Considerado uno de los pueblos que más fuertemente ha mantenido la celebración del carnaval, Mutquín -en el departamento Pomán- ya tiene todo listo para dar inicio el domingo a esta fiesta que comienza con el desentierro del pujllay, el dios festivo que, durante varios días de febrero, invita a olvidar penas y recuperar la alegría.
El epicentro de los festejos será el Paseo del Bicentenario, ubicado a metros de la plaza principal de Mutquín, donde se congregarán las tradicionales comparsas de emplumados que, con todo el color de sus trajes, siguiendo el retumbo de cajas y al canto de vidalas, recorren el pueblo contagiando su alegría y visitando a todo aquel vecino que deje la puerta abierta de su casa.
Los festejos del carnaval comienzan este domingo desde las 21 con la participación de las comparsas diaguita y calchaquí que, cada una con sus particularidades, conserva personajes y rituales de tiempos ancestrales. Tras el festejo tradicional por el desentierro del pujllay, seguirá la fiesta con una bailanta popular.
El lunes 11 desde las 10 habrá taller de mascaritas, mientras que por la tarde las comparsas recorrerán las calles del pueblo invitando a la gente a sumarse al carnaval. El martes 12, por la mañana, está prevista una exposición de lo realizado en los talleres de mascaritas; mientras que por la tarde las comparsas volverán a salir a la calle y seguir con los festejos. Ambas noches, la celebración culminará con bailanta popular en el Paseo del Bicentenario.

Fin del carnaval

Y tras tantos días de jolgorio, llegará el momento de quemar el pujllay y, así, dar por concluido el carnaval. Eso se realizará el domingo 17 desde las 20, ocasión en que se realizarán los tradicionales topamientos entre comparsas, el bautismo de la guagua, con todos los significados que tal ritual –que se realiza bajo arcos de caña adornados con flores- implica.
Y finalmente, será la hora de la quema del pujllay, que marca el fin del carnaval y el retorno al trabajo y al orden tras tantos días de festejo.
En Mutquín la celebración conserva la autenticidad de tiempos ancestrales puesto que las comparsas –a través de sus integrantes- se han dedicado a recuperar esta celebración, recopilando coplas y vidalas y reeditando los tradicionales ritos de este tiempo que precede a la cuaresma.