Último adiós a María Elena Walsh entre aplausos, lágrimas y música

martes, 11 de enero de 2011 00:00
martes, 11 de enero de 2011 00:00

Con aplausos que parecían eternos, lágrimas y flores blancas y rojas sobre el ataúd, cientos de personas despidieron los restos de la escritora y compositora María Elena Walsh, antes de que fueran trasladados a su última morada, en el cementerio de la Chacarita.

También allí, en la llegada al cementerio, chicos y grandes se acercaron hasta el féretro con los restos de la reconocida escritora para al menos tocarlo, alargando la despedida y demostrando el cariño que le tenía la gente a una de las artistas más prestigiosas de la Argentina.

Luego de un velatorio realizado en la biblioteca de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (SADAIC), por el que pasaron personalidades del arte, la cultura y la política, los restos de la reconocida escritora y poetisa fueron despedidos por la gente con un emotivo aplauso en la puerta de la entidad, en la calle Lavalle al 1500.

Mientras por los altoparlantes se escuchaban los acordes de "La Cigarra", interpretada por la propia Walsh, madres y padres con sus hijos pequeños, adultos y hasta gente de muy avanzada edad se acercó para darle el adiós final a la escritora, autora de obras como "Manuelita, ¿dónde vas?", "Dailán Kifki", "Osías el osito", "La reina batata" o "Don fresquete", entre otras.

El féretro con sus restos y con varias flores blancas y rojas encima fue colocado en el coche fúnebre, que se encolumnó detrás de los vehículos que portaban las coronas que habían sido enviadas por diversas personalidades, entre ellas una de la presidenta Cristina Kirchner, quien en la víspera había pasado por el velatorio.

Mientras algunas personas tocaban los vidrios del coche fúnebre y luego se persignaban y miraban al cielo, como queriendo buscar a la dueña de esa voz que seguía cantando, desde los balcones del edificio de SADAIC caían flores, también a manera de despedida.

Quince minutos después, a las 11:00 de la mañana, el cortejo fúnebre finalmente partió hacia el cementerio de la Chacarita, para que los restos de María Elena Walsh fuera depositados en el panteón de SADAIC.

A las 11:30, el cortejo llegó al cementerio para que se realizara una breve ceremonia religiosa, y allí nuevamente pudieron verse las muestras de afecto de la gente.

MARIA ELENA, UNA GRANDE

La obra de esta poeta, escritora, cantautora, dramaturga y compositora nacida en la localidad bonaerense de Ramos Mejía el 1 de febrero de 1930, es un muestrario de consecuente construcción de una cultura popular sostenida en la calidad y en la innovación.

Esa premisa que signó sus creaciones alumbra desde un vigente cancionero con una vasta producción supuestamente orientada a los niños pero de una hechura tan cuidada y notable que excedió a la audiencia infantil.

"Manuelita", "La vaca estudiosa", "Canción de Titina", "El Reino del Revés", "La pájara Pinta", "La canción de la vacuna", "La reina Batata", "El twist del Mono Liso", "Canción para tomar el té", "En el país de Nomeacuerdo" y "La familia Polillal" son parte de un repertorio que logró que los chicos dejaran de ser los "parientes pobres" de la cultura y recibieran un legado artístico que ha atravesado el tiempo.

Esas canciones originalmente pensadas para los chicos argentinos abrieron un mundo estético que modificó la escena de la música para niños en Iberoamérica y aún hoy son una referencia contra tanta burda ligereza que golpea a los pequeños convertidos en parte de la cadena de consumo.

Antes de alumbrar ese universo, los primeros palotes musicales los compartió en los 50 con su pareja Leda Valladares, 11 años mayor que ella, quien le enseñó canciones folclóricas de tradición oral del noroeste argentino para conformar un dúo que brilló en París y también llegó a la Argentina para abrir las puertas de unas raíces negadas y ninguneadas.

Ya familiarizada con ese discurso musical fue urdiendo un repertorio de tenor más adulto desde el que bosquejó su compromiso y en el que destacan, entre otros, "La cigarra", "Zamba de Pepe", "Serenata para la tierra de uno", "Los ejecutivos", "Vals municipal", "Oración a la Justicia", "Dame la mano y vamos ya".

En paralelo se desplegó en su ámbito natural de la literatura publicando, entre otros, "El reino del revés", "Cuentopos de Gulubú", "Hecho a mano", "Juguemos en el mundo", "Tutú Maramba", "Canciones para mirar", "Zoo Loco", "Dailan Kifki" y "Novios de Antaño".

El influjo de esa obra llegó a los teatros de la mano de títulos inoxidables como "Canciones para mirar" y "Doña Disparate y Bambuco" que cada temporada se las ingenian para regresar a las salas y exhibir la vigencia de un discurso estético en el que florecen las palabras y las ideas.

En 1999 "Manuelita la tortuga" llegó al cine, en dibujos animados, de la mano de Manuel García Ferré, convirtiéndose en un éxito de taquilla y un homenaje al personaje más entrañable de la talentosa creadora.

La magnitud de ese trabajo profuso e incansable hizo que en 2008 Gerardo Sofovich dirigiera en su homenaje "Varieté para María Elena", en la sala porteña del Tabarís.

Otro de los innumerables tributos, "Cantamos a María Elena Walsh", quedó plasmado en un disco que grabaron artistas de la talla de José Luis Perales, Joan Manuel Serrat, Manuel Wirtz, Patricia Sosa, Los Pericos, Ana Belén, León Gieco, Víctor Heredia, Palito Ortega, Víctor Manuel, Juan Carlos Baglietto, Cuti y Roberto Carabajal, Teresa Parodi, Pedro Aznar y Lito Vitale.

María Elena falleció el lunes 10 de enero por la mañana en el Sanatorio de la Trinidad después de una prolongada internación a causa de su cáncer óseo.

Fuente: 26 Noticias
 

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