Claudia Flores, madre de un niño de quinto grado de la Escuela N° 428, denunció públicamente lo que considera un caso de discriminación por parte de una docente hacia su hijo, quien ha sido diagnosticado con autismo leve (síndrome de Asperger).

Al respecto, Claudia, en diálogo con El Esquiú Play, comentó: “Mi hijo tiene un autismo leve. Todos los profesionales están tratándolo con sus terapias y gracias a eso, hoy en día se desenvuelve muy bien, y lo único que recibo de esta escuela es maltrato psicológico, no sólo hacia mi hijo, sino también hacia mí, porque ellos dicen que a mí me molesta tener un hijo con autismo”. 

Detalló que incluso la trabajadora social asignada por el Ministerio de Educación, Mariela Rivero, le había hecho comentarios despectivos.

Claudia explicó que su hijo tuvo dificultades de asistencia en años anteriores tras sufrir episodios de bullying por parte de un compañero de clase, una situación que, según ella, fue ignorada por las autoridades escolares. 

Claudia contó que el diagnóstico de autismo de su hijo fue confirmado el año pasado, cuando el niño ya tenía 9 años, lo que complicó aun más su proceso de integración escolar. Pese a las recomendaciones médicas y la necesidad de contar con una maestra de acompañamiento escolar (MAE), la institución, en palabras de la directora anterior, Nancy Soria, no consideró necesario este apoyo adicional, explicó Claudia.

Sin embargo, tras insistir y presentar la documentación necesaria, Claudia logró que se aprobara la intervención de la MAE. A pesar de esto, la docente a cargo del grupo este año, Mónica Paola Quinteros, no ha implementado las adaptaciones necesarias para el aprendizaje del niño, a pesar de los compromisos asumidos en actas firmadas con la psicopedagoga del ministerio. “Nunca pasó eso”, afirmó la madre, mostrando un expediente con múltiples denuncias presentadas a las autoridades. 

Lo más llamativo, es que el curso cuenta con sólo ocho alumnos, lo que en opinión de Claudia facilita la atención individualizada. Sin embargo, la docente habría justificado su negativa a utilizar pictogramas, necesarios para que su hijo pueda comprender mejor. La madre del pequeño recalca que “en otras escuelas con aulas mucho más grandes y con más niños incluidos, las maestras hacen las adaptaciones correspondientes sin inconvenientes”.