Combinan arquitectura y naturaleza

sábado, 11 de septiembre de 2010 00:00
sábado, 11 de septiembre de 2010 00:00

El arquitecto Javier Senosiaín, de México, diseñó viviendas con formas tan peculiares como serpientes, ballenas, caracoles o flores.
Esta arquitectura orgánica consiste en hacer viviendas con formas sinuosas, como si hubiesen sido rescatadas de películas animadas o de ciencia ficción. Senosiaín es profesor de arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha recreado la original capilla que acoge los restos del mexicano José Alfredo Jiménez -una réplica a gran escala de un sombrero mexicano y el sarape que usaba el compositor y cantante- hasta la diáfana sede de un laboratorio, las oficinas de un club deportivo en forma de hongo o una caseta de vigilancia que evoca el casco de un guerrero. Entre sus obras más fascinantes se destacan sus viviendas, como la “Nautilus”, similar a un caracol marino; la semienterrada “Casa orgánica” o el conjunto “Satélite”, cubiertas de tierra y césped; o las que tienen forma de ballena, tiburón y hasta de flor de seis pétalos. El compromiso de Senoasaín con el entorno natural se ve claramente con la instalación de sistemas como el de captación de agua de lluvia que se recicla para el riego o el aprovechamiento de la luz natural a través de grandes ventanales.
El diseñador destaca que las viviendas semienterradas -cubiertas con césped y árboles- mantienen una temperatura y humedad constantes todo el año. De hecho, la vegetación, además de aislar la vivienda, “produce oxígeno que rechaza la contaminación” y ayuda a filtrar el polvo para que no entre en el interior. Senosiaín lamenta que la gente viva encarcelada dentro de “cajas” (en referencia a los edificios modernos) a pesar de siglos de creatividad arquitectónica.

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