Entrevista: Ricardo Tapia

En inferiores hay que conjugar: Familia, Escuelas y los Clubes

lunes, 26 de abril de 2021 01:32
lunes, 26 de abril de 2021 01:32

Ricardo Alberto Tapia – 70 nuevitos años – 3 hijos – 3 nietos– con un curriculum tan extenso y variado como su pasión por la educación física y el fútbol, y con una especial capacidad tanto para practicar la disciplina, como para enseñarla, conducirla y dirigirla, cualidades innatas que supieron ser reconocidas por los estamentos institucionales, donde dejó su sello inconfundible e indeleble.

“Tercer Tiempo”: ¿Cuándo y donde empezó a contactarse con la pelota? Ricardo Tapia: “Antes de llegar a este encuentro, y como una premonición, debo contarle que veía por televisión a Facundo Manes, el famoso neurólogo, que aconsejaba las bondades que aporta a nosotros los mayores recordar permanentemente la infancia, niñez o adolescencia, y por eso agradezco la pregunta. Mis primeros pasos fueron en los famosos babys barriales, recuerdo que jugábamos en Juventud Unida de Santa Rosa o en el Ateneo Mariano Moreno representando a la Escuela de nuestro Barrio, La Chacarita; en esa época el director Rogelio Cubas aceptó que un grupo de chicos del barrio representara a la Escuela y contó con la colaboración de don Belisario Moya, también del barrio, que quizás todavía viva en la radicional “curva“ vecina; ganamos varios campeonatos porque teníamos un lindo grupo de jugadores, recuerdo que en el mismo estaban “el Barón” Miranda, “Café” Tula, no recuerdo su nombre porque todos le decíamos “café”, “el negro” Diosque, Juan Carlos Paz, un zurdo espectacular que supo ser fotógrafo en la Plaza principal, “sapito” Acosta que ti ene un récord que no sé si existi rá en otras lati tudes, hace poco se jubiló en una perfumería de calle Sarmiento con 53 añosde servicio, y otros que se me escapan”.

“T.T”: ¿Después del baby, como sigue? T.: “La pasión por el fútbol se trasladó al club, Chacarita; casi toda la familia estaba identifi cada por la institución, imaginen que mi padre fue por algunos años el presidente del club, mi madre colaboraba con el cuidado de la ropa para los jugadores, mis hermanos jugando y yo con 10 u 11 años me ocupaba de arreglar las pelotas, los botines, coser las medias de los jugadores, trabajo que me enseñó mi madre, que casi siempre se rompían en las puntas o los talones; creo que por esa infl uencia por parte del protagonismo familiar, allí nomás me inscribí para las inferiores y transité por todas categorías”.

“T.T”: ¿En el mismo club llegó a Primera División? R.T.: “Fue una situación fortuita si se quiere; era un 21 de septiembre, Día del Estudiante y en esos tiempos se festejaba con concentraciones en lugares de turismo durante todo el día y justamente se jugaba una fecha del campeonato local y a nuestro equipo se le ausentaron varios jugadores, uno de ellos, “el turco” Fadel que era el volante central no llegó y necesariamente había que completar el equipo y esa circunstancia me permitió debutar en Primera”.

“T.T”: ¿Continuó en alguna otra institución? R.T.: “No, en Chacarita me alcanzó la edad de cumplir con el servicio militar, me 

tocó la marina durante 14 meses porque justamente en ese año habían mermado el tiempo de instrucción; en ese tiempo y en horas libres pude jugar en Sportivo Belgrano de la ciudad de Bahía Blanca, siempre con la ansiedad de regresar lo más pronto a Catamarca para jugar con mi grupo, mis amigos, la gente del barrio; regresé y volví a Primera en Chacarita, estuvimos en la B hasta que en el ’76 logramos el ascenso a Primera A con una alineación que todavía recuerdo, Carlitos Tapia (primo mío), Nicolás Ibáñez, Alberto Acosta, Ricardo Rodríguez y Jorge Rodríguez (hermanos); Julio Moya, yo y Rosa Tapia (hermano de Carlitos); Luis Aguirre, “el zorro” Leiva y José Aguirre (hermano de Luis). Todos bajo la conducción técnica de un gran hombre, Alfredo Tobar, exjugador de Atlanta de Bs. As. Que además de ser una excelente persona, fue maestro tanto para jugadores como para los dirigentes; nos cambió la mente, la actitud, mediante el relato de sus vivencias en un mundo deporti vo que estaba lejos del nuestro”.

