos 40 años se fueron incrementando esos puntos de monitoreo, por lo tanto, tenemos mayores datos actualizados de la actividad sísmica en todo el país. Adicionalmente, se fue progresando en el conocimiento sismológico y geológico, es decir de aquellas fallas geológicas potencialmente generadoras de terremotos”, apuntó.

Por último, García expresó que “toda esa información se va procesando y da como resultado este nuevo mapa, que es un poco distinto del primero, en el sentido de que el primero define zonas y el nuevo es gradual”.