Continuando con las presentaciones arbitrales, es necesario consignar, sobre todo para ellos mismos, que la tarea que desarrollan - en la medida de la vocación personal - se puede ver reflejada en el progreso de su “carrera” hacia otros niveles de competencia ya que, aunque se conoce que la única agrupación que califica para el plano nacional es el Sadra, ésta agremiación no neutraliza el camino de ninguno de los que se alisten en las otras, tanto que, como es sabido, varios de sus asociados desempeñan funciones en sendas ligas del amplio territorio provincial.
Este apunte no servirá de nada si el interesado no adiciona mostrar las capacidades trabajadas con absoluta profesionalidad.
Para ello, hacen falta capacitadores/instructores que transmitan enseñanza calificada para los “chicos” con estimulación temprana para desarrollar una vocación futura.
Este prólogo tiene como intención aportar un concepto de cambio en las competencias que organiza la Liga de Veteranos, merced a la observación negativa del presente, relacionada con éste tema de nunca acabar como es el arbitraje en los encuentros de cada fin de semana y del que cada uno pretende “llevar agua para su molino”; el árbitro utilizando ciertas argucias para justificar alguna falla en su cometido, los técnicos como para expresar una excusa ante una derrota, los jugadores para “pasar la pelota” a otro cada vez que se equivoca, y así sucesivamente en los distintos planos de cada competencia, delegados, dirigentes de un lado y de otro, (¿colegio?) de árbitros, organismo disciplinarios, etc.