                                                                                                                                         

“T.T”: ¿Luego del título sigue en Chacarita? R.T.: “Sí, con un par de años durísimos para las fi nanzas de la institución, ellas podían subsistir solamente con el aporte de dirigentes y cercanos colaboradores que “tenían que meter la mano a su bolsillo” para solucionar      los inconvenientes; entonces, la directiva de esa época encuentra una alternativa, fusionarse con Deportivo Unión, equipo del Regimiento instalado en Catamarca; esa acción mejora la situación económico/financiera ya que el padrón de socios se incrementó hasta 700 afiliados merced a que en la organización del Regimiento existían cláusulas como que a cada jugador se le descontaba de su sueldo para la cuota societaria y además filiatoriamente, aún cuando provinieren de otras jurisdicciones, automáticamente quedaban habilitados para jugar en nuestra provincia; fue un momento excepcional en nuestra institución, pero, lamentablemente, no pudo obtener la continuidad deseada”.

“T.T”: ¿Y por qué? R.T.: “Vivíamos en plena época del proceso y, sobre todo los militares, sufrían constantemente los traslados a otros destinos y por ese motivo los generadores de la idea se ausentaban y la fusión se fue desmembrando, casi deshojando y se empezó a vivir otra vez el pasado con un sinfín de limitaciones, necesidades y sin demasiados recursos a los que apelar; tiempo duros en los que la atención primordial era cumplir con el trabajo, y no solamente por parte de los dirigentes, el jugador debía trabajar primero y si había ti empo entrenar, volver a trabajar y si se podía llegar para jugar; bueno, nuestra realidad no ha cambiado mucho que diga mos, creo que es la misma historia que estamos viviendo y en base a éste ejemplo sigo sosteniendo que si los clubes o ligas no se fusionan seguiremos padeciendo éste fútbol”.

“T.T”: Si no se concretan las fusiones, ¿qué otro camino habría que buscar? R.T.: “En este punto siempre recuerdo a don Santiago Leyden, calificado dirigente de Ferro Carril Oeste cuando dijo “a las insti tuciones las hacen y las mantienen los socios, si éstos no aparecen no hay mucha vida”; creo que lo mismo que en la vida, los dirigentes deben trazarse objetivos claros, queremos ser protagonistas, queremos ser campeones, etc., pero a la par de esos objetivos escribir y explicar cómo llegar a ellos, los caminos a transitar, de qué modo transitarlos y empezar a desandarlos de a poco; hoy encontramos gente de los clubes que – ante las necesidades permanentes – golpean puertas de funcionarios para conseguir aportes que las cubran y se sienten a esperar que aquellos se dignen a colaborar; por suerte no pasa en todos los clubes, pero en varios de ellos hubo dirigentes que dejaron hasta la piel en instituciones que hoy las vemos cerradas”. “T.T”: ¿Cómo se inserta en la Liga de Veteranos? R.T.: “Juego hasta los 30 en Tesorieri, donde conseguimos una clasificación al Campeonato Regional de la AFA, y al tiempo, incentivado por un gran amigo, Julio Ibáñez, llegamos ambos al Circulo Médico institución conformada exclusivamente por los profesional en ese momento crearon una organización destinada a brindarles a sus colegas alternativas de ocupación del tiempo libre mediante actividades deporti vo/ recreativas con la finalidad de conseguir una mejor calidad de vida y en un año o dos ya estábamos incluidos en la Liga de Veteranos; al principio fue duro porque el equipo no conseguía buenos resultados 

futbolísticos, perdíamos por 5 o 6 goles cada encuentro, pero el entusiasmo y el objetivo no se perdieron y así con empeño y continuidad se llegó al plano que ostenta hoy la institución tanto en la Liga Profesional como en la de Veteranos; también es cierto que se progresó en las participaciones en las Olimpíadas Medicas Regionales y Nacionales; allí me mantuve durante 22 años”.

                                                                           

“T.T”: ¿Cual consideraría su mejor logro en la vida? R.T.: “Sin dudas, la familia; considero que es la base de todos los logros importantes en la vida; si no contamos con el apoyo y el acompañamiento de nuestra familia sería casi imposible de lograr los objetivos que uno se propone; en ocasión de regresar a mi casa golpeado, mi novia en ese momento, Graciela, hoy mi esposa llegó a ver cómo estaba en mi salud y así la conocieron mis padres, después siempre a mi lado, aq hora está para mis hijos Ricardo (38), Andrés Eduardo (36) y Marcos Gonzalo (34) y para nuestros nietos, Bauti sta, Luz María y “Alvarito”, aunque no debo dejar de mencionar una nietita del corazón, Trinidad que hoy, todos, se han transformado en nuestro sostén que nos hace sentir orgullosos”.

--Quedaron en el tintero

tantas anécdotas, recuerdos,

consejor, sugerencias, tan

valorables y ricas como su

vida misma--

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Satisfacción
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Esperanza
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Bronca
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Tristeza
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