Marcaron tanta paridad desde su primer enfrentamiento que este no podía ser la excepción; con una primera parte de estudio y precaucion excesivos, pero no querían cometer algún error que lamentarán después, se cuidaron demasiado confiando quizás que en el segundo tiempo podrían “dar un zarpazo”.

Y sí, porque ambos lograron convertir, pero no le alcanzaba a ninguno, había que ganar para jugar la final, y como no podían lograrlo, dejaron pasar los minutos para probar suerte con la ejecución de los penales, y en esa instancia, aquel que “no se jugó” demasiado por la victoria, terminó consiguiéndola por esa vía, convirtiendo en cuatro ocasiones ante una sola del “santo”.
Salta Central es finalistas, San Lorenzo irá por el tercer puesto.