Una mujer identificada como Aldana decidió ocupar una vivienda deshabitada en el barrio Valle Chico, ubicado en la zona sur de la Capital, luego de atravesar una situación extrema de vulnerabilidad junto a su familia. La casa, según sus dichos, fue devuelta por su adjudicataria original y permanecía sin uso desde enero, fecha en la que fue entregada por el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV).

“Yo vine el fin de semana, me metí porque no tengo dónde estar. La policía me quiso sacar, me dijeron que iban a traer infantería y llevar a mis nenes al hogar, así que me fui. Pero ayer volví. No puedo esperar más”, relató Aldana en una entrevista con El Esquiú Play.

Según el testimonio, Aldana se presentó en el IPV para informar sobre la vivienda y allí le confirmaron que la adjudicataria había devuelto la propiedad, pero que no había aún ningún destino asignado.

“Si no fuera por mí, ni se enteraban. La casa estaba vacía, vandalizada, sin vidrios. No tiene dueño, y yo necesito un lugar para mis hijos”, sostuvo.

Aldana tiene tres hijos pequeños, uno de ellos con diagnóstico de autismo. Durante los últimos días, asegura haber dormido en casas de conocidos o directamente en la calle. La ocupación de la vivienda no fue un acto planificado, sino la única opción que, dice, le quedaba.

“Me dijeron que tengo que tener antigüedad en el padrón para que me den una casa, pero todos sabemos cómo es: si no estás metido o no tenés un conocido, no te toca. Yo no me voy a ir, porque si me voy, se la dan a otro que sí tenga contactos”.

Aldana, su pareja y sus hijos seguirán en la vivienda a la espera de una definición. “Hasta que no venga alguien del IPV, no me voy a mover. Lo único que quiero es una oportunidad”, concluyó.