Durante casi ocho días, se observó la inercia en movimientos significativos relacionados con las últimas gestiones encaminadas por la dirigencia liguista, obviamente motivadas por las manifestaciones generalmente proyectadas para SEMANA SANTA. Un tiempo de una tradicional celebración del pueblo religioso que practicamente detiene la mayoría de las actividades administrativas, incluso con la posibilidad de disfrutar de unas minivacaciones turísticas, ahora con la especial excepción de continuar con el programa de vacunaciones diagramado para la tenaz lucha entablada contra el coronavirus que nos tiene a maltraer. En ésto aprovecharon los jugadores “veteranos” encuadrados en el marco de las personas de riesgo en caso de contagiarse, y se ocuparon de cumplir con las indicaciones emanadas por los especialistas en su prevención, concurriendo a los centros distribuídos para tal fín; por supuesto, sus ánimos cambiaron instalándolos en el plano del optimismo en relación de “yá estar preparados para jugar”. Lamentablemente, hay que “bajar” a la realidad; y ésta indica que la “cosa” no solo se repite, sino que parece agra-varse, hecho que provocó una ampliación de la ETAPA AMARILLA DE PREVENCIÓN, decretada por el Gobierno Provincial.